"Sala de profesores"
La web oficial.
El argumento: Carla Nowak, una idealista profesora de matemáticas y deportes, comienza su primer trabajo en una escuela de secundaria. Cuando se producen una serie de robos en la escuela y se sospecha de uno de sus alumnos, decide llegar al fondo del asunto por su cuenta. Carla intenta mediar entre padres indignados, colegas obstinados y estudiantes agresivos, pero se enfrenta a las implacables estructuras del sistema escolar.
Conviene ver: “Sala de profesores” se suma a esa corriente de películas que analiza lo que somos como sociedad a través de las aulas. Un estudio de personajes en el que una profesora de Matemáticas y Educación Física intenta ir más allá de lo que hay detrás de una serie de robos en la escuela frente a la obstinación de sus compañeros, el carácter esquivo y agresivo de los alumnos y la poca colaboración de unos padres que con el tiempo han visto más a los profesores como un escollo molesto que como una autoridad constructiva con la que colaborar en pro de la forja de sus hijos como ciudadanos del mañana. Todo ello acrecentado por la época de las “fake news” y el auge de las redes sociales que complica todavía más las pesquisas, el intento de diálogo y comprensión y la labor de esa profesora a la que pone rostro una estupenda Leonie Benesch primando más un titular que se vendible y digerible que lo que realmente puede estar detrás de algo. Un drama lleno de suspense y tensión que se adentra en las consecuencias de las pequeñas decisiones y en la convulsión que se genera en ese microcosmos. Un trabajo preciso a la hora de saber inquietar y agobiar al espectador mientras el cerebro de esta profesora se va llenando de dudas, sombras y preocupaciones por no saber hacia dónde va a ir su investigación y sin saber si va a ser peor el remedio o la enfermedad. El alemán Ilker Çatak lleva a cabo un ejercicio sobrio y orgánico manteniendo el ritmo en todo momento y favoreciendo la reflexión a través de esa profesora idealista que intenta hacer lo correcto pero que llega a un lugar en el que se mira más a otro lado y en el que el hastío inunda todo el ambiente. Frente a ello se rebelará una joven, así como frente al prejuicio que condena al diferente sin pruebas por el mero hecho de serlo teniendo cada acto su consecuencia más cuando ese lugar es también el papel de los adultos será el que marcará el que hagan las nuevas generaciones. Sus convicciones y su moral de lo que es correcto frente a los protocolos y las palabras vacías de sus compañeros que construyen a una profesora que defiende valores como la empatía y la comprensión, sin renunciar a la firmeza de su profesión, pero que precisamente el estar tan pendiente de esa vertiente le hace formar parte de un callejón sin salida en un complejo equilibrio con el fin de posicionar su rol no sólo en el aula sino también fuera de ella a ojos de los demás sufriendo ella misma el hecho de ser mujer o bien ser de origen polaco o ser la nueva del centro lo que hará que todavía se cuestionen más sus métodos.
Una desesperación “in crescendo” que capta la cámara y el espectador ante la impotencia que siente la protagonista angustiada recorriendo los pasillos y salas de ese centro como microcosmo de los conflictos de nuestro tiempo frutos de una sociedad desigual, dividida y egoísta y que llevará a cuestionar aspectos como la intimidad cuando, por su cuenta y riesgo, pone unas cámaras que incluso muestran algunos delitos llevados a cabo por sus compañeros preguntándose si se ha violado más la integridad de uno en un robo o en ser grabado por ello. La facilidad de propagarse cualquier mentira o cuestionamiento favoreciendo el enfrentamiento y que la presión arrase con todo y que la educación se vea erosionada por ello sin poder aprender y crecer en un ambiente conciliador, respetuoso y sano. Un dilema de esos que favorecen la reflexión y plantearnos nuestros propios ideales enriqueciéndose todavía más por el hecho de no salir de esas aulas, así como no conocer nada de la vida personal de los personajes, en un escenario en el que se propugna la tolerancia cero más como un mantra que como un propósito real pero en el que también aparece nuestro racismo congénito y el propio egoísmo que convive con nosotros sin querer a pesar de lo avanzado de las sociedades en las que vivimos. Como si fuera un cubo de Rubik, el cual tiene su metáfora en la película, cada decisión y cada movimiento que lleva a cabo le encalla más a la hora de encontrar una solución ante las ramificaciones y consecuencias que implican en el resto de las partes. Una cinta intrigante y magnética, a lo que favorece su formato cuadrado en 4:3, que va más allá de la anécdota explorando las dinámicas de poder y la relación entre las personas ante un conflicto pasando de lo íntimo a lo global en esa escuela de primaria alemana que funciona como un estrato de la sociedad con sus rangos de poder y estructuras alienadas en el que las contradicciones y el idealismo nublan a una profesora que lleva a que el hecho de querer obtener pruebas fehacientes, frente a la tabla rasa que aplica el centro, le lleva también a explorar terrenos cuestionables sobre la privacidad cuando graba a la conserje del instituto, madre de su alumno.
Conviene saber: Nominada a mejor actriz y mejor guión en los premios del cine europeo 2023, mejor montaje en el Festival de Valladolid 2023, candidata al Goya 2024 como mejor película europea y nominada al Oscar 2024 a la mejor película internacional.
La crítica le da un OCHO
SALA DE PROFESORES
Fallos en el sistema colectivo
Quizá el espectador se acerque a esta sala, a este claustro de profesores, recordando la temática de “La clase” de Canet o el “Hoy empieza todo”, o “La ola” (todos con camisa blanca identificativa) de…, más cuando en boca de los profesores el profesorado no necesita…, y cuando en boca de todos los padres el profesorado necesita… Pues no; aunque sí. Ahí quedan los peligros de los totalitarismos políticos entre las víctimas de los hogares desestructurados. Además, ante tanta vacuidad en las salas de proyección puede sonar la flauta. Añadamos que el personaje central-Carla- figura como polaca, y que tanto el director como el guionista se educaron en Estambul. Si Carla, la idealista profesora, es un personaje estirado que se atraganta al espectador, también los profes, uno por uno, repelen en cuanto a educadores de los que son reflejo. Prejuicios raciales, bullying, grado de adultez personal o colectivo, madurez relativa, tratar a los menores como adultos y como iguales, olvido de la aplicación del ”si natura non dat…” son aspectos que se van desgranando
¿Es una crítica sobre si es acertada la estructura del sistema escolar? ¿Son aceptables los métodos coercitivos de la investigación del colegio? Los detalles se dan intercalados entre los diálogos. Como, ejemplo, la cultura turca de cortar las piernas al hijo ladrón, que dice el chofer. Convivencia imposible de culturas, convivencia forzada, intereses encontrados. Todos prestos a defenderse con el ataque como mejor estrategia de defensa. Los padres, los profesores, los alumnos, el colegio… Un microcosmos con un lenguaje apropiado para cada cultura y con reparos; porque con términos como igualdad, libertad, prensa sin censura… pero olvidando sus motivos y efectos; ni verdad ni mentira para nadie, siempre depende del prisma con que se mira. Película muy recomendable. Cine bien realizado, bien interpretado. Problema actual el que muestra. Las soluciones están en el compromiso de cada quien. Haz tu opinión.