"Longlegs"
La web oficial.
El argumento: A Lee Harker, una nueva y talentosa agente del FBI, le han asignado un caso sin resolver de un asesino en serie. A medida que la investigación se complica y se descubren pruebas ocultas, Harker se da cuenta de que existe un vínculo personal con el despiadado asesino y debe actuar con rapidez para evitar otro asesinato.
Conviene ver: “Longlegs” desmonta tópicos del cine de terror y el thriller de asesinos en una estimulante propuesta que ya se ha convertido en la más taquillera de la distribuidora NEON superando a "Parásitos" (2019) que hasta ahora era su mayor éxito. Una película que sabe jugar con la tensión y la introducción de elementos sobrenaturales de manera perturbadora pero sin abandonar cierto halo poético de cuento de hadas con el miedo como propagador correoso de la malignidad. Una detective del FBI novata (una estupenda Maika Monroe cada vez más símbolo del género) enfrentándose a un asesino en serie satánico representado como fabricante artesanal de muñecas con todas las connotaciones psicológicas que ello podría traer para analizar traumas y motivaciones de un personaje con el que Nicolas Cage sigue ampliando su galería de tipos histriónicos, extraños y marginales. Unos hechos que se sustentan en unos crímenes en el que varias familias se matan entre sí por las cartas cifradas orquestadas por ese asesino demente. Una propuesta que se mueve en una atmósfera pesadillesca entre lo gótico y lo suburbano, a lo que ayuda una puesta en escena calculada al detalle con suma elegancia en planos largos y simétricos que generan inquietud y una fotografía exquisita y muy sensorial jugando con la oscuridad de las sombras, que hace acrecentar la angustia entre lo que es la realidad y la ensoñación jugando con nuestros miedos más profundos que luchan por brotar al exterior en una sinfonía malsana que conecta a la película con clásicos como “Psicosis” (1960), “¿Qué fue de Baby Jane?” (1961), “El resplandor” (1980), “El silencio de los corderos” (1991) o “Zodiac” (2007).
Una espiral convertida en persecución y cacería tanto de la detective hacia el asesino como de los símbolos luciferinos que cada vez le acechan más y ante el tiempo que se agota hasta lo que queda para el siguiente asesinato en un Estados Unidos descreído de estética invernal raído de temores congénitos, ramalazos macabros y pulsión inquietante con diálogos diluidos en la ventisca y silencios que calan la sangre en un medido apartado sonoro, que sólo pierde fuelle por el hecho de que la atmósfera y el tono se coma a una investigación policial algo rutinaria que va deshilachándose y que no necesita estar tan sobreexplicada en su desenlace. Un título con más densidad que efectismo que subyuga y perturba, tan inmersiva como desasosegante, asentando el estilo de un director destinado sin duda a espolear a un género que todavía tiene mucho que decir aunando con acierto y potenciando la inquietud de esa mezcla los cuentos infantiles con el psychothriller clásico y que tras su visionado tarda en irse de la cabeza.
Conviene saber: La cinta está dirigida por Oz Perkins, hijo del actor Anthony Perkins, que ya ha explorado el género en cintas como “La enviada del mal” (2015), “Soy la bonita criatura que vive en esta casa” (2016) o “Gretel y Hansel: Un oscuro cuento de hadas” (2020).
La crítica le da un SIETE