Sharon lleva una docena de años manteniendo el status de
icono sexual, con una actitud y una inteligencia, poco habituales en las
actrices que explotan su parte ERÓTICA.
Esa combinación despierta
sentimientos radicales de admiración y desprecio. Tiene un coeficiente de
inteligencia muy superior a la media, 154, que la convirtió en una adolescente super dotada que entró en la Universidad a los 15 años y se
graduó en Escritura Creativa y Bellas Artes.
Sin embargo, su gran pasión
eran las películas en blanco y negro, así que decidió entrar en el mundo de la
interpretación vía concursos de belleza. Tras ser elegida Miss Pennsylvania, se trasladó a Nueva York, firmó con la
agencia Ford y se convirtió en la imagen para las campañas de Revlon y Coca-Cola. En 1980 hizo por fin su debut
cinematográfico encarnando a la fantasía erótica de Woody Allen en “Recuerdos”.
Era un comienzo muy fugaz, pero era Allen. Eso no impidió que pasara los años
80 haciendo cine mediocre, a menudo interpretando a rubias tontas, pero con aspiraciones
a mucho más. No consiguió “Atracción fatal”, “Batman”
ni “Dick Tracy”, pero tuvo
su gran oportunidad en 1990 interpretando a la esposa karateka de Arnold
Schwarzenegger en “Desafío total”. Ese mismo año decidió posar desnuda para “Playboy”, un riesgo para una actriz de 32 años que, sin
embargo, funcionó.
Sharon fue consciente de lo que podía significar “Instinto
básico”. La discusión sobre si se pretendía mostrar su pubis en pantalla, ya
carece de interés ante el hecho de que su cruce de piernas durante el
interrogatorio policial se ha convertido en una escena clásica de la historia
del cine de esos años.
“Instinto básico” convirtió
a Stone en el nuevo sex symbol
de Hollywood de la noche a la mañana, aunque también la encasilló en papeles de
manipuladora sexual. Los fracasos críticos y comerciales de “Sliver” y “Rápida y mortal , producida con su propia
compañía, “Chaos”, dieron argumentos para dudar de su
talento, pero en 1995 consiguió ser reconocida como actriz “seria” gracias a su
interpretación en “Casino”, que le valió un Globo de Oro y una nominación al
Oscar.
En junio de 2001, Stone demandó por 100 millones de dólares a los productores
de “Instinto básico”, acusándoles de romper el contrato verbal que tenían con
ella para que repitiera el papel de Catherine Tramell
en la largamente esperada secuela de “Instinto básico”, que tendría que haber
empezado a rodarse antes de finalizar el año 2000, y que ha necesitado todo
este tiempo para ir atravesando bufetes de abogados hasta alcanzar el acuerdo.
Sharon ha tenido otros problemas además de la pelea por la
secuela de su película. En septiembre de 2001 tuvo que ser hospitalizada de
urgencia e intervenida quirúrgicamente tras sufrir un aneurisma
cerebral. En 2003 terminaron sus cinco años de matrimonio con Bronstein, y reapareció por fin con el thriller
sobrenatural “La casa”. Ahora empieza a rodar la secuela de la película que la
hizo famosa en todo el mundo.