"Decision to leave"

La web oficial.

El argumento: Hae-Joon, un veterano detective, investiga la sospechosa muerte de un hombre en la cima de una montaña. Pronto, comenzará a sospechar de Sore, la mujer del difunto, mientras la atracción que siente por ella le desestabilizará.

Conviene ver: "Decision to leave" es una proeza artística de Park Chan-wook que desde sus primeros pases ha sido considerada la película más romántica, sutil y elegante dentro del ya amplio cine de detectives. Una historia que parte de un crimen por amor a través de la habilidad para que el público se deleite con infinidad de recursos visuales, con unos interrogatorios planteados como momentos de acercamiento y conexión romántica en el que la atracción se palpa, logrando no ser manidos ni recargados sino generando valor añadido intrínseco a la historia. Eso es la principal baza de una cinta que parte de un veterano detective que investiga junto a su ayudante la muerte de un hombre en la cima de una montaña en extrañas circunstancias. ¿Suicidio, accidente o asesinato? Las sospechas que despiertan en él la mujer del difunto, una inmigrante china que se casó con el fallecido por interés, le introducirán en una estela de fascinación y atractivo poniéndose frente a frente personas que encontrarán liberación en su encuentro y que, si bien el film entronca con el cine negro más puro, no se deja de estar ante una historia de amor intensa, hermosa y elegante sin que su aire al cine de Hitchcock haga que los árboles dejen de ver el bosque de lo que es una cinta que cautiva en lo emocional tanto por la finura de su narración como `por su orfebrería visual.

“Decision to leave” es prodigiosa gracias a la comunión de dirección, fotografía y montaje que lleva a que las imágenes vayan fluyendo con precisión de artesano de manera delicada y preciosista, jugando con reflejos, escenas paralelas o planos que se superponen a pesar de estar en escenarios diferentes, aspecto que dota de dimensión a una historia llena de vericuetos que se mueve entre el misterio y la pasión con naturalidad y sabiendo encajar todas las piezas que se ponen sobre el tapete. Todo ello a pesar de lo enrevesado de una trama con pistas falsas y medias verdades que amenaza con la dispersión, casando la narración con un diseño artístico que podría haber quedado en mera floritura si, en verdad, no dejara ese poso en el espectador siendo una de esas cintas que parecen concebidas para ser saboreadas y sentidas en más de un visionado ante sus apabullantes ideas visuales, infinitas lecturas y permeables capas.

Park Chan-wook se ha pretendido lucir con una cinta con la que puede evidenciar todo su magisterio depurado y su habilidad para innovar dentro de una rica sugerencia estilística sostenida en el apartado técnico, apoyándose en los recursos atmosféricos dotados por la montaña primero y el mar después, y en las interpretaciones, tanto Park Hae-il como especialmente la de Tang Wei, transmitiendo mucho como una mujer compleja abierta a sentir pero también tan maltratada y herida como despechada y temerosa. Un conjunto de infinitas referencias que muestran cómo ha concebido el director este proyecto partiendo del cine negro de los 40, rindiendo tributo a Hitchcock o Chabrol e, incluso, acercándose a las más recientes e icónicas “Arma letal” (1987) e “Instinto básico” (1992) sobrevolando también la tensión latente por el choque cultural y de carácter entre Corea y China, algo presente en la filmografía de un director que explora lo pasional desde un punto de vista artístico y sensorial.

Una cinta que tendrá encendidos fans que la eleven como obra maestra mientras que otros rebajaran esas calificaciones por el hecho de suponer también un trabajo exigente para la paciencia del espectador ante una planificación tan excesiva que puede llegar a ser agotadora por sobredosis de belleza y por el hecho de que la huella del director quiera estar muy presente de manera sobredimensionada y en detrimento de la historia. En todo caso este sutil drama romántico sobre la pérdida puede ser igual de disfrutable y valioso sin necesidad de que se le corone en la cúspide de la filmografía del director aunque si está en la misma se le queda muy cerca junto a “Old boy” (2003), considerada hasta el momento su mejor película en una carrera que ya abarca tres décadas y en la que ha alternado proyectos tanto en Hollywood como en su país, el último "La doncella" (2016). Una película más sobria y con algo más de humor que otras de sus obras pero que, sobre todo, destaca por su envoltura y por su aire tan fatalista y romántico propio de la tragedia clásica que conforma la depuración máxima de todo lo que puede dar un director con una cámara a la hora de aunar lo artístico desde su prisma más visual y excelso fusionando el lenguaje cinematográfico y el pictórico a través del poder, el simbolismo y la evocación que es capaz de generar una imagen.

Conviene saber: Mejor dirección en el Festival de Cannes 2022 y mejor montaje en el Festival de Valladolid 2022.

La crítica le da un SIETE