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BSO de "Amor"

Querido Teo:

"Amor" es también una historia de amor por la música, vivida tanto por su director, Michael Haneke, como por la pareja protagonista. El controvertido director comenzó en la música mucho antes que en el cine y, actualmente, también es un respetado director de ópera, a pesar de que para muchos esta es una faceta suya totalmente desconocida. Prueba de su afición es cómo convierte la música en un rasgo definitorio de la delicadeza de sus personajes. Si su anterior película ya estaba protagonizada por una pianista, ahora Jean-Louis Trintignant y Emmanuelle Riva interpretan a una pareja de profesores de música jubilados, con una hija que también se dedica al género musical.

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BSO de "Lincoln"

Querido Teo:

El maestro ha vuelto. A sus ochenta años, John Williams no tiene nada que demostrar. Su nombre se sitúa en el olimpo de compositores cinematográficos, junto a Newman, Steiner, Korngold o Barry, por citar algunos. Auténticos genios que supieron renovar un mundo tan difícil, por lo repetitivo y supeditado a la imagen, que son nombres propios dentro de toda la Historia de la música. Y pese a situarse varios niveles por encima de cualquier otro autor, Williams sigue activo. Tomándose las cosas con calma, meditando cada proyecto (hoy en día sólo se sigue asociando a Spielberg), y, precisamente por estos amplios tiempos de preparación, regalando delicia tras delicia.

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BSO de "La noche más oscura"

Querido Teo:

Una vez más nos encontramos a Alexandre Desplat poniéndole música a una película ambientada en el conflictivo Oriente Medio. “Syriana”, o más recientemente "Argo", se han beneficiado de la aplicación de las estructuras de la música árabe al lenguaje musical occidental, algo que ya se está convirtiendo en seña de identidad del autor. Su utilización de instrumentos de la región, o su tratamiento de los temas (en este caso menos reconocibles, aunque siguen estando ahí), son inconfundibles.

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BSO de "Django desencadenado"

Querido Teo:

Lo único que no suena en lo último de Tarantino es, como dice su protagonista, la “D” de “Django”. Por lo demás, su banda sonora de lujo y sus brillantes diálogos, algunos convertidos en tracks, siguen siendo todo un placer auditivo y unos de los rasgos más definitorios y fascinantes de su cine.

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BSO de "The master"

Querido Teo:

Deja lo que estás haciendo y corre a la tienda más cercana. Busca la edición discográfica de la banda sonora de "The master" que firma Jonny Greenwood y hazte con ella sin pensarlo. O, si no, escúchalo gratuitamente en Spotify (qué costumbre tan maja están adquiriendo las productoras con esto de subir sus discos legalmente, por cierto). Estamos ante uno de esos trabajos que podemos calificar de excepcionales, de extraordinarios, y que probablemente quede relegado en cualquier entrega de premios.

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BSO de "¡Rompe Ralph!"

Querido Teo:

Lo que Henry Jackman nos propone en "¡Rompe Ralph!" es una rápida clase de Historia de la música de videojuegos. Cada uno de los juegos que visita el protagonista posee su propio estilo musical y, de esta manera, hacemos un viaje desde el Arcade de los años ochenta hasta las actuales bandas sonoras, que poseen una calidad equiparable a una película. El espectador se ve inmerso en un viaje en el tiempo, un ejercicio de nostalgia que no pasará inadvertido al buen aficionado.

Las mejores BSO del año 2012

Las mejores BSO del año 2012

Querido Teo:

A la hora de enfrentarnos a algo tan subjetivo como escoger las cinco bandas sonoras que consideramos más significativas de este año que termina, el reto es terrorífico, sin embargo intentaremos presentar nuestra opinión que no pretende ser más que el reflejo de un gusto personal con el que se puede coincidir o no.

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BSO de "Las sesiones"

Querido Teo:

Resulta significativo que Marco Beltrami, con su banda sonora para "Las sesiones", ya haya vencido en los Hollywood Media Award a compositores de la talla de Alexandre Desplat, Thomas Newman, John Williams o Howard Shore (nominados respectivamente por “El origen de los guardianes”, “Skyfall”, “Lincoln” y “El hobbit”). En “Las sesiones” nos encontramos con un nuevo Beltrami, que se reinventa y suaviza tras haberse consolidado en el género de terror. En esta ocasión, aparca ese estilo personal que le llevó a colaborar con Marilyn Manson y Guns N’ Roses, embarcándose en un proyecto más intimista.

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BSO de "César debe morir"

Querido Teo:

Cuentan los hermanos Taviani que durante el rodaje de "César debe morir", cuando los compositores Giuliano Taviani y Carmelo Travia visitaron la cárcel de Rebibbia y conocieron a sus presos, vislumbraron a la perfección cómo debía ser la banda sonora. Al captar su soledad y ansias de libertad decidieron que en la película la doble interpretación sería lo más importante y que la música debía humanizar aún más a los personajes reales, ensalzando sus expresiones y miradas. Así acabaron componiendo una banda sonora muy impactante pero minimalista, con pocos instrumentos: una orquesta de sonidos electrónicos y algunos duros como la trompa o el saxo, para transmitir el desánimo; algo que consiguen plenamente en una versión del tema principal, interpretado únicamente con este instrumento.

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BSO de "El hobbit: Un viaje inesperado"

Querido Teo:

Dos discos y más de hora y media de música nos transportan de nuevo a la Tierra Media en la edición especial de la banda sonora de “El hobbit: Un viaje inesperado”, donde Howard Shore inicia un nuevo viaje musical para el que de momento, y pese a la mastodóntica cantidad de música que posee la película, sólo sienta las bases para su futuro desarrollo. Valorar el trabajo de Howard Shore con una sola película es ciertamente difícil. Da la sensación de que lo comprenderemos completamente cuando tengamos a nuestra disposición las tres bandas sonoras. A la manera de las óperas de Wagner, el compositor crea su propio mundo musical asociando temas a determinados personajes, pueblos o situaciones que, tras esta primera parte de la trilogía, quedan poco más que esbozados. Además, es muy probable que el cambio de dos a tres películas haya trastocado la idea original del autor, obligándole a desarrollar en exceso determinados materiales que acaban por resultar repetitivos.