"Una bonita mañana"
La web oficial.
El argumento: Una mujer con una hija de ocho años vive con su padre, que padece una enfermedad neurodegenerativa. Mientras lucha por conseguir un hogar de ancianos decente, se encuentra con un amigo con el que inicia una aventura... aunque éste se encuentre en una relación.
Conviene ver: “Una bonita mañana” es lo nuevo de Mia Hansen-Løve, una directora que ha sabido crear un estilo propio con películas llenas de humanidad y reflexión en entornos bucólicos y que lleva a cabo su mejor película desde "El porvenir" (2016) a partir de su propia experiencia tras la muerte de su padre, el filósofo y traductor Ole Hansen-Løve, en una residencia en el momento más duro del coronavirus (COVID-19) mostrando la finitud de la vida desde lo inevitable de la muerte. Una directora que nutre de sus propias experiencias y los que le rodean la esencia de sus personajes lo cual les llena de autenticidad. Léa Seydoux da vida a una mujer viuda con una niña de 8 años, traductora parisina de éxito que convive con su padre (Pascal Greggory), catedrático de Filosofía que padece una enfermedad neurodegenerativa, en un momento de cambio para ella en el que mientras busca una residencia para que pueda ser cuidado como merece también inicia una relación con un viejo amigo (Melvil Poupaud), un cosmoquímico casado y con un hijo, sin saber hacia dónde le llevará explorar este camino en un retrato vital y agridulce que evoca nostalgia pero sin olvidarse de mirar al futuro y del hecho de tener que seguir viviendo a pesar de los avatares.
“Una bonita mañana” juega con la atemporalidad en la que las relaciones son más humanas que tecnológicas transmitiendo sensibilidad y reivindicando el valor de los detalles en los momentos cotidianos, de la cultura y de la familia tanto en sus encuentros como en sus desencuentros. Eso convierte a la directora en una filósofa de nuestro tiempo, heredera de la Nouvelle Vague y del cine de Éric Rohmer, sabiendo conectar con desbordante sencillez en lo más puro a lo que contribuye su uso de la imagen en 35mm frente a virguerías digitales. El cine de Mia Hansen-Løve es honesto y contemplativo con personajes auténticos y que respiran verdad, apasionados de la cultura y con dudas existenciales, a lo que contribuye una Léa Seydoux como esa mujer que pretende abarcarlo todo sin ser capaz de admitir que necesita pedir ayuda y que, en todo caso, también tiene derecho a derramar sus propias lágrimas más allá de secar las de los demás y seguir llenando el peso de su mochila teniendo que afrontar que la enfermedad, la degeneración y la muerte es algo intrínseco a la propia existencia y que hay que encauzarlo para que no termine arramblando con todo lo demás que tiene la vida.
Una crispante Nicole Garcia, dando vida a la ex mujer del padre y madre de la protagonista reconvertida en activista, y la naturalidad de la niña Camille Leban Martins, completan un reparto que contribuye a ese clima orgánico y reconocible entre sacrificios, anhelos y relaciones que son un bálsamo pero que actúan como un espejismo fabulado al nacer ya coartadas por las circunstancias. Una vida frenética en la que la protagonista tiene que cumplir como madre, como hija y como profesional sin olvidarse de sentir como mujer frente a trámites tan terrenales cómo ver dónde es mejor que pase su padre el último tramo de la vida o que hacer con el piso en el que ya no vivirá o con los libros de una biblioteca que dice mucho más de él que del anciano dependiente en el que se ha convertido. A pesar de que la cinta sufre ser reiterativa ante una directora que suele dar muchas vueltas antes de rematar sus historias, lo que lleva a unas duraciones excesivas que sus películas no necesitan y que restan contundencia a sus propuestas, sobresale por su autenticidad, un humanismo sin sensiblerías y por una ternura melancólica sobre la vida, sus sinsabores y esos pequeños momentos bañados de ligereza, cotidianidad y añoranza sobre una mujer, que como todos en realidad, con lo que tiene (y con los que quiere) intenta hacerlo lo mejor que puede a pesar de que sin reparar en ello lo que provoque es que (como tantas mujeres criadas en la cultura del cuidado y la dedicación por los suyos) se acabe olvidando de vivir por ella misma.
Conviene saber: En la Quincena de Realizadores del Festival de Cannes 2022, en las Perlas del Festival de San Sebastián 2022 y nominación a mejor actriz en los premios del cine europeo 2022.
La crítica le da un SIETE