"Polvo serán"
La web oficial.
El argumento: Tras ser diagnosticada con una enfermedad terminal, Claudia decide emprender su último viaje a Suiza. Allí podrá decidir cómo y cuándo terminar su vida gracias a la ayuda de una asociación de suicidio asistido. Flavio, que no se ha separado de ella en más de cuarenta años, decide unirse a este viaje sin retorno. Violeta, mientras tanto, se convierte en mediadora involuntaria entre sus padres y todo lo que dejan atrás, al tiempo que intenta encontrar su lugar en esta historia.
Conviene ver: “Polvo serán” se adentra en el terreno de la muerte digna y las consecuencias que tiene esa decisión para una abnegada pareja. Todo ello en forma de subyugante pieza artística e iconoclasta con música de Maria Arnal y la danza de La Veronal. Carlos Marques-Marcet destila poesía autoral en una historia de amor, muerte y sacrificio que tampoco abandona la posibilidad de ejercer un valiente alegato sobre el derecho a decidir sobre cuándo uno quiere morir cuando la enfermedad le roe y le hace dejar de ser uno mismo o adentrarse en un peregrinar de sufrimiento no sólo para uno mismo sino también para los que les rodean. Ángela Molina y Alfredo Castro están magníficos como una pareja que emprende el viaje a Suiza, con la ayuda de una asociación de suicidio asistido, ya que si bien ella está enferma para él la vida no tiene sentido sin su otra mitad. Una historia de gran fisicidad expresiva en el que la danza es un personaje más que potencia el guión de Clara Roquet y Coral Cruz pero también el refugio al descarnado realismo de padecimiento, dolor y duelo.
Un drama poético y emotivo que también habla del peso de la familia en estas decisiones y el yugo que ello mismo supone ante una negación en forma de incomprensión. Un viaje no exento de desgarro pero que la cinta resuelve con profunda honestidad y humanidad, no frivolizando ni enjuiciando, pero sí enarbolando el amor y la libertad entendiendo la muerte no como un tabú sino como una etapa más que afrontar, asumir y digerir aprovechándose de la potencia y la belleza de la música y el baile cuando las palabras ya no son capaces de expresar aquello que se encuentra arraigado de manera profunda y que va desde el amor y la comprensión hasta el miedo y la indignación. Una cinta que logra brillar tanto en lo cotidiano (la complicidad en un autobús o en un paseo en la playa) como en esos momentos de revelaciones transcendentales abordadas con elegancia y sin ningún dramatismo dejando a la expresividad de los actores plasmada en sus miradas y fisicidad, así como a los recursos sonoros de la música y el baile, el resto. Un canto de dignidad y valentía que supone uno de los ejercicios más estimulantes de la temporada de cine español tratando de manera original y personal el tema del acompañamiento, el cuidado y la empatía que emana del amor incondicional ante la llegada de ese momento del que ninguno queda exento y del que tiene derecho a tomar las riendas en un ejercicio de honestidad y de amor tanto hacia uno mismo como hacia los demás.
Conviene saber: Ganadora en la sección Platform del Festival de Toronto 2024 y Espiga de Plata en el Festival de Valladolid 2024.
La crítica le da un SIETE