Espresso: Olivia de Havilland habla de Errol Flynn y prepara sus memorias

Espresso: Olivia de Havilland habla de Errol Flynn y prepara sus memorias

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The Telegraph se ha marcado la exclusiva de romper el silencio de Olivia de Havilland, la mítica actriz de 93 años que entra en la historia por su talento, sus dos Oscar, y también por ser la única superviviente de una cinta mítica: "Lo que el viento se llevó". Desde hace muchos años reside en Paris (lo más lejos posible de su hermana, la también nonagenaria Joan Fontaine con la que mantiene un odio atroz digno de Caín y Abel desde hace más de 40 años). En la entrevista confiesa que tampoco ella pudo resistirse a los encantos de Errol Flynn, el vividor por antonomasia del cine de aventuras que dispuesto estuvo a sentar cabeza con Olivia. En la autobiografía que escribió antes de morir, en 1959, Flynn le declaró su amor imperecedero. Algo que, según ella, la sorprendió mucho. "Yo no lo rechacé. Me sentía también muy atraída por él. Pero le dije que no podíamos tener nada mientras él siguiese con Lili (su esposa de entonces, Lili Damita)".

De Havilland afirma que se han escrito "muchas tonterías respecto a esta relación sentimental". La actriz confiesa que Flynn fue "bastante injusto" con ella algunas veces que trabajaron juntos y menciona un caso concreto, cuando en 1940, ambos hacían la película "Camino de Santa Fe", de Michael Curtiz. Según recuerda ahora, en una de las escenas en la que aparecían los dos, Flynn se las ingenió para que a ella se la viese sólo de espaldas. "Creo que estaba enfadado porque Jimmy Stewart estaba haciendo otra película en el mismo estudio y venía continuamente a verme", explica la actriz, que añade: "Jimmy y yo estuvimos varios meses juntos aquel año (1940) y supongo que Errol estaba celoso".
 
En 1943, De Havilland desafió en soledad a uno de los más poderosos estudios de la meca del cine y demandó a Warner Bros al amparo de la ley "anti-peonaje" de California, una regulación inspirada en el Código napoleónico que prohibía a los patronos reducir a sus trabajadores a la servidumbre. "Todos en Hollywood creían que perdería, pero yo estaba segura de ganar. Había leído la ley y sabía que lo que hacían los estudios estaba mal", explica De Havilland en el diario The Independent. Tras ganar el pleito, pudo escoger los papeles que realmente le interesaban, entre ellos el de la película "A cada uno lo suyo" (1946), de Mitchell Leisen, que le terminaría reportando su primer Oscar.
"Lo que más me satisface es que aquella decisión (judicial) benefició a Clark Gable, Jimmy Stewart, Glenn Ford, Henry Fonda y todos los otros actores que habían estado ausentes, haciendo su servicio militar. Cuando regresaron a Hollywood, pudieron elaborar sus contratos con cláusulas más favorables", señala la actriz.

Havilland fue también pionera en abandonar Hollywood, la residencia por antonomasia de las estrellas. "Me invitaron al festival de Cannes en 1953. Allí conocí a un francés (Pierre Galante, futuro director de Paris Match), que me siguió a Londres y, luego, a Estados Unidos y me convenció para volver a Francia con el hijo de mi primer matrimonio (con el novelista Marcus Goodrich)". Divorciada de Galante desde 1979, De Havilland sigue viviendo en París. En este momento trabaja en la redacción de sus memorias.

 
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