"Air"

La web oficial.

El argumento: Narra la increíble y revolucionaria asociación entre Michael Jordan, un novato en ese momento, y la incipiente sección de baloncesto de Nike que revolucionó el mundo del deporte y la cultura contemporánea con la marca Air Jordan. Cuenta la atrevida apuesta que definió la carrera de un equipo poco convencional, la visión implacable de una madre que conoce el valor del inmenso talento de su hijo y el fenómeno del baloncesto que se convertiría en el más grande de todos los tiempos.

Conviene ver: "Air" supone la primera cinta de la productora formada por los colegas Ben Affleck y Matt Damon, Artists Equity, en la que se narra el empeño de la marca Nike en fichar a toda una estrella del deporte como Michael Jordan, formando una de las alianzas de marketing más rentables de todos los tiempos convirtiendo al jugador en toda una estrella mediática. No es necesario que aparezca ningún actor dando vida a Jordan (lo cual no hubiera sido creíble ante la magnitud de la leyenda del baloncesto) para que su presencia esté en todo momento y se haga divulgativo y atractivo una de las operaciones más transcendentales que conectaron el deporte, el marketing y la cultura popular. No deja de ser simbólico que el primer proyecto de la productora de Affleck y Damon, inquietos desde su juventud escribiendo sus propios guiones antes de convertirse en estrellas, y la cual pretende repartir los beneficios de una película entre todos los artífices de la misma, trate sobre el primer deportista que se quedó para él parte de lasa ganancias que generaban sus jugadas y no la empresa de zapatillas que le patrocinaba. Es la primera película de Amazon Studios desde 2019 que pasa primero por salas antes que por la plataforma siendo una estrategia que pretende permanecer en el tiempo de ahora en adelante con los títulos del Estudio favoreciendo su estreno en cines habiéndose lanzado en USA con más de 3.000 copias.

La cinta nos lleva a unos pioneros que tiraron de nuevas ideas, energía, carisma y cierta inconsciencia anteponiendo todo lo que se podía ganar para darle la vuelta a un mercado dominado por marcas como Adidas y Converse que tenían un sistema mucho más tradicional y capitalista de ver los negocios, asentadas en el mercado pero sin el empuje necesario para apostar todas las fichas de la partida en favor de Jordan. Nike logró alcanzar el trono pero intentando ostentar, al menos en ese momento, otra forma de hacer las cosas que hiciera que llegara más a la gente como una forma de vivir y un estilo de hacer las cosas que marcaba la diferencia convirtiendo la experiencia que suponía la zapatilla asociada al deportista como toda una ventaja competitiva. Una lucha de personas frente a las circunstancias que queda representado tanto desde un punto de vista empresarial por el personaje de Ben Affleck, un visionario y espiritual Phil Knight (cofundador de Nike), hombre clave tanto en el deporte como en los negocios en las últimas cuatro décadas, como el más humano definido por la propia madre de Jordan que, sin estudios pero sí con carácter y con las ideas muy claras, logró en una reunión frente a hombres blancos conseguir las mejores condiciones para su hijo, no pudiendo ser otra que Viola Davis la que llevara a cabo este personaje en otro recital y siendo petición del propio Jordan a la hora de dar vida a su madre.

