"El instante más oscuro"
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El argumento: Drama ambientado en 1940, cuando Winston Churchill se convierte en primer ministro británico en un momento realmente crucial de la Segunda Guerra Mundial, pues los nazis avanzan imparables conquistando prácticamente la totalidad del continente europeo y amenazando con una invasión a Inglaterra. Churchill deberá entonces explorar la posibilidad de un tratado de paz con Alemania, o ser fiel a sus ideales y luchar por la liberación de Europa.
Conviene ver: “El instante más oscuro” supone la reconciliación con Joe Wright después de algunas películas fallidas que no han estado a la altura de las que ofreció en sus inicios. Volviendo al cine de época se adentra en uno de los episodios más relevantes tanto de la política británica como de la mundial con la actuación de Winston Churchill tanto para salvar a las tropas británicas atrapadas en Dunkerque como para elevar la moral del pueblo en unos años que se presentaban inciertos y desoladores ante el desarrollo de la II Guerra Mundial que movían al Reino Unido entre el colaboracionismo con los nazis y la determinación del Reino Unido para no doblegar definitivamente el destino de Europa. Hay que destacar la meticulosa y medida planificación en escena y como la película tiene la habilidad de, sin aburrir ni hacerse farragosa, adentrarse en las políticas de despacho ante un hecho clave destacando su cuidado y pulcritud en el detalle a pesar de ser una película teatral que juega con los espacios cerrados para centrarse sobre todo en las motivaciones y conflictos de sus personajes. Evidentemente la baza de la película es un Gary Oldman que como Churchill hace que duren sólo un segundo los prejuicios que podía haber por su caracterización y por el hecho de tener el listón tan alto con otros actores que han llevado a grandes cotas al mismo personaje. Pobres los que dudábamos. Oldman crea un Churchill para el recuerdo y se asegura el Oscar a mejor actor, no sólo por la calidad de su trabajo, sino porque cumple uno por uno todos los requisitos que parecen justificar un premio como el Oscar, más si es para una figura de tal importancia histórica (precisamente en el año en que “Dunkerque” ha contado la otra parte de los mismos hechos que se están contando desde el campo de batalla) y encarnada por un actor respetado y al que los Oscar, hasta ahora, sólo brindaron la nominación por “El topo”. A destacar como Oldman convierte su exceso habitual en virtud (nunca termina siendo excéntrico) en un personaje que es puro “Oscar clip” y que se aleja de su nimiedad gestual en “El topo” pero al que imprime una humanidad brutal en escenas como la del metro teniendo un improvisado encuentro con una serie de personajes que son reflejo de ese país al que “el padre de la nación” levanta sobre sus espaldas. El resto del reparto cumple de manera eficaz pero sometidos al recital mayúsculo de Oldman y quedan algo anecdóticos como es el caso de su mujer (Kristin Scott Thomas), el rey Jorge VI (Ben Mendelsohn), su secretaria (Lily James) o su predecesor Neville Chamberlain (Ronald Pickup), que dimite ante la incapacidad física de soportar la presión de un país que entra en guerra. Un excelente retrato de unos hechos rodado con oficio y meticulosidad.
Conviene saber: El séptimo largometraje de Joe Wright vuelve al clasicismo que mejores réditos le ha dado en su carrera destacando a un Gary Oldman que ya ha ganado el Globo de Oro por este trabajo.
La crítica le da un SIETE