"Green border"
La web oficial.
El argumento: En los traicioneros y pantanosos bosques que conforman la llamada “frontera verde” entre Bielorrusia y Polonia, los refugiados de Oriente Medio y África que intentan llegar a la Unión Europea se ven atrapados en una crisis geopolítica diseñada cínicamente por el dictador bielorruso Alexander Lukashenko. En un intento de provocar a Europa, se atrae a los refugiados a la frontera con propaganda que promete un paso fácil a la Unión Europea. En esta guerra oculta se entrecruzan las vidas de Julia, una joven activista que ha renunciado a su cómoda vida, Jan, un joven guardia de fronteras, y una familia siria.
Conviene ver: “Green border” retrata la crisis migratoria en la frontera entre Bielorrusia y Polonia del año 2021. La cinta rodada en blanco y negro y contada a través de varios capítulos nos traslada al momento en el que el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, hizo un llamamiento engañoso y atrajo a inmigrantes de Siria, Afganistán, Yemen o el Congo que querían llegar a Europa al prometer abrir su frontera con Polonia y los refugiados acabaron siendo munición de una guerra encubierta entre los dos países. La historia está narrada desde el punto de vista de una activista, un guardia fronterizo y una familia de refugiados sirios. Agnieszka Holland remueve y conmueve con una película dura y pertinente en la que se muestra especialmente crítica con la Unión Europea, los medios de comunicación y sus colegas de profesión por su falta de compromiso con la crisis humanitaria. Una película que se sostiene en el poder de la imagen para alentar al activismo, el cual no deja de ser el espíritu de una cinta que respalda y enarbola a aquellos que creen en un mundo mejor y se dejan la piel en ello sin recompensa más allá de estar haciendo lo correcto y como parapeto frente a la legalización de la violencia a través de gobiernos y fuerzas policiales o militares que en el peor de los casos lo alientan y contribuyen y en el mejor destacan por su inacción y mirar a otro lado. “Green border” aborda la deshumanización de las guerras y como las personas no son más que peones en unas fronteras en la que se plasma uno de los grandes dramas e incapacidades de Europa, la crisis de los refugiados, una cuestión que pocos parecen interesados en coordinar de alguna manera negando una circunstancia inherente al propio continente y que sólo es posible abordar poniendo democracia, Derechos Humanos, dinero, medidas y empeño.
Una cinta precisa con una puesta en escena aséptica, con un blanco y negro que sustenta el valor documental del film y que supone también su evocación al pasado ante las reminiscencias con lo vivido en la II Guerra Mundial, pero intensa y desgarradora a la hora de mostrar el dolor y el sufrimiento que para el espectador llega rebotado en rabia y resignación ante el poco interés de unos gobernantes por paliar el asunto enterrados en sus cuitas, luchas de poder y representaciones parlamentarias. Una Europa que más que como una unión confluye como una conjunción de intereses con falta de miras en la que cada uno sólo vela por lo suyo en contraste con ser el lugar al que todo el mundo quiere llegar en busca de una vida mejor aunque tanto el camino como el destino no sea lo prometido para los que vienen de fuera y que se enfrentan al recelo, el miedo y el prejuicio conformando un racismo que cala y se propaga. Agnieszka Holland busca dejar devastado al espectador frente a la insensibilidad y brutalidad de los que promueven esa xenofobia consentida, y de gobiernos que manipulan y hacen propaganda con ello despersonalizando el drama, apostando por imágenes que inciden en ese horror buscando el equilibrio entre lo que puede soportar el espectador y no quedarse corto con lo que haya sido testigo cualquiera que haya estado en esa frontera entre bosques, pantanos, alambradas y desolación concebida como una ratonera que da pie a una tragedia humanitaria. Es ahí, donde precisamente, la película encuentra su esencia pero también su hándicap ya que subrayando el mensaje es lo que le hace perder lucidez divagando en sus episodios y recargando a las imágenes de todas las atrocidades posibles.
Un reflejo de nuestro tiempo sostenido en una denuncia que quiere tocar conciencias (al menos así ha sido en una Polonia que ha convertido a esta cinta en un éxito de taquilla en el último trimestre de 2023) llevando al límite la resistencia del público aunque ello no favorezca un mayor impacto en los ideales de uno ni tampoco una mayor calidad cinematográfica. La concreción y la sutilidad, incluso en lo más bárbaro, puede ser incluso más determinante en ocasiones pero la directora ha querido, más acertadamente o no, recrear esas imágenes que muchos han intentado ocultar mientras desentierra voces, rostros y destinos frustrados y ya por ello “Green border” es un título definitorio del compromiso de una directora con el mundo al que pertenece, y las personas que forman parte de él, y que no conviene pasar por alto a la hora de analizar en su conjunto, y a nivel humano, los temas verdaderamente importantes, con sus dilemas y peligros, del mundo que estamos construyendo, mucho más imperfecto de lo que emanan aquellos que se dan golpes en el pecho sobre los teóricos avances del mismo y que dejan abiertos temas buscando que se resuelvan por sí mismos y no poner en peligro el estatus de los que mandan.
Conviene saber: Premio especial del Jurado en el Festival de Venecia 2023, proyectada en el Festival de Nueva York 2023, nominada en película, dirección y guión en los premios del cine europeo 2023 y a competición en el Festival de Valladolid 2023.
La crítica le da un SIETE