"Ariaferma"

La web oficial.

El argumento: Una antigua prisión del siglo XIX, ubicada en una zona inaccesible e indeterminada del territorio italiano, está siendo abandonada. Por problemas burocráticos, los traslados están bloqueados, y quedan alrededor de una docena de presos, con pocos agentes, esperando nuevos destinos. En esa atmósfera extraña, poco a poco, las reglas parecen tener cada vez menos sentido, los protocolos se relajan y se vislumbran nuevas formas de relación entre los hombres que allí quedan.

Conviene ver: “Ariaferma” es un duelo actoral en uno de esos escenarios que tantas historias han generado también en la pantalla, aquí una prisión tan regia como decadente y abandonada a su suerte que se prepara para su desalojo definitivo. Cautivos entre barrotes en el que tanto presos como vigilantes tienen que convivir sabiendo que están olvidados por el mundo, no teniendo ni los más mínimos servicios para tener una mínima calidad de vida a pesar de los condicionantes. Eso lleva a una huelga de hambre promovida por los presos que llevará a la interacción del sobrio agente Gaetano Gargiuolo y del táctico preso Lagiogia en el que no es necesario saber nada de lo que ha llevado allí a esas personas para saber que hay más cosas que les unen que les separan. Contención y pulcritud sobre una serie de hombres que aún así tienen la palabra y su convicción para seguir adelante y salir a flote ellos mismos a pesar de no importar a nadie.

“Ariaferma” es una apuesta sobria y existencialista en la que el humanismo va calando entre las rendijas del lugar primando el hecho de que la solidaridad y la empatía es lo que confluye aunque las circunstancias de la vida haya puesto a unos y a otros frente a frente bien por malas decisiones o simplemente porque estaban destinados a ello pero, en verdad, comparten espacio y todos ellos (incluso los que llevan uniforme y consideran que tienen autoridad y duermen sin remordimiento por las noches) no dejan de ser también reclusos del lugar. La rutina de la cárcel de un lugar que ya está de salida y en la que se sufren los recortes de personal y una tensión latente entre presos frente a los que les tienen allí como un rebaño con el que no se sabe qué hacer. Todo va calando poco a poco, con austeridad y sutilidad, hasta desembocar en una conversación de altura que deja roto, conmovido e impactado evidenciando que, aunque no lo parezca, son los hombres buenos los que mueven el mundo si logran ponerse en los zapatos que lleva el otro. Todo en una propuesta de herencia teatral, documental, literaria y costumbrista en la que un escenario y dos actores mayúsculos como Toni Servillo y Silvio Orlando que con suma facilidad hacen tanto (conectando con la cotidianidad y la pureza interior de sus personajes) son suficientes para que esta propuesta vuele alto y con tan poco emocione y arrebate.  

Conviene saber: Es el nuevo trabajo de Leonardo di Costanzo que pudo verse fuera de concurso en el Festival de Venecia 2021.

La crítica le da un SIETE