"Del revés 2 (Inside out 2)"
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El argumento: Riley entra en la adolescencia y el Cuartel General sufre una repentina reforma para hacerle hueco a algo totalmente inesperado: ¡Nuevas emociones! Alegría, Tristeza, Ira, Miedo y Asco, con años de impecable gestión a sus espaldas (según ellos...), no saben muy bien qué sentir cuando aparece Ansiedad. Y parece que no viene sola.
Conviene ver: “Del revés 2 (Inside out 2)” es la confirmación de que a Pixar le queda todavía mecha en taquilla y que también sigue siendo una de las mejores analistas del ser humano a la hora de hablar y enfrentarlo a sus sentimientos. Hicieron maestría con ello hace nueve años en una cinta que hablaba del cambio de prioridades y del siempre complicado pero apasionante paso de la infancia a la adolescencia a través de las emociones humanas. Algo tan existencialista que aún así se mostró de tal manera que convenció a los más pequeños por su vistosidad y dinamismo y conmovió a los adultos por toda la complejidad emocional que encerraba. Un éxito para una compañía que (exceptuando “Coco” y “Soul” en los últimos años) ha ido diluyéndose entre secuelas poco inspiradas. Es por ello de agradecer que, a pesar de que no estemos ante una historia original, Pixar haya logrado de nuevo una gran película dando un paso más y saltando a la adolescencia, época de transición en el que a esas emociones originales se les unen otras propias de ese cambio vital tal y como son Ansiedad, Vergüenza, Envidia, Aburrimiento o Nostalgia.
La mente de Riley gana en la complejidad propia de la edad en la que no hay más que dudas, complicaciones e incertidumbres tras una infancia no apacible, su carácter y el cambio de ciudad de su familia era el detonante de la primera película, pero quizá más controlable que una fase que nos definirá para siempre y siendo Ansiedad (con la poca conformidad de Alegría) la capitana de esa evolución poniendo sobre la palestra el tema tan en boga de la salud mental y que especialmente hace mella en esos años siendo necesarios nuevos sentimientos para poder tener la vida que merece ser vivida aunque sea con sus luces y sus sombras, tanto con momentos de efervescencia como de dolor. Precisamente cuando todo parecía en orden y las cinco emociones estaban contentas con el trabajo desempeñado el botón rojo se enciende y toca demoler y volver a construir y definir para adaptarse a la nueva realidad que marca el paso del tiempo no sólo a nivel físico sino también psicológico y emocional y, en definitiva, planificar el futuro a partir del momento en el que Riley pasa del colegio al instituto y toca hacer amigas e integrarse en un grupo buscando la aceptación, la aprobación y la complicidad que enriquece la confianza y la persona que se será a través de las experiencias que se vivan también a nivel colectivo. Un caos en el que habrá que trabajar en conjunto y aprender a convivir en pro del bienestar de la Riley del presente y la del futuro tanto a nivel personal como social abordando miedos, inseguridades y frustraciones pero siempre con el convencimiento de que todas esas emociones, en las dosis justas, son tan importantes como necesarias. La película tiene la habilidad para conectar con nuestra fibra sensible y, aunque pueda ser repetitiva en algunos momentos al seguir casi de tiralíneas la estructura de la anterior, la experiencia es satisfactoria por contar todo lo que hace y hacerlo de la manera que lo hace siendo capaz de llegar hasta donde no han llegado los tratados de psicología más sesudos haciendo más accesible el derivar de la condición humana potenciando el carácter universal de un terreno inexplorable al que llega cada uno en su momento y para el que nunca se está preparado con un manual de instrucciones.
Una cinta en la que se nota ese cuidado y el valor de la educación emocional (tan en falta en planes escolares) habiendo contado con un grupo de adolescentes como asesoras para que sus sentimientos no fueran pervertidos por otras perspectivas. Eso convierte a “Del revés 2 (Inside out 2)” en una película rica en detalles, precisa desde el punto de vista psicológico y arrebatadora a nivel emocional. Un ejemplo en el que Pixar sigue haciendo gala con lucidez e ingenio de que el cine de animación o el familiar no va reñido con la calidad ni con la inteligencia siendo capaz de contribuir no sólo a ser mejor personas sino también a plantear algunas respuestas en una época de tantas incertezas en las que tan complicado es entendernos no sólo los unos a los otros sino a nosotros mismos.
Conviene saber: Kelsey Mann debuta en la dirección de largometrajes con la secuela de “Del revés (Inside out)” (2015).
La crítica le da un OCHO