"The Batman"

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La web oficial.

El argumento: En el segundo año de su lucha contra el crimen, Batman investiga la corrupción que recorre Gotham City y cómo conduce hasta su propia familia, mientras se enfrenta a un asesino conocido como Enigma.

Conviene ver: "The Batman" busca animar la cartelera a pocas semanas de la entrada de la primavera y aprovechándose de cierta recuperación de los hábitos sociales que pretenden dejar poco a poco atrás a la pandemia. Robert Pattinson es el nuevo Batman precisamente en una de las películas en las que menos se ve al hombre que hay detrás del traje intentando aportar algo novedoso para un personaje que ya ha pasado por las manos de distintos directores y actores y que sigue demostrando que todavía tiene cosas que aportar. No deja de ser curioso que el actor le dote de una simbología casi vampírica por cómo se protege del sol para llevarnos al espíritu más detectivesco y “noir” del personaje que por un lado entronca a la película con el cine de la década de los 40 y por otro recoge las semillas sembradas por la trilogía llevada a cabo por Christopher Nolan en la que le dio el empaque y la aureola de prestigio a un personaje más naif y propio del cine de entretenimiento. El negro y el rojo inundan un conjunto neonoir, sexy y enfermizo lleno de claroscuros, tanto estéticos como morales, y con sus pretensiones reflexicas sobre la sociedad de nuestro tiempo pero también dejando patente el lado cautivador que encierra el personaje y que explica su supervivencia y continua reinvención sin renunciar a su esencia tras tantas incursiones en el cine. Quizá le falte originalidad pero es una cinta madura, compleja e intensa que abre una nueva vía al personaje cogiendo lo mejor de etapas anteriores y creando un nuevo universo con algunos de los personajes más reconocibles que han rodeado a Batman y contando con un reparto de altura en el que destaca la química entre Robert Pattinson y Zoë Kravitz y con la que el director puede lucirse además de abrazar el estilo que ya aportó en “El origen del planeta de los simios” (2011) en la cual, junto a “El caballero oscuro” (2008), había una nueva forma de contar este tipo de películas. “The Batman” no es una película de acción pero sabe que también tiene que explotar la épica con travellings imposibles, escenas iluminadas sólo por los fogonazos de las armas, persecuciones bajo la lluvia e ir “in crescendo” hacia un desenlace en el que se pone toda la carne en el asador pero que no termina de estar rematado del todo ante la torpe resolución de Enigma y la sucesión de varios falsos finales simples y funcionales.

175 minutos que hacen que la película se tome su tiempo ya que en ningún momento revoluciona pero sí que convence y entretiene a pesar de su tono excesivamente sobrio (algo que asentó Nolan y todos intentan seguir) y el hecho de que sea un ejercicio de forma más que de fondo destacando ese comienzo a ritmo de Nirvana y sobre todo la apabullante fotografía de Greig Fraser y la excelsa música de Michael Giacchino creando una atmósfera gótica, trágica y desesperanzada muy por encima de ese juego de acertijos (no del todo afortunados) con el que pretende intrigar y que resta contundencia a una cinta que no esconde su intención de generar trascendencia ante la opulencia técnica y de densidad filosófica en la que se mueve. Es lo más cercano que ha estado una película de Batman de ser como una película de David Fincher (al igual que "Joker" con Scorsese), especialmente "Seven" (1995), mientras vemos a ese hombre gris, que sigue arrastrando su conocido trauma familiar, y que vive encerrado en sí mismo sin motivación alguna ni personal ni profesional mientras la ciudad en la que vive está echada a perder con la criminalidad campando a sus anchas. Un personaje que encaja muy bien en estos tiempos de apatía generalizada en la que se va sin motivación hacia no se sabe dónde. Una cinta apesadumbrada que nunca aburre pero que también exprime una atmósfera entre sombras y existencialismo en el que el protagonista no encuentra su lugar en el mundo, y tampoco parece muy interesado en ello, hasta que quizás se corra el riesgo de que sea demasiado tarde. Todo en una cinta que habla del papel de la prensa y de las autoridades cuando actúan en connivencia para que el mal encuentre sus vías para brotar en un mundo depresivo y descreído. Dentro del reparto, en el que también se nota el salto de calidad respecto la última encarnación del personaje, los que más destacan son John Turturro dando estilo a Carmine Falcone y un irreconocible Colin Farrell como el tosco Pingüino que comanda con ademanes de Al Capone, los cuales siembran el temor en la ciudad, impecables aciertos de casting, mientras el gran villano (Enigma) no puede superar una inquietante escena de presentación para que Paul Dano pueda llegar a ser un personaje icónico ya que queda supeditado al intento de espolear al protagonista, con los macabros juegos que le plantea, para que se ponga la capa, abandone su rictus deprimente y juegue el papel que todo el mundo espera de él. Una pena que vaya de más a menos engullido por la panoplia de personajes que deambulan por una Gotham debilitada por la inseguridad y que respira entre la mugre y el desencanto a pie de calle pudiéndose ver también a Jeffrey Wright como el comisario Gordon y a Andy Serkis como el fiel mayordomo Alfred y que, claramente, no tiene nada que hacer frente a lo que ya hicieron Michael Gough, Michael Caine y Jeremy Irons.

