In Memoriam: Philip Baker Hall, solicitado y respetado
Querido Teo:
Sólo los muy cinéfilos recuerdan su nombre pero en un determinado momento Philip Baker Hall era el actor veterano que se convirtió en el secundario de lujo del mejor cine de finales de los 90 y principios de los 2000. A los 90 años ha fallecido un actor de vocación tardía pero que, aun así, con presencia, voz y carisma supo dejar su impronta en algunas de las películas más recordadas de los últimos años. Nada mal para un tipo que comenzó como traductor para el ejército usamericano en Alemania y que después fue profesor antes de seguir su vocación y probar suerte en los escenarios de Broadway. Si le recordamos es por ser el padrino oficioso de los comienzos de Paul Thomas Anderson desde el corto “Cigarettes & Coffee” (1992) recuperando su personaje en la película “Sydney” (1996), siendo ese uno de sus escasos protagonistas formando parte de un grupo de perdedores en la vida que son adictos al juego.