"Gagarine"
La web oficial.
El argumento: Yuri, de 16 años, ha pasado toda su vida en las Torres Gagarine, un proyecto de viviendas situado en las afueras de París y sueña con ser astronauta. Cuando se plantea la demolición de las Torres, Yuri se une a la resistencia. Con sus amigos Diana y Houssam, se embarca en la misión por salvar su hogar.
Conviene ver: “Gagarine” nos lleva a los suburbios de París para mostrar una aventura espacial y generacional en clave de fábula, una muestra de como la cinematográfica francesa es capaz de equilibrar el cine social con una propuesta sugerente que tira de autenticidad en un debut en la dirección más que estimable aprovechándose de la autenticidad de sus intérpretes. Fanny Liatard y Jérémy Trouilh ofrecen en hora y media una historia juvenil aunando la dureza del entorno con una ternura conmovedora partiendo de un trabajo documental conjunto llevado a cabo en 2015 a través de las historias de los habitantes de un proyecto de viviendas situado en Ivry-sur-Seine, a las afueras de París, inaugurado con boato en la década de los 60, que se enfrenta a su demolición tras la crisis del petróleo de la década de los 70 que ha empobrecido el lugar y a sus gentes.
La magia de seguir soñando sobre cualquier circunstancia. Una resistencia de solidaridad sobre un lugar en el que el protagonista ha vivido desde siempre y que es el que ha contribuido a sus deseos de ser astronauta, convirtiéndolo casi en una estación espacial que se enfrenta a la ingravidez y en la que él se siente seguro. Un chico inadaptado y desarraigado en origen que ha encontrado en este lugar un sitio del que ser partícipe y desarrollarse como personaje en un barrio que alienta la delincuencia y la marginalidad. Cuesta entrar en el tono tan original de la propuesta pero tal como va fluyendo su lado poético acaba enamorando al espectador por ese tono de inocencia y lucha tan ingenua como reivindicativa.
Conviene saber: Nominada al premio Discovery en los premios del cine europeo 2020 y mejor actor (Alseni Bathily) en el Festival de Sevilla 2020.
La crítica le da un SIETE