"Todo ha ido bien"
La web oficial.
El argumento: Emmanuèle, una novelista con una vida privada y profesional plena, se precipita al hospital al enterarse de que su padre, André, acaba de tener un accidente cerebrovascular. Cuando se despierta, debilitado y dependiente, este hombre, curioso por naturaleza y amante apasionado de la vida, le pide a su hija que le ayude.
Conviene ver: François Ozon siempre es garantía estemos ante una de sus películas más lúcidas o menores, tal es el caso de “Todo ha ido bien” en la que el prolífico director francés plantea un debate que parece superado en algunos países como el nuestro pero que en Francia sigue siendo espinoso como es el derecho a la muerte digna, algo todavía prohibido en el país y que ha terminado siendo una cuestión de dinero que sólo pueden permitirse los más ricos a través de escaramuzas legales. Una historia íntima y personal que adapta la novela de Emmanuèle Bernheim, fallecida guionista colaboradora en algunos de los trabajos de Ozon, el cual ha considerado que había llegado el momento para contar la historia y rendir tributo a su amiga, a través de la petición del padre de ésta, un prestigioso galerista de arte, para terminar con su vida tras sufrir un infarto. Una decisión a la que se enfrenta una familia burguesa que tendrá que confrontar sus diferentes puntos de vista al respecto, si esperar a la muerte dejando a que la providencia marque el rumbo o aprovecharse de su condición social para burlar la ley y cumplir los deseos de un padre dependiente que ha dejado de ser el que era pero que, aún así, tiene conocimiento para saber cómo quiere encarar lo que el destino le ha puesto en el camino teniendo la claridad en su mente de que no quiere vivir así optando por ir a Suiza para cumplir allí su deseo siendo atendido con todas las atenciones en ese último momento previo pago de 10.000 euros. La situación provocará el estupor en dos hermanas abnegadas, cuya vida ha girado en torno al cuidado de un padre egocéntrico y avasallador que ha exigido siempre estar pendiente de él, que frente al shock inicial tendrán claro, a pesar de sus ideas y reticencias, que su padre merece ser escuchado y atendido como quiere. La película se ve bien y logra no caer en el sentimentalismo, optando más por la sobriedad, las pequeñas situaciones familiares y costumbristas (a pesar de lo forzado del amante del enfermo), las dosis de humor negro y cierto giro al enredo policiaco, sin dejar de lado los momentos más duros de una situación irreversible conmocionando la entereza de un hombre tomando una decisión de tal calibre con todas las consecuencias. “Todo ha ido bien” falla en los flashbacks pero acierta en la forma de tratar esta situación con verdad, emoción y sutilidad, sin aspavientos, llegando a gran altura en esa última cena familiar opípara, el decidir la fecha para el momento final y los preparativos para ello, o en el encuentro entre la hija y la mujer suiza que le expone cómo serán los últimos momentos de su padre si deciden dar el paso teniendo que superar los vericuetos legales y éticos de una Francia amante de la libertad individual pero todavía anquilosada en algunos temas. Ver a Sophie Marceau y André Dussollier con la complicidad de una hija y un padre ante ese momento tan trascendental, y la aparición de dos leyendas europeas como Charlotte Rampling y Hanna Schygulla, redondean un visionado que, sobre todo, bien vale por ese mensaje de abrazar la vida como uno quiere teniendo derecho a disfrutarla en condiciones y en no prolongar la agonía de un momento irreversible pudiendo decir con la cabeza alta y con la tranquilidad de sentirse honesto consigo mismo de que, a fin de cuentas, uno ha sido dueño de su destino y que todo ha ido bien.
Conviene saber: A competición en el Festival de Cannes 2021 y en la sección Perlas del Festival de San Sebastián 2021.
La crítica le da un SEIS