Sesión de cine-cebolla: “Ladrón de bicicletas”
Querido primo Teo:
Era cuestión de tiempo que el neorrealismo italiano hiciera acto de aparición en sesión de cine-cebolla. El movimiento nacido después de la Segunda Guerra Mundial fue extraordinariamente prolífico en escenas dignas de ocupar estas líneas. Encontramos varias muestras de ello en las filmografías de los dos grandes exponentes de esta corriente: Roberto Rossellini (autor de películas tan desgarradoras como "Alemania, año cero" o "Roma, ciudad abierta") y, sobre todo, Vittorio De Sica, director de "El limpiabotas", "Umberto D." o de la película que nos ocupa, "Ladrón de bicicletas" (1948). Estos dos cineastas son considerados los padrinos de un cine muy reconocible (estilo documental, rodaje en exteriores, actores no profesionales...) nacido como consecuencia no sólo de cuestiones logísticas (los estudios Cinecittà estuvieron cerrados varios años por culpa de la guerra), sino también de la necesidad de realizar un cine comprometido socialmente que se acercara a los problemas de la clase más humilde.