“Estoy cantando bajo la lluvia, si, cantando bajo la lluvia.
Que sentimiento tan maravilloso, soy feliz de nuevo.
Me río de las nubes, esas tan oscuras que lo cubren todo.
Porque el sol brilla en mi corazón y estoy preparado para el amor.”
Ya se, diario, las letras de las canciones a veces son más horteras que un ataúd con pegatinas. Pero cuando le abres los ojos a una peli hay que saber subir el potenciómetro de la credulidad hasta el máximo, y entonces ¡como se disfruta!.
“Cantando bajo la lluvia” había sido escrita para una película llamada “The Hollywood Revue of 1929”,cantada por el tenor «Ukelele Ike» Edwards, acompañado por un ukelele, cantante que alcanzaría fama breve como la voz de Pepito Grillo en el “Pinocho”de Walt Disney.
En el año 1951, cuando todavía no existíamos los niños probeta, ocurrieron algunas cosas relevantes. Entró en fiambrera uno de los tipos más despreciables de Usamerica, el sensacionalista William Randolph Hearst (Ciudadano Kane), Walt diseñó la primera Disneylandia, empezaron las emisiones transcontinentales de televisión, pero de estas cosas ya no se acuerda casi nadie porque todas han dejado de influir en nuestras vidas, o sea que lo verdaderamente importante fue una reunión en el despacho de Louis B. Mayer, el jefazo de la Metro que vivía sus últimos días en el gran Estudio.
El instinto de Mayer para seleccionar repartos seguía intacto. Llamó a Debbie Reynolds para decirle que sería la protagonista de “Cantando bajo la lluvia”.
- "Pero yo no sé bailar, señor Mayer”
- “Bailarás” Respondió él. Al cabo de tres meses de trabajo extenuante, bailó.
Mayer había llevado al verdadero creador de la película, Arthur Freed, a lo más alto de su carrera y en ese año tenía tres películas en diferentes fases de producción: “Un americano en París”, “Magnolia” y no sólo había decidido recuperar la vieja canción sino que le daría título a “Cantando bajo la lluvia”. Cuando Mayer se marchó, tanto la cantidad como la calidad del trabajo de Freed cayeron en picado, pero el musical más apreciado por más público en la historia del cine ya estaba hecho.
Woody Allen cuando se le pregunta que selecciona para esas noches de verano neoyorkinas, calurosas y húmedas, donde el insomnio es más fácil, responde: “…las mejores para mi gusto cuando me desvelo en plena noche son las siguientes: Cantando bajo la lluvia Cita en San Louis (a la que Gene Kelly atribuye el primer paso de baile de la era musical moderna) y Gigi…”
Debbíe Reynolds tampoco ganó el Oscar en su faceta de cantante y bailarina porque ninguno de los grandes nombres del musical ha recibido un Oscar ordinario. Al menos en su faceta de bailarines, un mal rollo de la Academia con el género que junto al Western mejor les representa, incluso un intelectual francés como André Malraux, cuando visitó Nueva York, propuso elevar el musical al panteón del arte original americano.
La última vez que la canción pasó por la pantalla fue precisamente para contrastar su optimismo con una de las secuencias más terribles del cine.
Kubrick, Burgess y los actores pasaron diez días convirtiendo tres páginas de “La naranja mecánica” en la escena más controvertida de la película.
La descripción de Anthony Burgess contándolo para una biografía del director es breve. La banda se abre camino hasta el interior de la casa de Alexander, un escritor que está trabajando en un libro llamado "La naranja mecánica". (Kubrick insistió en que hubiera una auténtica biblioteca con el tipo de libros que tendría un escritor). Rompen el manuscrito, destrozan los muebles, saquean la cocina y luego dan una paliza al marido y violan a la mujer. Dim, uno de los de la banda, orina sobre los restos de la novela. También está a punto de defecar sobre ellos pero La mayor parte de esos detalles fueron desechados para ser sustituidos por parafernalia erótica barroca. Uno de los presentes lo ha contado: «Llevábamos allí sentados tres días discutiendo si debería haber diálogo o si todo se debía hacer en silencio para aumentar la sensación de amenaza, cuando Kubrick de pronto preguntó a Malcolm:«¿Sabes cantar?» Malcolm dijo: «Sólo conozco una canción», y empezó a cantar «Cantando bajo la lluvia».
