"Bikeriders. La ley del asfalto"

La web oficial.

El argumento: Ambientada en los años 60, sigue el ascenso de un club de motociclistas del medio oeste, los Vandals. El club pasa, en el transcurso de una década, de ser un lugar de reunión para forasteros locales a convertirse en una banda más siniestra, que amenaza el modo de vida único del grupo original.

Conviene ver: “Bikeriders. La ley del asfalto” es el nuevo trabajo de Jeff Nichols que presenta una historia original ambientada en la década de 1960 tras el surgimiento de un club de motociclistas ficticio del Medio Oeste. Un recorrido por la América profunda y desesperanzada de una época representada en una juventud que buscaba libertad y cambio centrado en estos jóvenes rebeldes que derribaron puertas y contribuyeron a romper con la asentada generación de sus padres traumatizada por la guerra y la precariedad económica. Una película que adapta el libro del fotógrafo Danny Lyon que siguió a esos moteros con su cámara durante cuatro años en un modo de vida más existencial que aventurero retratando sus dinámicas, luchas de poder, alergia al compromiso o la responsabilidad y deseo de libertad. Jeff Nichols homenajea en esta cinta a toda la cultura iconográfica y motera que en el cine ha estado representada desde el Marlon Brando de “Salvaje” (1953), los lisérgicos de “Easy Rider” (1969), los ochenteros de “Rebeldes” (1983) o “La ley de la calle” (1983) o la serie de culto “Sons of anarchy” (2008-2014).

Una mirada nostálgica que evoca a Nicholas Ray en su lirismo y a Sam Peckinpah en su brutalidad a través de una historia de ficción que aúna en sí muchas vivencias de una época de marcado carácter masculino (en un momento de desorientación y nuevas identidades) entre cerveza, cigarros, partidas de billar y rock and roll pero pivotada desde la perspectiva de una mujer que se encuentra entre dos hombres, el líder de la manada que toca a retirada y el heredero misterioso y enigmático que con rebeldía, chupa de cuerpo y pelazo tira de carisma embaucador, juventud ilusoria y energía despreocupada. Un reflejo de un Estados Unidos en el que hay también mucho de machismo, clasismo (incluso entre los propios desarrapados) y precariedad reivindicando a la clase obrera y a la América profunda (no a la caricaturizada como seguidores de Donald Trump) sino a esa otra que queda lejos de los focos y a la que se le da dignidad y definición. Jeff Nichols se centra en unos hombres que dentro de su fachada de autosuficiencia sienten que no han cubierto las expectativas y que, por ello, son expulsados de una sociedad que les ha dejado en la cuneta bien por su falta de referentes familiares, su maltrecha situación económica o por ver herido el orgullo al ser rechazados para Vietnam. Unos tipos que de grupo de moteros pasa a ser banda criminal y que buscan conformar su propia comunidad como refugio con sus códigos de honor como mantra y más allá del sistema imperante, tipos que no encajan en ningún lado y que sólo se tienen los unos a los otros, aunque eso suponga alargar su juventud pero también quitarle hojas a su futuro bordeando también la ley cuando se introducen en el mundo de las drogas y las apuestas. Una cinta bien narrada con un poso clasicista, elegante estilo y dando voz a esa clase obrera abandonada a la que Jeff Nichols reivindica por sus valores de unión y personalidad más allá de lo establecido y que humaniza más allá de la pose trascendida en la cultura popular ya que detrás de esas chupas hay unas almas rotas que reflejan con violencia y pesar su desesperación mal encauzada por haber sido excluidos por parte del sueño americano. Austin Butler, Jodie Comer y Tom Hardy encabezan un reparto que resuelve de manera notable una cinta que destila madurez y dignidad, más enarbolando la iconografía que dando peso a la narración, y que asienta cada vez más el poso como destilador de sensaciones y constructor de atmósferas de su director.

Conviene saber: La nueva película de Jeff Nichols se estrenó en el Festival de Telluride 2023.

La crítica le da un SIETE