"El imperio de la luz"

La web oficial.

El argumento: Una historia de amor ambientada alrededor de un hermoso cine antiguo en la costa sur de Inglaterra, en la década de 1980.

Conviene ver: "El imperio de la luz" es un homenaje a la experiencia de ir al cine, precisamente en un tiempo en el que se ha echado tanto de menos esa sensación colectiva, ambientándose en la década de los 80 donde se desarrolla una historia de amor, entre proyecciones, confesiones y sentimientos, que tiene como escenario el cine antiguo de un pequeño pueblo costero del sur de Inglaterra. Una sencilla y emotiva propuesta que, además de dirigida, también está escrita por el propio Sam Mendes en el que es su primer guión original en solitario tras estrenarse en este campo en su anterior cinta, la espectacularidad bélica y humana de “1917” (2019). “El imperio de la luz” es una cinta que vuelve a hablar del cine como refugio en un guión algo ensombrecido pero que precisamente tiene en ese reparo y esperanza que supone para las existencias grises de la gente corriente su mayor valor, especialmente por lograr ese espíritu de empatía comunitaria sostenido en un descomunal trabajo (nuevamente) de Olivia Colman que imprime ternura y sentimiento a un personaje de amplio arco que destila emoción e inocencia partiendo de su soledad pero con la capacidad intacta de soñar, enamorarse y dejarse arrebatar por la sencillez de las pequeñas cosas, las que verdaderamente importan.

Sam Mendes echa la vista atrás y, como hiciera Steven Spielberg con “Los Fabelman”, también nos lleva a su juventud y a la figura de su madre, la cual lidia con una enfermedad mental en un lugar marcado por el racismo y la precariedad económica en los años de auge de las políticas de Margaret Thatcher. Un director que encontró su identidad aquellos años, tanto como persona como cineasta, y que refleja en un delicado fresco tan melifluo y desubicado como sanador y reconfortante lo que supone la experiencia en salas y la magia de la luz con la llegada a esa pequeña comunidad del estreno de “Carros de fuego” lo que se presenta como un acontecimiento para los lugareños y para ese pequeño universo de taquilleros, proyeccionistas y acomodadores y el ritual que implica levantar cada proyección desde las entretelas contribuyendo a ello un reparto de robaescenas británicos como Micheal Ward, Colin Firth, Toby Jones, Tanya Moodie, Crystal Clarke y Tom Brooke. Una cinta que mira al pasado pero que resuena en el presente habiendo vivido la soledad y la desazón de la pandemia y el ser testigos de una sociedad que continúa dividida y marcada por el prejuicio y las desigualdades sociales en un ejercicio que casi es una pieza de cámara en su fabulado de intimismo y luminosidad que supera el esquematismo de algunos personajes o el hecho de que parezca que no sepa como terminar de rematar la propuesta en el desenlace.

Conviene saber: Nominación al Oscar 2023 a la mejor fotografía, al Globo de Oro 2023 a la mejor actriz de drama y 3 a los Bafta 2023 (actor de reparto, fotografía, película británica).

La crítica le da un SIETE