Crimen y arte han sido unidos a menudo por el deseo de belleza, por el de poder, por el de riqueza, incluso por el de patriotismo. Todos se pueden conjugar en esta "invención" en ausencia de respuestas alrededor del retrato más famoso del mundo.
No se puede empezar mejor un libro como éste: recorriendo la habitación y la casa de Marilyn Monroe, mientras ella permanece en su cama, boca abajo, muerta. James Ellroy siempre ofrece unos mundos tan personales y con tanto sabor cinematográfico que muchos aficionados al cine lo consideramos una lectura casi obligada, sobre todo en la serie de cinco novelas que está dedicando a Los Ángeles. "Los seductores" es la tercera y la más reciente. No puede ser más cinematográfica porque su protagonista ya trabajó para L.A. Confidential, el semanario inventado cuyo peso y poder amarillo hizo que Hollywood le dedicara su propia película en 1997, basándose en otra de las novelas de Ellroy .
Los libros de Daniel Silva, la saga de Gabriel Allon, han sido "bestsellers" durante años, pero nunca han llegado a la pantalla, ni en cine ni en televisión. Silva es muy protector con su obra y ha dicho en entrevistas que no está dispuesto a ceder el control creativo completamente. Gabriel Allon es un espía israelí, pero también un restaurador de arte con una historia muy rica y matizada. No es el típico agente de acción, y trasladar ese equilibrio entre su vida personal y profesional no es fácil en pantalla, además de que Silva trata temas de espionaje, terrorismo y conflictos políticos reales, a menudo con Israel como protagonista. Esto puede hacer que algunos estudios o plataformas duden en adaptar la saga por miedo a polémicas. En 2017 Metro-Goldwyn-Mayer compró los derechos para una serie basada en Gabriel Allon, pero el proyecto nunca se materializó. No está claro si fue por diferencias creativas, problemas de financiación o falta de interés de plataformas de streaming. Con el éxito de otras sagas de espías como Jack Ryan o Jack Reacher, es posible que en el futuro veamos una adaptación.
Todos hemos estado en Old Bailey, el tribunal penal central de Londres. Allí nos lleva Hitchcock, a la corte número 1, en una escena de "Frenesí" que pudo rodar durante un fin de semana de agosto de 1971. Incluso lo hemos visto ser destruido en "V de Vendetta", como símbolo de la opresión gubernamental; o en un decorado reconstruido con detalle en cine tan clásico como "Testigo de cargo", o más reciente como "Mr. Holmes", donde se reconstruye el interior para una escena de juicio. Los más interesados lo pueden ver con muchos detalles en diversos documentales que ofrece la red, realizados en los interiores de Bailey, incluyendo entrevistas y análisis de casos emblemáticos. Este es el mundo en el que se mueve el autor de "El juicio", de profesión abogado, por inspiración showman legal de calidad.