Si nunca la has tarareado y tienes más de 25 años, que te cambien la medicación lo antes posible… pero cántala ahora viéndola esta noche a las 22:00 en TCM y escuchando aquí….
El American Film Institute (AFI) ha dado a conocer su listado de la 10 mejores películas del año o, lo que es lo mismo, un top nada descarado de estar definido en clave Oscar 2026. Las elegidas son "Avatar: Fuego y ceniza" de James Cameron, "Bugonia" de Yorgos Lanthimos, "Frankenstein" de Guillermo del Toro, "Hamnet" de Chloé Zhao, "Jay Kelly" de Noah Baumbach, "Marty Supreme" de Josh Safdie, "Una batalla tras otra" de Paul Thomas Anderson, "Los pecadores" de Ryan Coogler, "Sueños de trenes" de Clint Bentley y "Wicked: Parte II" de Jon M. Chu.
Han sido de todo menos sorprendentes las victorias de "Una batalla tras otra" en Nueva York y en la NBR en los primeros y firmes latidos de los premios que entregan las distintas Asociaciones de Críticos. Por si alguien lo dudaba Paul Thomas Anderson tiene a su favor la película, la narrativa y la ausencia de alternativas en una carrera de premios que ya parece ser una carretera de sólo una dirección en la autopista hacia el 15 de marzo de 2026. Quizá lo más llamativo ha sido el que ambas citas han coincidido en señalar a Benicio del Toro como el mejor actor de reparto lo que añade interesantes variantes para una categoría muy solidificada en cuatro nombres pero todavía sin dueño. El puertorriqueño aspira a contribuir al récord de que haya seis actores nominados al Oscar por una misma película.
La NBR (siglas de la Junta Nacional de Críticos de Estados Unidos) es un organismo que tiene más de un siglo de existencia (se fundó en 1909) y que, a pesar de su predicamento, su fiabilidad como predictor está más que en entredicho ("American beauty", “No es país para viejos”, “Slumdog millionaire” y "Green book" son las únicas cuatro películas en 30 años que han ganado en la NBR y en los Oscar) recibiendo por ello el sobrenombre de "el beso de Judas". Además, en los últimos 15 años sólo 13 intérpretes ganaron NBR y Oscar(Julianne Moore, Christopher Plummer, Christian Bale, Brie Larson, Casey Affleck, Regina King, Renée Zellweger, Brad Pitt, Youn Yuh-jung, Will Smith, Michelle Yeoh, Da'Vine Joy Randolph y Kieran Culkin). Todo ello no pretende desanimar a "Una batalla tras otra" que se toma esta carrera en modo rodillo y que se ha llevado 5 premios en la que no deja de ser una cita clave en el inicio de la temporada de cara al Oscar. "Sirat", por su parte, sigue con su paso firme e integra el top 5 de películas internacionales.
Los Independent Spirit Awards llegan a su 41ª edición e (intencionadamente o no) han pasado a ser una referencia en clave Oscar a pesar de que hasta hace poco tenían ese carácter "outsider" reconociendo a otro cine más modesto, por presupuesto y espíritu, habitualmente ajeno a las grandes citas de premios. Algo que ha cambiado ya que en siete de los últimos doce años ("12 años de esclavitud", "Birdman", "Spotlight", "Moonlight", "Nomadland", "Todo a la vez en todas partes" y "Anora") ambos premios fueron coincidentes en sus ganadoras de mejor película. La gala de entrega tendrá lugar el 15 de febrero de 2026 y los mismos (al igual que los Gotham o los BIFA) se suman por cuarto año consecutivo a eliminar las diferencias de género en las categorías interpretativas.