Steiner le contó lo que pensaba al productor y estuvo tan convincente que acabó dándole la razón. Pero se dieron cuenta de que “As Time Goes By” salía a relucir con tanta frecuencia a lo largo de la película que cambiar la canción hubiera supuesto repetir más de una toma, sobre todo en la escena entre Ilsa y Sam. Ahí estaba el problema.
Además, Ingrid Bergman ya se había cortado el pelo para “¿Por quién doblan las campanas?”. Podrían haber empleado una peluca, pero, con el esfuerzo de tiempo y dinero que costaría, no valía la pena arriesgarse, ya que nadie podía asegurar que el color del postizo armonizaría con el cabello de la actriz en el resto de las tomas.
Steiner aceptó la derrota con elegancia y demostró, desmintiendo sus objeciones anteriores, que la melodía de “As Time Goes By” podía introducirse en todos los escenarios de la cinta sin dificultad. Cuando “As Time Goes By” comenzó su éxito y a recaudar dinero, el compositor reconoció que aunque la canción seguía sin parecerle gran cosa, algo debía de tener para que al público le resultase tan fascinante.