La leyenda insistiría en que Barrymore tiró los tejos a Kath, y que ella le rechazó cómicamente gritando: «¡Mi padre no quiere que tenga hijos!» Pero Cukor le dijo a Gavin Lambert que eso nunca ocurrió. Barrymore, de hecho, se comportó ejemplarmente durante el rodaje, muy animado después del nacimiento de su hijo. Cortés con sus coprotagonistas femeninas, ayudó a Burke a adaptarse al micrófono –era su primera película sonora– e hizo sugerencias a Hepburn, girándola a menudo por los hombros para que diese su mejor perfil a la cámara. Si flirteó, fue por diversión, y Kath, que no era la pueblerina que después quiso hacernos creer que era, entendía la diferencia.

 

(Del Libro “El lado oscuro de Katharine Hepburn”, que se encuentra en el vínculo Leer cine.)