“The Batman” se detiene en la complejidad de los personajes y se centra en una etapa poco contada, más propia de los cómics, esa en la que todavía no está asentado como un héroe (lleva dos años intentando ejercer como tal) y no es más que un tipo que deambula por una ciudad en la que reina el descontento con la situación económica y con las autoridades por un lugar que no tiene nada que ofrecer a los suyos y que se deja llevar por el populismo fácil acrecentado por las redes sociales y los medios de comunicación y por un poder movido entre las sombras por una mafia que tiene atemorizados tanto a policías como políticos acrecentando las desigualdades y la falta de oportunidades que deja a personajes rotos en el mejor de los casos y peligrosamente perturbados en los peores. Batman vuelve y encuentra una nueva vida que todo parece que le volverá a hacer justicia tras la fallida encarnación de Ben Affleck para Zack Snyder que se quedó en agua de borrajas y sólo en el prólogo de lo que podría haber sido. Aquí hay materia prima para darle continuidad y que el personaje vuelva a volar alto porque hay mucho más que contar de la historia de este rico solitario y deprimido que se presenta como un inadaptado llamado a grandes cotas. “The Batman” sigue la senda que rodea al universo de Gotham desde que “El caballero oscuro” (2008) marcara cúspide y “Joker” (2019) subrayara la tendencia explorando claves reiterativas ya vistas en anteriores cintas pero intentando llevarlas a un nuevo terreno sobre mimbres ya conocidos.

Un ejercicio de estilo detectivesco y subyugante, que surge desde las profundidades de una ciudad de carácter atemporal que vive entre las sombras y el miedo, inundado de tristeza fomentando más la empatía con el público desde un punto de vista contemporáneo marcado más por la decadencia de los valores que por el escapismo disfrutable que devuelve a Robert Pattinson al cine comercial (aunque sin renunciar a la complejidad de autor) y que reafirma a Matt Reeves como un director no brillante ni inventor de nada pero sí prácticamente infalible aunque vaya a quedar más como un fiel seguidor de lo ya abonado por Nolan que como un revulsivo que explore caminos diferentes aprovechando este enésimo reinicio pecando de ambicioso por todo lo que mete en la coctelera explayándose en su duración y en la sucesión de hechos, personajes e incluso cambios de género. Un prometedor ejercicio cumpliendo con creces y aventurando que esto es sólo el principio de lo que puede estar por venir en una saga que aúne poderío de Hollywood y calidad habiendo mucho por explotar ante los mimbres que aquí se presentan sabiendo la iconografía y bases que tiene que respetar pero aportando un cariz no visto hasta entonces. Batman, en vigilancia panorámica de lo que ocurre en Gotham desde su atalaya, se ve influido por la tentación erótica que desprende Selina, la referencia paternal de Alfred, la lealtad con Gordon y el juego de preguntas y respuestas que le plantea Enigma, está ahora en buenas manos y confirma que le sienta a las mil maravillas ese tono trágico y existencial para tiempos oscuros demostrando que, ante todo, es una película planificada con valores cinematográficos y con sello de autor y no una cinta pirotécnica e impersonal hecha de manera industrial y prefabricada como ocurre con muchas otras del sobrecargado cine de superhéroes cuando sólo buscan contestar a los fans.

Conviene saber: Matt Reeves se hace con los mandos del personaje que es el superhéroe emblema de Warner Bros. y DC Comics.

La crítica le da un SIETE

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