Fecha de estreno en
España: 6 de abril de 1990.
Tres nominaciones al Osear: mejor actor secundario (Martin Landau), mejor director (Woody Allen) y mejor guión original (Woody Allen).
Argumento: Judah
Rosenthal es un prestigioso oftalmólogo de Nueva
York que decide poner fin a su aventura amorosa con la azafata Dolores Paley, pero ésta
le amenaza con arruinar su vida y contárselo
todo a su mujer. Judah, desesperado, acude a su hermano menor, Jack, un hombre relacionado con la mafia, para que le ayude a resolver
el problema. La luctuosa solución que
Jack le propone, despierta en su hermano una
serie de prejuicios morales que le llevan
a plantearse cuestiones éticas, profundamente religiosas. «Los ojos de Dios nos están mirando siempre.» Por
otro lado, a Cliff
Stern, un cineasta que malvive realizando documentales
sociales, le encargan la dirección de un programa especial
sobre su cuñado Lester, un pedante pero exitoso productor de televisión. Ambos acabarán enamorándose de
la misma mujer, la productora Halley
Reed.
Woody Allen escribió el guión durante un viaje
que realizó por distintos países
europeos en el verano de 1988, en los hoteles
de Estocolmo, Helsinki, Venecia, Londres, Noruega, Copenhague y Roma. Y se rodó en diez semanas durante el otoño de ese mismo año, con el título
provisional de Brothers (Hermanos). Se trata claramente de
aquella historia que había escrito hacía quince años para el guión inicial de Annie Hall, inteligentemente retocada y actualizada, profundizando en temas y aspectos que ahora, en la
madurez de su carrera, domina mucho más que en los
años setenta. Tal vez sea la película de Woody Allen que más modificaciones
tuvo una vez terminada. Tras montar la primera versión, Allen decidió reescribir prácticamente
una tercera parte de la historia, y
volverla a rodar. En la primera versión del guión, Halley trabajaba como asistenta
social geriátrica (luego sería
productora de televisión), estaba casada con el director de una revista y era la amante de un hombre que sólo aparecía breves momentos paseando con ella
por Central Park.
Cliff rodaba un documental sobre antiguas figuras del vodevil que ahora estaban ingresadas en la
residencia donde trabaja Halley (luego el documental
sería sobre su cuñado Lester). En la fiesta
final, Cliff se hace pasar por un productor de televisión para poder ligar con una
aspirante a actriz (interpretada por
Sean Young) y es descubierto por todos en una
posición comprometida cuando una cortina se corre accidentalmente. La película acababa con un último plano en el que
Cliff le decía a su sobrina Jenny que las niñas pequeñas son la única esperanza del mundo
(luego filosofearía con Martin Landau). La relación con Jenny estaba mucho más desarrollada, al igual que las aventuras
amorosas de su enamoradiza hermana Babs. Sin embargo, la trama que desarrollaba toda la parte
del personaje de Judah estaba bien desarrollada y
prácticamente quedó igual. Tras ver el montaje, Allen se
dio cuenta de que su historia con el
personaje de Mia le había quedado floja, y decidió reescribir todas sus
escenas para darle más peso a esa historia.
Así aparece el personaje de Lester, y Mia se convierte en
productora de televisión y en su amante.