Venecia 2023: Michel Franco se convierte en la última gran apuesta de la 80ª edición de la Mostra con “Memory”

Querido primo Teo: 

Estamos a pocas horas de que Damien Chazelle nos sorprenda con el palmarés de la 80ª edición del festival de Venecia. Pese a que este año la huelga ha hecho que sea menor la presencia de estrellas, se ha tratado de compensar la ausencia de luminarias con lo que es fundamental para un festival: el cine. Los platos fuertes de la programación como son “Pobres criaturas” de Yorgos Lanthimos, "El asesino” de David Fincher o “El mal no existe” de  Ryûsuke Hamaguchi no han decepcionado; y a eso hay que sumar la buena acogida de “La tierra prometida (The bastard)” de Nikolaj Arcel y “Green border” de Agnieszka Holland. Queda algo de tiempo para hacer cábalas sobre lo que se puede incluir en el palmarés. 

“Lubo” de Giorgio Diritti supone la última representación del cine italiano en la lucha por el León de Oro de esta octogésima edición de la Mostra. Diritti compite por primera vez rescatando el genocidio en Suiza de los yeniches, conocidos como los “nómadas blancos” y que tuvo lugar durante medio siglo. Basándose libremente en la novela “El sembrador” de Mario Cavatore la historia se desarrolla en el año 1939, al inicio de la Segunda Guerra Mundial, y su protagonista es Lubo, un artista callejero perteneciente a los yeniches, que bajo amenaza de prisión es reclutado por el ejército para proteger la frontera suiza de una posible invasión alemana.

Él descubrirá que el Estado suizo ha aprovechado su ausencia para arrebatarle a sus tres hijos y que su esposa falleció tratando de impedirlo. Dicha acción formaba parte de un programa aparentemente filantrópico, que funcionó hasta 1973, y que con el fin de luchar contra el nomadismo arrebataban a los niños de sus familias para darlos en adopción o en el peor de los casos ingresarlos en prisión o en una institución mental. Se estima que fueron aproximadamente 2.000 los menores que fueron sustraídos.

“Lubo”, protagonizada por el actor alemán Franz Rogowski, más allá de su loable intención de dar a conocer un episodio oscuro de la historia de Europa y que no está tan lejano en el tiempo, no ha sido bien acogida porque a Diritti le ha quedado excesivamente larga y le falta épica pese al talento de su actor protagonista. 

La directora belga Fien Troch fue premiada en la sección Orizzonti de la Mostra de 2016 por la dirección de “Home” y con “La chica que sanaba” ha dado el salto a la sección oficial de Venecia. Su protagonista es una adolescente de 15 años con una poderosa energía que transmite paz a todas las personas con las que se encuentra. Un día se ausenta de clase y en su escuela se produce un incendio que deja varios muertos. Tras la tragedia, su profesora creará un taller para que los supervivientes puedan poner sus experiencias en común y ella es invitada porque puede ayudar a aliviar el dolor. Lo malo es que en esa comunidad se comienza a abusar de su don de sanación.

“La chica que sanaba" se centra especialmente en ese grupo que busca desesperadamente el consuelo tras vivir una experiencia traumática y también expone la vulnerabilidad de quien posee una cualidad excepcional. Desgraciadamente no ha terminado de ser del agrado de la crítica ya que, aunque se agradece que sea un discurso sobre la bondad y la fe en tiempos convulsos, se queda a medio gas en cuanto a su desarrollo. 

El mexicano Michel Franco vuelve a la Mostra con “Memory” en la que ha dirigido a Jessica Chastain y Peter Sarsgaard. La película sigue a una trabajadora social con una vida muy cuadriculada, con poco margen más allá de sus reuniones de alcohólicos anónimos, cuyo mundo se quiebra cuando un antiguo compañero de instituto insiste en querer verse con ella para hablar de lo que les une, una traumática experiencia.

Michel Franco habla de la memoria a través de dos personajes que son las caras de una misma moneda. Mientras que Sylvia está devorada por sus propios recuerdos, Saul es consciente de que su memoria dejará de funcionar en cualquier momento porque ha sido diagnosticado con demencia senil prematura. “Memory” ha tenido una acogida muy calurosa en esta recta final de la Mostra por su manera de presentarnos a dos personajes que tratan de lidiar con el dolor y sus errores del pasado y que cuenta con unas grandes interpretaciones por parte de Chastain y Sarsgaard.

Es una película que también habla de las múltiples formas de violencia ejercida contra las mujeres, algo que agradeció especialmente Jessica Chastain que encarna a alguien marcada por ello y que aprendió a gestionarlo creándose una coraza y renunciando a tener una vida personal. 

Otro de los platos fuertes de la última jornada ha sido “Fuera de temporada” de Stéphane Brizé, un drama sobre las oportunidades perdidas y que está protagonizada por Guillaume Canet y Alba Rohrwacher. La historia gira en torno a un actor de éxito que entra en pánico antes de debutar en el teatro, algo que le hará huir de París y encontrar refugio en un balneario en donde coincidirá con un antiguo amor que también lidia con la insatisfacción.

Stéphane Brizé ha comentado que “Fuera de temporada” comenzó a escribirla durante la pandemia que fue un momento de parón forzado que hizo que muchos hicieran un balance de sus vidas. Nos presenta a unos personajes atacados por la melancolía y que se han dado cuenta de que no tienen las vidas que habían soñado. Buena acogida gracias a ese retrato veraz de unos personajes que aparentemente lo tienen todo pero que van como vacas sin cencerro y unas entregadas interpretaciones de Canet y Rohrwacher cuya química es magnífica. 

La competición se ha cerrado además con la polaca “Woman of...” de Malgorzata Szumowska y Michał Englert. La película es una reivindicación de la transexualidad en la ultraconservadora Polonia de nuestros días, gobernada por el partido Ley y Justicia. Narra el proceso vivido por Aniela Wesoly a lo largo de 45 años. Szumowska y Englert hacen un recorrido por la biografía de Wesoly, que lidiaba con la búsqueda de su identidad mientras cumplía con sus papeles de buen marido y padre de familia, y la evolución de la propia Polonia a raíz de la caída del comunismo.

Ha sido un proyecto que comenzó a gestarse en los últimos veinte años pero que ha llegado en un momento oportuno, ya que en la actualidad Polonia está siendo observada por la Unión Europea debido a sus políticas hostiles con la comunidad LGTBIQ+. Ha sido bien acogida por la crítica por su honestidad a la hora de dar visibilidad al colectivo que en Polonia no goza de reconocimiento. 

Mary Carmen Rodríguez