Querido primo Teo:

El Jurado de la 73ª edición del Festival de Berlín, presidido por la actriz estadounidense Kristen Stewart, ha tenido que esperar a los últimos días para encontrar ese trabajo que les dejara noqueados. Ha sido el veterano director francés Nicolas Philibert el que más ha impactado con su obra a los miembros del Jurado en donde se encontraban los dos últimos ganadores del Oso de Oro, Carla Simón ("Alcarràs") y Radu Jude ("Un polvo desafortunado o polvo loco"). En el documental "En el Adamant" Philibert fija su mirada en quienes sufren algún trastorno mental, sin que ello les afecte a su conducta, y acuden a un centro de día flotante en donde el arte sirve como una herramienta para hacer terapia. El Jurado ha querido agarrarse a la idea de que el arte y en concreto el cine es un refugio en estos tiempos dominados por la incertidumbre y que también es el mejor vehículo para exponer aquellas cuestiones que preocupan a la sociedad de este siglo XXI.

Querido primo Teo:

En la tarde de este sábado se dará a conocer el palmarés de la 73ª edición del festival de Berlín que no pasará a la historia por un extraordinario nivel. No ha aparecido un mirlo blanco pero sí que ha habido películas que pueden salir beneficiadas por su paso por el certamen como pueden ser “Tótem” de Lila Avilés y “Vidas pasadas” de Celine Song. Ambas son algunas de las películas que se han posicionado entre las preferidas de la crítica, junto con la alemana “El cielo rojo” de Christian Petzold, pero una cosa es lo que señale la prensa y otra bien diferente lo que elija el Jurado presidido por la actriz Kristen Stewart. Desde la Berlinale se insiste en que el reparto de premios será decidido por los siete miembros del jurado por igual, sin imposiciones de ningún tipo. 

Querido primo Teo:

No deja de ser curioso en un certamen como el Festival de Berlín, que está siendo considerado cada vez más elitista, más enfocado a la izquierda pija más clasista que desprecia todo lo que sea dirigido al público, que el mejor momento de su edición sea el homenaje que se le ha brindado a Steven Spielberg, alguien que hace casi medio siglo sentó las bases de ese género tan de consumo masivo como es el blockbuster con “Tiburón” (1975). La Berlinale ha dejado sus prejuicios a un lado y se ha rendido entregándole el Oso de Oro honorífico a Steven Spielberg, manifestándolo con una atronadora ovación de esas que superan con creces cualquier protocolo.

Querido Teo:

En los últimos años el cine español ha encontrado en éste una corriente de cine minimalista, naturalista, de historias cercanas, reales, la mayoría historias de "coming-of-age", contadas a nivel visual y formal de una manera simple, sin estructura aparente, sin pretensiones, y en su mayoría, dirigido por mujeres, generalmente debutantes. Pienso en películas como "La inocencia",  "Viaje al cuarto de una madre", "La hija de un ladrón", "Libertad", "Las niñas", "Verano 1993", "Ama", "Chavalas", etc...

Querido primo Teo:

La guerra en Ucrania ha estado presente en la Berlinale, primero porque en su acto inaugural intervino Volodímir Zelenski para que la invasión por parte de Rusia no se deje a un lado, y segundo porque fuera de concurso se ha presentado “Superpower”. Nada más hacerse efectiva la invasión llegaron a Kiev Sean Penn y el director Aaron Kaufman para documentar lo que estaba sucediendo en la capital ucraniana. Un trabajo que no ha terminado de convencer a la prensa a la que le ha costado diferenciar las buenas intenciones de quien quiere narrar la lucha entre David y Goliat con el ejercicio narcisista de quien utiliza un conflicto bélico para venderse como salvador del mundo. 

Querido primo Teo:

Hasta el 26 de febrero tendrá lugar la 73ª edición del festival de Berlín cuyo principal homenajeado será el director Steven Spielberg, nominado al Oscar este año por su autobiográfica “Los Fabelman”. A lo largo de estos días el director artístico del certamen, el italiano Carlo Chatrian, tratará de ganarse a los detractores de su gestión que consideran que es una muestra cada vez más hermética, en donde se busca beneficiar a las propuestas nacionales, y también más elitista. Esa desconexión con el mercado real está provocando el desinterés de los medios informativos que es algo imperdonable en un certamen que maneja cifras tan elevadas como el Festival de Cannes (21 millones de euros) con la excusa de que contiene muchas secciones competitivas, entre ellas una televisiva de reciente creación, y su mercado de proyectos en donde estará, por cierto, la última película de Woody Allen cuya compra en estos tiempos dominados por la cancelación va a ser un ejercicio de valentía.