"Una vida no tan simple"

La web oficial.

El argumento: Isaías, 40 años, era un prometedor arquitecto. Ahora pasa sus días entre su estudio de arquitectura y el parque a la salida de la escuela, donde juegan sus hijos. Dondequiera que esté, Isaías siente que no está donde debería. Con su mujer Ainhoa se nota el paso de los años y lo agotadores que pueden ser los niños. Isaías entabla una amistad con Sonia, madre de otro niño del cole, que le va a mostrar que esto de criar a tus hijos y entrar en la vida adulta no es tan simple.

Conviene ver: “Una vida no tan simple” es un nuevo retrato de Félix Viscarret sobre la desorientación generacional y, especialmente, masculina. Aquí a través de un hombre de 40 años que de promesa en su sector como arquitecto y con todos los sueños por cumplir ha terminado encasillándose tanto en lo profesional como en lo personal. Una película que tira de humor inteligente pero también de una combinación de amargura vital y ternura empática en una melancolía bañada de poesía a través de un tipo en el ecuador de su vida que ve como sus mejores años se han desvanecido ahogado por las obligaciones de la vida diaria, especialmente en su rol como padre dándole la impresión de que no llegar a estar la altura en ninguna de sus facetas Una cinta creíble, honesta y que no carga tintas pero que sí que muestra con agudeza todo un desencanto vital que está marcando a toda una generación que ha visto que la vida ha terminado arrollándola a pesar de que se criaron pensando que harían con ella lo que quisieran. De las expectativas a los bacatazos en los que el talento y el empeño no siempre van a ser respaldados al depender de intereses externos y rentabilidades financieras lo que va en contra de ese espíritu de perseverancia propio de manual de autoayuda.

Certera, sugerente, cruda y conmovedora es cine abordado con madurez en el que sobre su sencilla apariencia se cuenta mucho y que conecta con las realidades de muchos que se verán fácilmente identificados. Una rutina que asola y que sólo encuentra algo de refugio en las conversaciones y confesiones de tú a tú que mantiene el protagonista con su socio o en los encuentros cada vez menos fortuitos que tiene en el parque con una madre que lleva también allí a su hijo y que también se encuentra en un momento de preguntarse qué es lo que ha hecho con su vida. Bilbao es el escenario de uno de los títulos más inteligentes del año que sigue respaldando a un director que, a pesar de su fulgurante inicio en el mundo del cine y de que esta historia pueda tener que ver también con él, ha sabido construir una carrera sólida acumulando experiencias que le permiten adoptar un prisma de reposada y tranquila madurez a la hora de contar una historia protagonizada por Mike Esparbé, Álex García, Ana Polvorosa, Olaya Caldera, Julián Villagrán y Ramón Barea que conforman un reparto lleno de naturalidad y humanidad que no hace más que dar alas a la película.

Conviene saber: A competición en el Festival de Málaga 2023.

La crítica le da un SIETE