"El castigo"
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El argumento: Ana y Mateo buscan desesperadamente a su hijo que se les ha perdido, después de haberlo dejado unos minutos solo como castigo por portarse mal, en un frondoso bosque junto a la carretera. Mientras comienza a anochecer y aun con la ayuda de la policía siguen sin poder encontrar al pequeño Lucas que parece haber sido tragado por este hermoso pero amenazante bosque. El suspense por la búsqueda de su hijo y la intriga de si logrará aparecer llevará a la pareja a replantearse su amor, sus vidas y sus propios roles en la familia.
Conviene ver: “El castigo” es el nuevo trabajo del director chileno Matías Bize que nos lleva a una absorbente historia que parte de un drama de pareja para convertirse en cine de desapariciones primero y en una compleja disección sobre la maternidad después. Una historia sobre lo que es capaz el ser humano, y unos padres, en una situación extrema como la que implica la desaparición de un hijo ante los peligros de la noche en un amplio bosque. Una propuesta sencilla formalmente pero que tiene muy claro lo que quiere contar, llevándolo a cabo de manera certera y sin esconder todo lo que implica una circunstancia atroz en tiempo real con un solo escenario y dos actores. Un castigo para el niño que se convierte en condena para unos padres que no saben que ha ocurrido con el pequeño al que dejaron sólo en la carretera unos minutos tras una reprimenda.
“El castigo” habla sobre padres e hijos y las distintas formas de educar en una sociedad contemporánea en la que se pretende abarcar todo pero en la que muchas veces no se llega a pesar de las buenas intenciones. Néstor Cantillana es el padre pero la que está descomunal (como es habitual) es la madre que encarna Antonia Zegers siendo el anclaje con unos espectadores que entran en ese juego de sospechas, culpabilidades y reproches que se lanzan ambos personajes. Un drama psicológico que refleja angustia en un guión bien medido elevado por sus actores y que, en forma de calma tensa, va calando conforme llega la noche y se acrecienta la desesperación expandiéndose con la llegada de la policía a la que da vida Catalina Saavedra. Una dinámica de pareja por las oscuridades de la condición humana entre lo que se expresa y lo que no se verbaliza llevándonos por la peor pesadilla que pueden vivir unos padres y más cuando es fruto de sus propios actos. Suspense, mala conciencia y demonios interiores en los que Matias Bize vuelve a hablar de la pareja pero con la solidez, madurez y profundidad del mejor Ingmar Bergman en esta obra de teatro en escenario abierto ante la amplitud de la noche, la devastadora incertidumbre y el mayor de los remordimientos.
Conviene saber: Mejor dirección en el Festival de Málaga 2023.
La crítica le da un SIETE