"Fallen leaves"

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La web oficial.

El argumento: Ansa es soltera y vive en Helsinki. Trabaja con un contrato de cero horas en un supermercado, abasteciendo los estantes; luego clasifica el plástico reciclable. Una noche se encuentra accidentalmente con el igualmente solitario trabajador Holappa, un alcohólico. Contra todo pronóstico y malentendidos, intentan construir una relación. Como resultado, Holappa logra controlar su adicción al alcohol.

Conviene ver: “Fallen leaves” es lo nuevo de Aki Kaurismäki apostando por su característico cine vintage, aguardentoso, melancólico y reparador en el que logra que una historia de perdedores sea profundamente romántica y evocadora creando una burbuja de fábula pero que conecta con la contemporaneidad de una sociedad individualista y un mundo en guerra. Una delicia que muestra la relación analógica y tímida entre un chico con problemas con el alcohol y una chica que parece haber aceptado que no está destinada a ser amada. Dos solitarios que se encuentran fortuitamente en un karaoke y que, entre miradas, canciones y reflejos pictóricos, nutren su relación desde la distancia al perder él el número de teléfono de ella y navegar entre el anhelo porque el destino les vuelva a juntar y la desesperación por quizá haber perdido una de esas oportunidades que da una vida en la que los recuerdos son hojas muertas que se lleva el tiempo al pasar (como dice la canción Les feuilles mortes de Yves Montand) pero en el que sólo una vieja canción o el encuentro de dos desconocidos a la salida del cine lleva a que todavía quede algo por lo que seguir hacia adelante. Frente al drama y a la miseria la capacidad de soñar y de vivir e incluso de ver el mundo con esperanza e ilusión aunque nos lo pongan tan difícil para ello.

Una película cadenciosa y que arropa llenándola de chispa en su aire fabulado sabiendo crear una atmósfera que crea una burbuja de fascinación en la que uno está deseando que esas dos almas se encuentren y sean felices o, al menos, se acompañen para que sus heridas duelan menos. Un humor absurdo e irónico que abraza lo decadente y que no necesita ser una obra capital en su filmografía ni en contar nada más allá que una pequeña historia que conecta con lo más íntimo de uno creando un halo de esperanza con el contexto de fondo de la Guerra de Ucrania. Una apuesta minimalista, concreta y auténtica a pesar de bañar de cierto aire de irrealidad con guiños cinéfilos y musicales que es puro Kaurismäki, especialmente inspirado en una cinta que no pretende revolucionar pero sí llamar al amor y a la evocación de nuestras pasiones.

Alma Pöysti y Jussi Vatanen conmueven y nos llevan a una historia de amor analógico que, a pesar de desarrollarse en nuestros días por los ecos en la radio y en la televisión de la Guerra de Ucrania, tiene todo el sabor añejo del clasicismo de un “Breve encuentro” (1945) de David Lean en el que se deja campo libre a lo casual, lo espontáneo y lo constructivo. Dos personajes parcos, desencantados y etílicos que se conocen en un bar caduco, que van al cine (ven “Los muertos no mueren” de Jim Jarmusch) y que intentan volver a encontrarse mientras van cambiando de trabajos. Ella pasa de ser reponedora en un supermercado o fregadora de platos en un bar a limpiadora de una fábrica mientras él se enfrenta a jefes aprovechados y despóticos primero en un taller y después en una obra.

En “Fallen leaves” no falta un perro (otro de los elementos del finlandés) ni esas canciones antiguas y tristes pero sobre todo existen personajes patéticos que se sienten derrotados pero que conforman una clase obrera que resiste y que todavía no ha perdido el brillo por intentar seguir dando brazadas hacia la orilla que les permita encontrar la paz y lo más parecido posible a la felicidad encontrando el consuelo en ese buen amigo de juergas, esa chica que hace que el mundo se pare o en el sonar de una melodía que dota de vitalidad y fuerza a pesar de la congoja que también genera. Todo en una cinta en el que sus personajes no se maldicen por su mala suerte sino que encuentran su fuerza y su supervivencia en la resignación y en no darse por vencidos.

Un cuento romántico precioso, nostálgico y atemporal en forma y fondo con las claves, estéticas e ironías propias del director y derrochando deleite no sólo en sus momentos musicales sino en permitirse bromear con Robert Bresson, homenajear a Ozu, Fellini, Melville, Godard, Huston o Visconti, bien en los carteles de ese viejo cine o bien en evidentes referencias, y cerrar la película sin dejar de rendirse al legado de Chaplin en un transcurrir por la vida que en su infinidad de contrastes es capaz de ofrecer momentos de amargura pero también de esperanza en un mundo de dificultades en el que el amor puede brotar aunque alrededor todo parezca desmoronarse entre guerras, soledad y desempleo.

Una sencillez que frente a su fría apariencia es capaz de reconfortar el alma y que en sólo 81 minutos no innova ni sorprende pero sí que conecta de una manera auténtica y mágica con la miseria de los perdedores en su camino (infructuoso o no) hacia la redención. Un mundo de dignidad, solidaridad y amor frente a la precariedad, el abuso y el egoísmo. El cine de Kaurismäki invita a creer, pese a todo, que todavía hay esperanza y eso nos mantiene vivos para seguir abrazando los pequeños grandes momentos escalando sobre las bofetadas de realidad porque frente al cinismo de muchos todavía vale la pena dejarse llevar por lo ilusorio y anteponer los sentimientos y la buena compañía para no sólo sobrellevar las penas sino también ser capaz de encontrar la belleza incluso en las condiciones más duras y desfavorecidas sobre todo si hay alguien al lado para paliar o compartir penas aunque sólo sea tendiendo la mano o permitiendo reposar en un hombro amigo en un canto al amor, la sencillez de las pequeñas cosas, la dignidad y resiliencia obrera y las segundas oportunidades porque en un mundo de miseria y desolación también hay derecho a que brille algo de luz y conseguir la felicidad que la sociedad parece negar lo que convierte al cine de Kaurismäki en humanista e ilusorio pero también reparador y necesario.

Conviene saber: Premio del Jurado en el Festival de Cannes 2023, premio FIPRESCI 2023, en las Perlas del Festival de San Sebastián 2023, 5 nominaciones en los premios del cine europeo 2023, 2 nominaciones a los Globos de Oro 2024 y representante de Finlandia para el Oscar 2024 a la mejor película internacional.

La crítica le da un OCHO

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