Querido primo Teo:
Vivimos tiempos muy convulsos. No solamente estamos inmersos en una enorme crisis económica y social sino que también lo es a nivel existencial. En ese nuevo propósito de querer reescribir la historia más que hacer como el personaje de Brad Pitt en “Ad Astra” y pretender corregir los errores de nuestros antepasados, para que no vuelva a pasar, nos hemos empeñado en rendir cuentas a las generaciones anteriores sin tener en consideración que ellos simplemente hacían lo que podían en un mundo en el que no gozaban de las mismas ventajas que nosotros. El buenismo, el ansia por hacer de este mundo un lugar mucho mejor nos está convirtiendo en inquisidores. Desde la comodidad de nuestro sofá observamos el mundo, sometemos a juicio, condenamos a quien no se ajuste a lo políticamente correcto e imponemos modelos de conducta usando nuestra tribuna en las redes sociales, considerando que por el hecho de respirar ya somos una autoridad y lo gracioso es que condenamos cualquier mecanismo de censura y las limitaciones de los derechos fundamentales.