“Air” muestra como son las personas las que pueden cambiar el mundo y también los pequeños gestos como la pericia y entusiasmo del cazatalentos Sonny Vacaro, interpretado por Matt Damon, que fue el que logró arrebatar a Michael Jordan de Adidas cuando sólo era un juvenil prometedor por 250.000 dólares, poniendo sobre la mesa todo el presupuesto de su departamento, y aprovechándose de que nadie apostara decididamente como mascarón de proa por ese talento en ciernes como estrella al igual que una marca que parecía que quedaría destinada a quedarse con las migajas que dejaran el resto. Una de las mejores inversiones de todos los tiempos que termina siendo la base de una cinta que no es un biopic sobre Michael Jordan o una loa a la marca Nike sino uno de esos hechos que marcan no sólo a una persona sino al devenir de los tiempos tal fue todo el proceso que llevó a que Michael Jordan firmara por Nike convirtiendo un salto sin red en uno de los mayores negocios de todos los tiempos. Una cinta bien hilvanada con un guión efectivo (firmado por Ben Affleck, Matt Damon y Alex Convery) que bebe de “La red social” (2010) o “Moneyball: Rompiendo las reglas” (2011) y se permite jugar con el humor definiendo a personajes de carne y hueso que le dan una vuelta al tan soñado “american dream” demostrando que, hasta lo más insospechado, puede ser posible y más en una época en la que se vendía que el cielo era el límite lo que convierte a esta cinta por momentos en una heredera de ”Jerry Maguire” (1996) en una de esas películas de éxitos de ejecutivos en los despachos y con títulos de créditos finales en las que se pulen con toda la épica los hechos reales que sustentan la historia. Un 1985 en un país que quiere liberarse de complejos y traumas de décadas atrás quedando representado certeramente tanto en la estética que se muestra y las luces que la envuelven, a lo que contribuye la fotografía de Robert Richardson, como en el vestuario, los pelucones y el hilo musical (no puede faltar alguien tan americano como Bruce Springsteen) que pretendía crear y difundir nuevas tendencias y un optimismo que explotaría en la década posterior pretendiendo que hasta el más humilde pudiera sentirse identificado y exitoso con una marca como la de Nike que, a pesar de las complejidades, contradicciones y polémicas que le han rodeado posteriormente, muestra un mundo en el que con cierta inocencia, a través de la oportunidad alcanzada por Michael Jordan y con esas zapatillas que parecían tener alas figuradas, la gloria podía estar más al alcance de la mano permitiendo que llevarlas supusiera toda una experiencia innovando y arriesgando incluso dándole un color rojo a pesar de no ser el permitido por la NBA pero asumiendo Nike todas las multas en pro de algo mayor como era tener a Jordan luciéndolas con todo lo que generó después.

“Air” conecta con “Argo”, la oscarizada película del director, en como un hecho concreto cambia la vida de muchos para siempre bien fuera el rodaje de una película figurada o el contrato firmado con una incipiente estrella con la simbología de una marca de zapatillas. Una sencillez narrativa que se aprovecha de diálogos ingeniosos, una claridad en el desarrollo de la historia, una humildad en sus intenciones, un ritmo ágil que sabe mantener el interés, una épica bien construida y un reparto entregado que logra conmover aunque la historia se nos antoje ajena ya que no deja de ser algo tan clásico como efectivo la lucha abnegada de un hombre por conseguir que los demás compartieran su sueño frente a los obstáculos que surgen en el camino consiguiendo a la persona clave para salvar a toda una compañía alicaída y acomplejada. Sí que logra ser una interesante mirada a las entretelas del mundo del marketing, el deporte y los negocios, en el que la persuasión fue clave, y de cómo el poder de la imagen se concibe como valor añadido, sin olvidarse en todo momento de lo más importante, un público amplio que se sienta atraído y arrebatado por la historia. Un título que es capaz de aunar todo lo que se puede pedir a una película favoreciendo la conexión empática en la sala y que nos lleva a un estilo del cine con el que sus creadores se criaron pero del que los algoritmos y las secuelas nos han privado aunando inocencia, superación personal y, sobre todo, capacidad de hacer sentir con el placer que genera una historia bien contada que se disfruta te guste o no el deporte en el que se ambienta ya que la cinta no va de eso sino de algo tan universal, edificante y épico como la superación personal y profesional en pro de un propósito que se antoja trascendental y definitorio tal y como demuestra ese discurso lleno de épica, motivación e inspiración con el que el personaje de Matt Damon apuesta todo por Michael Jordan frente al resto de asistentes de una reunión decisiva mientras se nos muestran imágenes de todo lo que rodearía al icono del deporte de ahí en adelante y todavía hoy un símbolo del que sacar partido. Un error verla como una americanada previsible y noventera ya que nos encontramos ni más ni menos que ante gran cine a la hora de mostrar una época en concreto y narrar de manera entretenida y siempre en alto uno de esos hechos que por la labor de sus artífices y el resultado conseguido cambia el rumbo de los tiempos.

Conviene saber: Ben Affleck presenta su quinta película como director tras "Adiós, pequeña, adiós" (2007), "The town. Ciudad de ladrones" (2010), "Argo" (2012) y "Vivir de noche" (2016).

La crítica le da un SIETE