"Wonderstruck"
La web oficial.
El argumento: Ben y Rose son niños de dos épocas distintas, que desean en secreto que sus vidas sean diferentes. Ben sueña con el padre que nunca conoció, mientras Rose lo hace con una misteriosa actriz cuya vida narra en un libro de recuerdos. Cuando Ben descubre una pista en casa y Rose lee un tentador titular en el periódico, ambos comienzan una búsqueda que se desarrollará con una fascinante simetría.
Conviene ver: En "Wonderstruck" estamos ante dos historias con cincuenta años de diferencia sobre dos niños en un cuento en el que ambos intentan encontrar su hueco en el mundo. Por un lado Ben, que acaba de perder a su madre en un accidente de tráfico y que quiere viajar a Nueva York para buscar a un padre desconocido. Por otro lado Rose, una niña sorda que cuenta toda la historia a través de imágenes fascinada por una actriz de Broadway terminando confluyendo las dos tramas en una fusión provocadora de emoción a través del texto y la imagen. Eso es lo que pretende la cinta pero, aunque esta sea realmente gozosa de ver ante el siempre primoroso cuidado estilístico del director en sus obras, el conjunto es irregular, atropellado y confuso no logrando transmitir la emoción que debiera en ese viaje de los niños protagonistas en distintos marcos temporales. Algo que es debido a un montaje poco conjuntado y efectivo que lastra el conjunto. Sólo la conexión de ambas historias, a través de un personaje que guía al niño en la parte final, logra encajar las piezas en una empresa que era difícil para Haynes ante lo complicado que es trasladar en cine una película de sensaciones, casi como un ejercicio plástico y vanguardista con claras referencias al cine mudo, en una cinta fallida por cómo le invade caos y la falta de empatía en sus personajes. Aunque vaya de menos a más, y le cueste engrasar sus ingredientes, el conjunto no acaba de brillar como a todos nos hubiera gustado cosa que también afecta a unos actores que se quedan en personajes que no terminan de poder lucirse ante lo alambicado de la propuesta; aunque entre todos ellos (más allá de una Julianne Moore presente en las dos tramas temporales) mencionaría la rota y melancólica mirada (tan inocente como resignada) de la niña interpretada por Millicent Simmonds, sorda en la vida real, frente al más excesivo Oakes Fegley, uniéndose ambos cuando las dos tramas conectan en esa maraña urbana que es Nueva York en dos tiempos diferentes; los melancólicos años 20 y los vistosos 70. Eso sí, a destacar la excelente música de Carter Burwell (con algún homenaje algo insistente en el uso de las canciones a David Bowie), así como la fotografía y la dirección artística que serían los únicos apartados en los que la cinta podría hacer algo en la próxima carrera de premios.
Conviene saber: Todd Haynes adapta la novela de Brian Selznick y compitió en el Festival de Cannes 2017.
La crítica le da un SEIS