"Wonka"

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El argumento: Basada en el personaje que protagoniza “Charlie y la fábrica de chocolate”, el libro infantil más emblemático de Roald Dahl y uno de los más vendidos de todos los tiempos, “Wonka” cuenta la historia de cómo el mayor inventor, mago y chocolatero del mundo se convirtió en el querido Willy Wonka que conocemos hoy en día, centrándose en los inicios del joven y de cómo conoció a Oompa-Loompas en una de sus primeras aventuras.

Conviene ver: "Wonka" es el plato fuerte para el público familiar en este final de año con un magnético y carismático Timothée Chalamet como el joven y soñador mago y chocolatero que ya conocimos en las versiones de Gene Wilder y Johnny Depp. Warner Bros. ha levantado una lujosa, vista y colorida producción que cuenta también con la impagable baza de un diminuto y satírico Hugh Grant como Oompa-Loompa y con Olivia Colman, Sally Hawkins, Rowan Atkinson, Keegan-Michael Key, Matt Lucas y Jim Carter en el reparto. “Wonka” es un musical ambientado a mediados del siglo XIX durante la Revolución Industrial en Inglaterra dirigida por Paul King (“Paddington”) y coescrito por él mismo junto a Simon Farnaby, el cual ya se encargó de esta faceta en "Paddington 2" (2017) y "El gran Maurice" (2021). Una ambientación exquisita y un tono de fábula mágica se da cita con el sello del productor David Heyman, artífice de la adaptación cinematográfica de las historias de Harry Potter, logrando no sólo mantener el sello de la obra de Roald Dahl sino brillar en ese ambiente dickensiano que nos lleva incluso al “Oliver!” (1968) de Carol Reed con esos niños jugando entre las calles evocando la espectacularidad del musical clásico del Hollywood de los 40 con un poderío visual que no renuncia al cuidado artesanal en un conjunto que nos lleva a una fábrica de sueños hecha cine para aquellos que quieran dejarse llevar y dejar de lado espíritus cínicos.

Una cinta deslumbrante y barroca con un Timothée Chalamet que crea un personaje adorable y no excéntrico que cumple con no sólo en el brío que da al personaje, tan determinado como vulnerable, sino también cantando y bailando (demostrando un talento para el género que el cine podría explorar de ahora en adelante) llenando de ilusión y entusiasmo a un personaje en busca de cumplir su sueño de contribuir a un mundo en el que el chocolate y la felicidad manden mientras rinde tributo a su propia madre en una cinta que logra entretener y emocionar superando la irregularidad de algunos números y también lo desdibujado de determinados personajes (la posadera, el sacerdote, el policía, etc...) que potencian más allá del buen trabajo actoral la hostilidad a la que nos enfrentamos en un mundo de desigualdad, corrupción y avaricia. Tan inteligente (propia del humor británico) como entrañable a la hora de construir, quizá, un clásico navideño para las nuevas generaciones que cuenta con el trabajo de Neil Hannon, cantante de The Divine Comedy, escribiendo las canciones originales partiendo de la partitura del británico Joby Talbot. Una “feel good movie” llena de aventura, chispa y rebelión festiva para un público familiar que hacía tiempo que no se veía en el cine siendo tan dulce como adictiva y con un número como el Pure imagination que termina siendo la esencia de todos los valores de curiosidad y disfrute que desprende conectando al espectador con el niño que es o que fue y con ciertos valores siempre tan reparadores y necesarios como la solidaridad y la esperanza.

Conviene saber: Paul King crea un nuevo clásico navideño tras las reivindicables "Paddington" (2014) y "Paddington 2" (2017).

La crítica le da un SIETE