"El topo"

La web oficial se abre con una grabadora propia de la época setentera. Pulsando en ella se puede acceder al trailer, argumento, información de los actores y clips.

El argumento: Años 70. El fracaso de una misión especial en Hungría desencadena un cambio en la cúpula de mando de los servicios británicos. Uno de los defenestrados es el agente George Smiley. Cuando Smiley ya se ha hecho a la idea del retiro, le encargan una misión especial. Hay sospechas de que un “topo” está infiltrado entre las altas instancias del Servicio y sólo alguien de fuera puede descubrirlo. Con ayuda de otros retirados y de algún agente fiel, irá recabando información y encajando las piezas que le lleven al traidor. Por el camino encontrará historias de traición, ambición y mentiras.

Conviene ver: "El topo" funciona con sobriedad y con la precisión de un reloj suizo. Sin aspavientos y con mucha solidez se narra la historia que te absorbe tanto temática como visualmente. Entretenimiento inteligente gracias a un thriller que tiene en su aparente frialdad la imagen necesaria que favorece la desconexión emocional en algunos momentos. Exige la atención continua del espectador para no perderse en la trama y captar el ritmo pausado y tenso en un thriller complejo y envolvente a lo que contribuye la música de Alberto Iglesias. El contexto histórico de la guerra fría se siente en la estética y las reacciones y motivaciones de los personajes en un puzzle psicológico a través de la investigación que capitanea un Gary Oldman inmenso, un George Smiley que encierra un lobo de presa con la presencia de un búho y la sagacidad de una comadreja que se toma esta misión como el caso que le saque del hastío y la defenestración que le supone la jubilación. Es su papel más sobrio y lacónico y uno de los mejores trabajos de toda su carrera logrando pasar por diversas fases del personaje sin excesivo esfuerzo y sin que casi el espectador lo perciba. Personaje gris e introvertido, curado de espanto y de vuelta de todo, que sólo con su mirada dice párrafos enteros de guión. Una manera brillante de ocultar sus sentimientos mientras el espectador los percibe únicamente con ligeros gestos. Precisamente, esa atmósfera y esa rocosidad interpretativa provoca la frialdad característica de Alfredson en la relación entre los personajes. El director se confirma como un artesano que maneja con gran oficio, cuidado y detalle la narración y la ambientación de sus historias. Lo peor para el espectador son las excesivas referencias que sólo entenderán los lectores de la obra de Le Carré y unos flashbacks que, aunque ayudan a completar el rompecabezas, descolocan en su visionado. Gran cine de espionaje de aroma británico y sucio que ofrece el lado sobrio y psicológico de las películas de James Bond adentrándose en las cloacas y el juego de traiciones de una sociedad de este tipo. El gran reparto de la película, encabezado por Gary Oldman y Colin Firth, John Hurt, Benedict Cumberbatch y Tom Hardy, vale su peso en oro y logra que el conjunto funcione. Magnífico broche final con la versión de La mer, clásico de Charles Trenet, cantada por Julio Iglesias en la que posiblemente sea la mejor adaptación de una obra de Le Carré.

Conviene saber: Tomas Alfredson salta al cine anglosajón tras la sueca “Déjame entrar” (2008). La quinta obra de John Le Carré ya tuvo versión televisiva en 1979 en formato de miniserie a cargo de la BBC y con Alec Guinness como protagonista.

La crítica le da un SIETE