"El caso Braibanti"
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El argumento: A finales de los 60 un juicio celebrado en Roma causó sensación. El dramaturgo y poeta Aldo Braibanti fue condenado a nueve años de prisión por plagio, es decir, "lavado de cerebro", por haber sometido a su voluntad, en el sentido físico y psíquico, a uno de sus alumnos y amigos, que acababa de cumplir 18 años. El chico, a instancias de su familia, fue encerrado en un hospital psiquiátrico y sometido a una serie de descargas eléctricas devastadoras, destinadas a ayudarlo a "recuperarse" de esta influencia "diabólica". Unos años más tarde, se eliminó del código penal el delito de plagio. Pero en realidad, había servido para acusar a todo tipo de personas "diferentes", cualquiera que viviera fuera de la norma. Inspirándose en hechos reales, la película cuenta una historia desde varias perspectivas diferentes, donde, junto a los acusados, familiares y amigos, también toman forma acusadores y simpatizantes, así como una opinión pública mayoritariamente distraída e indiferente. Sólo un periodista se compromete a reconstruir la verdad, enfrentándose a la sospecha y la censura.
Conviene ver: En “El caso Braibanti” el prolífico director Gianni Amelio se adentra en la historia del dramaturgo y poeta Aldo Braibanti que, a finales de la década de los 60, fue condenado a nueve años de prisión por homosexual, bajo la acusación de haberle lavado el cerebro a un joven alumno suyo que se había convertido en su amante. Amelio disecciona los hechos, mostrando la persecución de Braibanti tanto por parte de la derecha como de sus compañeros en el partido comunista. Es crudo en el relato, también cercano a la realidad y a la propia historia personal del cineasta que ha podido liberarse de sus propios fantasmas en una propuesta solemne, académica y que destaca más en los momentos más íntimos que en los declamados en los que la elegancia prima. La película está protagonizada por Luigi Lo Cascio y Elio Germano y brilla en su mirada al pasado a la hora de mostrar la percepción que se tenía de la homosexualidad en la Italia más arraigada en la tradición católica y en el peso de la moral de la década de los 60 que la consideraba una enfermedad en el mejor de los casos y una perversión en el peor, tema que ya trató el propio realizador en el documental "Felice chi è diverso" (2014).
Gianni Amelio no carga tintas ya que está más preocupado por hacer entender una época de la que muchos fueron víctimas, incluso él mismo, y en el que la homosexualidad se camuflaba dentro del delito de subyugación moral, un eufemismo heredero de la época de Benito Mussolini que no sólo suponía una represión sino también el intento de ocultar que en el país existía la homosexualidad, casi como en el propio cine de un director que ha sugerido de manera metafórica la relación de confianza entre hombres, adoptando un cariz de mentoría, dentro de su mirada neorrealista con la que ha vertebrado su filmografía. Braibanti sufrió su época como ya ocurriera con Pasolini (víctimas del comunismo militante de ambos), desacreditado y marginado, mientras que el joven de 18 años al que “subyugó”, uno de sus alumnos, siendo de clase alta, fue internado para ser sometido a una lobotomía mientras el artista fue acusado y vilipendiado a pesar de lo consentido de la relación. Una película académica y contundente que gracias al oficio de Amelio y a las buenas interpretaciones hace que la balanza se incline a favor a pesar de sus excesos aleccionadores y subrayados a la hora de poner el foco en su mensaje sobre esos tiempos oscuros no tan lejanos y que algunos temen que puedan volver a llamar a la puerta.
Conviene saber: A competición en el Festival de Venecia 2022 y 11 nominaciones en los premios David di Donatello 2023.
La crítica le da un SIETE
EL CASO BRAIBANTI (El señor de las hormigas)
Se trata de un vergonzoso episodio de la Justicia italiana. La historia de un proceso –histórico- de los años setenta a un intelectual pensador autoproclamado marxista. Fue juzgado, enviado a prisión por su condición sexual y la aplicación de un artículo que quedaba vigente de la Ley Mussolini sobre el estado de sometimiento personal. Sometimiento personal sobre el que, quizá, la Iglesia Católica tenga mucho que decir.
Si algo resulta escalofriante en la narración es la satisfacción médica por los resultados de los tratamientos a que se somete a los pacientes (terapias consistentes en verdaderas torturas). Es posible que Gianni Amelio- realizador italiano prolífico pero poco conocido en nuestras pantallas- en el guion de su película –para eso lo escribió- haya hurtado o haya añadido conceptos. ¿Hubo intolerancia institucional? ¿La hay hoy? ¿Quién es capaz de aclarar si son defectos de la naturaleza sin intervención de la voluntad humana?
Personalidades del ideario de primer plano de aquellos años dejaron sus opiniones. ¿Quién no recuerda a Liliana Cavani, Vittorio de Seta, Fellini , Antonioni, Pasolini, Betolucci, Bellocchio, etc? Gianni Amelio, el director, se sirve de la película para denunciar la homofobia de entonces y la homofobia de hoy. Braibanti fue poeta, escritor, dramaturgo. Homosexual. Acusado de someter psicológicamente a uno de sus alumnos. Las terapias de electroshock y los internamientos en psiquiátrico son de verdadero impacto. El progreso no parece sino que nos ha dejado empantanados
Subyugación moral, sometimiento total… Términos que asustaban, igual que hoy, y que, algún paralelismo presentaban o querían presentar con el lavado de cerebro que ya sonaba en nuestros oídos desde la guerra de Corea. La película resulta enormemente elegante, muy bien interpretada, cumple su pretendido objetivo y nos quedamos con ganas de ver más cine de Gianni Amelio aunque haya superado con creces la edad presumible de jubilación. Recomendable. Agradecerán la visión.