"A complete unknown"
La web oficial.
El argumento: Ambientada en la influyente escena musical de Nueva York de principios de los años 60, “A complete unknown” cuenta la historia del meteórico ascenso del músico de Minnesota Bob Dylan, un cantante de folk de 19 años, hasta las salas de conciertos y lo más alto de las listas de éxitos. Las canciones y la mística de Dylan, de nombre Robert Allen Zimmerman, se convirtieron en un fenómeno mundial que culminó en 1965 con su transgresora actuación de rock eléctrico en el Newport Folk Festival.
Conviene ver: “A complete unknown” nos presenta a Timothée Chalamet en la piel de un joven Bob Dylan en sus años de irrupción en la escena musical de la década de los 60 cuando llega a Nueva York, cargado de ilusiones, con su guitarra a cuestas, un cuaderno y sólo unos centavos en el bolsillo, siguiendo los pasos de su ídolo Woody Guthrie, cantautor folk, encontrándose con un nuevo mundo del que formaban parte el comprometido músico Pete Seeger, el soplo de aire fresco representado en la cantautora Joan Baez, la fuerza del cantante Johnny Cash o su primer amor Sylvie Russo. Bob Dylan es un eterno desconocido pero no se puede negar que es uno de los iconos de la contracultura antes de pasar al “mainstream”, una personalidad enigmática y un artista complejo que por ello ha tenido como mejor aproximación a su figura la ya de por sí singular “I’m not there” (2007) sin olvidar los documentales “Don’t look back” (1967) o “No direction home” (2005). Aquí estamos ante una vertiente más convencional y centrada en unos años en concreto teniendo como gran aval el buen trabajo de Timothée Chalamet (en un proyecto que le ha llevado cinco años y medio de trabajo encargándose él mismo de interpretar en directo con voz y guitarra los temas del músico) y el arsenal de más de una treintena de canciones que convierten en accesible esta historia de auge y éxito y su viaje de búsqueda e inspiración. Un artista más reflexivo que activista en un film con poco riesgo pero sumamente efectivo que, si bien estandariza al mito, logra presentar una cinta audaz y emocionante en el que todo está bien medido a un gran nivel sin necesidad de excelencia abarcando, como marco el Newport Folk Festival que en su día le encumbró con Blowin’ in the wind para después decepcionar a los puristas en 1965 con Like a Rolling Stone considerándose una traición para los que quisieron verlo como un nuevo emblema folk sin entender que un Dylan en eterna reinvención quería explorar nuevos retos y sonidos.
Lo que se le puede achacar es que desde un prisma más obvio se centra en un joven Dylan en su llegada a Nueva York para abrirse camino en la música folk, estilo que abandonará cuando abrace la popularidad, dejando de lado las complejidades de la época con la crisis económica, la Guerra de Vietnam y la lucha por los derechos civiles como telón de fondo. Funciona como biopic, como retrato social de una época y como elemento para acercar a las nuevas generaciones a una de las personas más influyentes de las últimas décadas que prefirió el éxito y la gloria que quedarse como conciencia de la sociedad en la que le tocó vivir. Quizá era el precio a pagar para que sus letras (las cuales le llevaron a ganar el premio Nobel de Literatura) pudieran llegar al mundo. La transformación de un movimiento colectivo a partir de la figura de un nombre clave para la historia de la música y de la cultura popular, con un Mangold que ha contado con la aprobación del propio Dylan, que se asume en este título de manera efectiva, para fieles irredentos y nuevos adeptos, que logra atrapar por la fuerza de los temas y por su forma de saber mostrar tanto la forja de un artista buscando su lugar en el mundo como el espíritu de una época.
Conviene saber: James Mangold vuelve a adentrarse en el terreno del biopic musical (tal y como hiciera en "En la cuerda floja") habiendo conseguido 8 nominaciones en los Oscar 2025.
La crítica le da un SIETE