Se llevaba magníficamente con los pieles rojas que contrató como extras. Les pagó las tarifas del sindicato, estudió su lengua y fue adoptado por la tribu que le puso nombre navajo. Los navajos se refieren a sí mismos como diné, que significa “la gente, y Ford comenzó a ser llamado ““Natani Nez”, que significa literalmente “líder alto”. Esa fue su descripción natural cuando vino por primera vez a Monument Valley para rodar La diligencia.
Uno de aquellos navajos, Billy Yellow, apareció en todas las películas que Ford rodó en Monument Valley, era un hechicero que murió centenario en su choza, según el estilo de vida tradicional, sin electricidad ni agua corriente. En 1998, con 96 años, atravesó el país para subirse a un escenario y entonar una oración en honor de Natani Nez. Antes de lanzar un conjuro para que todo el mundo compartiera el legado de “paz y belleza” del director, Yellow contó que había realizado un viaje tan largo para expresar su gratitud a Ford por haber ofrecido trabajo durante muchos años a su empobrecida tribu y haber contribuido a dar a los navajos «una vida interesante». «Él atrajo la atención hacia Monument Valley y su gente Nosotros no teníamos demasiado contacto con los blancos. Él era un líder y era alto. Siempre respeté su sentido del humor y el hecho de que era el que estaba al mando de todo. John Wayne y John Ford eran parecidos. John Wayne también tenía sentido del humor. Wayne era un buen tipo. Le queríamos”.
Pero aquel sentimiento de afecto cambió en 1971, cuando la mayoría de los navajos se quedaron muy sorprendidos con la respuesta del actor al preguntarle un periodista de “Playboy”, si sentía alguna empatía por los indios.
-.«No creo que nos equivocáramos al arrebatarles este gran país, si es eso lo que me está preguntando. El supuesto robo de este país era una cuestión de supervivencia. Había muchísima gente que necesitaba una nueva tierra, y los indios eran unos egoístas al intentar conservarla para sí mismos. [...] Quizás esto le sorprenda, pero yo no había nacido cuando se crearon las reservas. [...] no se nos puede culpar hoy de lo que pasó hace cien años en nuestro país. [...] Lo que pasó entre sus antepasados y los nuestros fue hace tanto tiempo que no creo que les debamos nada.» Hasta que se publicó esta entrevista, los navajos no tenían ni idea de que Wayne albergara esos sentimientos.
Dos años después, en el 73, un biógrafo de Ford visitaba la zona y encontró a un joven navajo recién regresado del Vietnam. Le preguntó su opinión sobre Ford, y la respuesta fue: « ¿El viejo con un parche en el ojo? Buen tipo». Pero el joven estaba todavía tan furioso por los comentarios de Wayne en “Playboy” que le dijo que si alguna vez Wayne volvía a Monument Valley para rodar otra película… «Será mejor que se ande con ojo, porque yo me sentaré en la cima de esas rocas con mi rifle y le mataré».Pero Wayne nunca volvió a Monument Valley después de aquella entrevista.
El último trabajo de Ford como director en Monument Valley, pocos meses antes de la entrevista de Wayne, en 1971, fue el rodaje de un especial de televisión. Con un aspecto delicado y protegiéndose los ojos del sol del desierto con una sombrilla, Ford se lo pasó en grande dirigiendo a un especialista que doblaba a John Wayne cayéndose de un caballo en un plano general, pero luego era Wayne quién se caía de culo en el plano corto. Ford ordenó al equipo que le lanzaran tierra al “Duque” y le encantó verle frotándose el trasero» tras descubrir que había aterrizado sobre una roca.
Los dos días del último rodaje de Ford en Monument Valley finalizaron con una barbacoa organizada por los navajos en honor de Ford y Wayne. Fue un encuentro nostálgico para todos, porque era la primera vez que el director y su actor favorito estaban de nuevo juntos allí desde Centauros del desierto. Acompañando a Ford junto al saliente de “John Ford Point”, Wayne dijo: «He vuelto para recordar, pero tengo la sensación de que tal vez “Pappy” lo ha hecho para despedirse». Fue la última vez que los dos volvieron a Monument Valley.