Mel Gibson, ¡Felices 50, macho!
Querido diario:
Muchos creen que Mel Gibson es australiano, pero no es así, nació en Nueva York, en un sitio pequeño llamado Peekskill, hace hoy exactamente 50 años. Su família le llevaba a la iglesia paroquial católica donde algunos todavía los recuerdan….. ¡ya vienen los Gibson!... porque verlos llegar era como ver una procesión: los padres con sus once hijos detrás, que llenaban un banco y medio. Mel se trasladó a australia cuando tenía doce años y decidieron irse al país de la madre en busca de oportunidades mejores.
Allí demostró que como estudiante era tan pésimo que acabó el bachillerato a duras penas. Se buscaba la vida con trabajos como enlatar zumos de naranja, participando en concursos televisivos, o en la cocina de una freiduría de pollo donde contrajo la afición a los fogones. Por broma su hermana le apuntó en una escuela de arte dramático y no se equivocó . Hizo teatro experimental, clásico y televisión hasta que le ofrecieron 20 dólares por rodar su primera película, "Summer City", que no tuvo ningun éxito pero donde le vé el director que le daría la oportunidad de su vida.
Tenía 22 años, era 1977 cuando se presentó al "casting "de "Mad Max". La noche anterior había estado en una juerga con pelea incluida y se presentó con heridas y moratones por toda la cara, pero contaba con los ojos más azules desde Paul Newman y se ajustaba al presupuesto.
"Salvajes de autopista", como se tituló en castellano, resultó la película australiana más taquillera de todos los tiempos. Las secuelas de esta historia que lo presentaban como héroe violento melenudo y paranoico, podrían haber cavado su tumba interpretativa, pero la suerte volvió a sonreirle con la colaboración con el director Peter Weir en dos dramas antibelicistas elogiados, como fueron "Gallipoli y" "El año que vivimos peligrosamente", donde pudo demostrar buenas cualidades dramáticas.
Regresó a Usamerica importado por Hollywood y experimentó un acelerón en cuanto a fama y poder con "Arma letal" en 1987, cuyo inmenso éxito financiero guió a Gibson hacia un cine comercial, de acción, subiendo hasta los primerísimos puestos del mundo estelar con películas súper rentables.
No cabe duda de que es un buen actor porque funcionó muy bien tanto en el Hamlet que hizo para Franco Zeffirelli, como en el timador bromista de "Maverick". Su doblete actor/director en "Braveheart" le supuso un Oscar a la mejor dirección, y le sirvió para enamorarse de la Escocia de la película.
Ha celebrado su 50 cumpleaños hoy en el rodaje de "Apocalypto" que ya está terminando.
Sus opiniones conservadoras en temas como el aborto o la homosexualidad, casan con su devoción religiosa radical que concretó dirigiendo "La pasión de Cristo", que le ha dado pasta para poder comprarse hasta su propia isla.