"No other land"
La web oficial.
El argumento: Basel Adra, joven activista palestino de Masafer Yatta, en Cisjordania, lucha desde su infancia contra la expulsión masiva de su comunidad por las autoridades israelíes. Documenta la erradicación a cámara lenta de los pueblos de su región natal, donde los soldados desplegados por el gobierno israelí derriban poco a poco las casas y expulsan a sus habitantes. En un momento dado, conoce a Yuval, un periodista israelí, que le apoya en sus esfuerzos. Surge así una improbable alianza. Pero la relación entre ambos se tensa por la enorme desigualdad que los separa: Basel vive bajo ocupación militar mientras que Yuval vive libremente y sin restricciones.
Conviene ver: “No other land” es un descarnado y contundente documental que habla sobre el violento desalojo aniquilador de los palestinos en Cisjordania derribando casos y eliminando cualquier atisbo de supervivencia en el asentamiento palestino aunque sea quitando la posibilidad de agua o electricidad. Unas imágenes que pretenden revelar la verdad, frente a la parcialidad fanática de los de uno y otro bando, erigiéndose como todo un ejercicio de resistencia para un pueblo en eterno viaje nómada hacia ninguna parte en el que los directores han cogido cámara, móvil o portátil para retratar no sólo la violencia sino la cotidianidad que hay detrás de esta situación y que tiene como protagonistas a esas madres, mujeres y niños que intentan sobrevivir como pueden ante la amenaza persistente de que una bomba o una detención de las autoridades lo trunque todo. Un conmovedor retrato psicológico que, además de la impotencia que genera, lleva a la definición de cómo trabajando de la mano se podría hacer tanto por la justicia a pesar de lo enquistado del conflicto no dudando en apuntar la inacción de la comunidad internacional frente a la impunidad de Israel.
Los periodistas y ahora directores Basel Adra y Yuval Abraham (uno palestino y el otro israelí) han remado juntos desde que se conocieron siendo el primero un joven abogado ahogado por la presión y la violencia hebrea y el segundo un periodista que había llegado a la zona para tratar el conflicto desde su blog, no estando exentos de amenazas, en un ejercicio valiente y lúcido que a pesar del drama pretende difundir un mensaje conciliador y de entendimiento alertando del peligro de la inacción de unos políticos que miran de soslayo un enfrentamiento alargado en el tiempo. Un ejercicio con ritmo, pulso periodístico y conciencia moral, siempre con la tensión de la violencia que impregna el ambiente, que trata sobre la resistencia de unas pequeñas comunidades rurales y que no ahonda en mensajes buenistas o forzados buscando la manipulación emocional ya que no duda en sacar a la palestra la crudeza de una situación que no impide que sobre la misma emerjan gestos de bondad frente a cualquier diferencia. Unos judíos que sufrieron las consecuencias del aniquilamiento a su condición en Europa pero que ha terminado dando la vuelta a las tornas destruyendo ya más del 70% del territorio de Gaza con miles y miles de niños como víctimas daños colaterales. Una espiral a la que nadie pone fin y que trabajos como éste pretenden servir para concienciar de una vez a los que de verdad, más allá de intereses partidistas y negocios interesados, pueden hacer algo.
Conviene saber: Mejor documental y Premio del Público en la sección Panorama del Festival de Berlín 2024 y nominación en los premios Gotham, en los premios BIFA del cine independiente británico y en los premios del cine europeo 2024.
La crítica le da un SIETE