Sitges 2022: Carlos Vermut explora los límites de la incomodidad, duelo tecnológico y emocional, tensión entre las dos Coreas y monstruos en cuevas

Querido Teo:

El cine español sigue confirmando que está en uno de los mejores años de su Historia con lo nuevo de Carlos Vermut, una cinta que dará que hablar. Además el duelo según Kogonada, el debut en la dirección del protagonista de "El juego del calamar" y lo nuevo de Neil Marshall siempre marcando estilo.

"Mantícora"

¿Qué es lo que hace a una película disfrutable? Quizás mejor plantear, ¿qué no la hace disfrutable? Una película entretenida con una increíble puesta en escena, gracias a una identidad cinematográfica reseñable, unas interpretaciones memorables y marcadísimas, un guion super consciente de sí mismo y de lo que está plantando sobre la mesa... ¿puede ser una mala película? ¿Una película que plantea dilemas morales claramente discordantes a los nuestros puede ser disfrutable? ¿Cuáles son los límites de lo incómodo, de cruzar una línea, cuando lo que planteas nunca llega a lo gráfico?

Todo esto y evidentemente mucho más, es lo que es "Mantícora", una propuesta incómoda, que subvierte todas las expectativas del espectador destrozándote, con un planteamiento que no me gustaría revelar ya que cambia por completo la percepción del espectador.

Lo mismo hace el director, Carlos Vermut, jugando con las perspectivas y usando el primer acto para que el segundo lo cambie todo, un segundo acto que podría haber sido el inicio de una película súper interesante pero que es ese primer acto el que lo cambia todo, el que consigue que tu perspectiva y contexto afecte a absolutamente todo el visionado, incomodando, planteándote preguntas que corrompen, que te hace plantear todos tus ideales hasta ahora.

Es realmente interesante meramente el planteamiento de la existencia de esta película, la necesidad de hacer una película como ésta, haciendo dudar sobre si realmente es necesaria, qué es lo que realmente plantea de cara al final, cual es el mensaje que puede aportar de cara a la sociedad. Es una película que va a crear muchísima conversación, que ya lo ha hecho en Sitges y que es lo que se merece, y lo que realmente hace que gane puntos en un mundo cinematográfico donde cada vez todo es más pasajero.

"Despidiendo a Yang"

"Despidiendo a Yang" es una de las películas más especiales no sólo de este Sitges, si no una de las películas del año. Una familia que se hace con un robot humanoide hasta que éste perece, y entonces la película es una consecuencia de los personajes intentando asimilar, superar la pérdida de éste. A primera vista puede resultar otra película sobre el duelo, sobre asimilar una pérdida, pero lo que realiza Kogonada, director de la excelente "Columbus", es una sucesión de recuerdos, de imágenes rememorando vidas pasadas, a través de un aparato con el que pueden observar los recuerdos del androide y reflexionan sobre lo vivido, sobre lo que les ha convertido conocerle.

Una reflexión sobre cómo afecta a nuestra propia existencia las relaciones interpersonales, cómo nos convertimos a veces en otros, cómo recordamos los recuerdos como otras vidas, vidas pasadas que siempre que se recuerden perdurarán.

Me recuerda a cuando el director ruso Andréi Tarkovski, en su obra maestra "El espejo", rememoraba su vida a partir de retazos de imágenes de sus recuerdos, de las palabras de las poesías de su padre, en una construcción a veces inconexa de la trama donde a veces la propia trama se diluye dejando de existir, siendo únicamente esas imágenes representantes de nuestra vida las que toman forma y te conmueven, te destrozan, segundos de detalles son los necesarios para recordar, para transportarte a los mejores pero también a los peores momentos de la vida.

Porque eso es la vida. Una colección de imágenes constantes recogidas por nuestros propios ojos. Y el cine es el único capaz de recordarnos esto. Especial atención a la secuencia inicial de créditos. Historia del cine.

"Hunt. Caza al espía"

Había ganas del debut en la dirección del conocido actor en el último año por "El juego del calamar" Lee Jung-jae y, a pesar de algún que otro problema que extenderé más adelante, "Hunt. Caza al espía" es un debut sólido e interesante. La película, a pesar de un inicio lleno de acción imparable, se convierte en lo que realmente es, un thriller político en los despachos, entre las tensiones de las dos Coreas, navegando en tramas algo confusas de traiciones, investigaciones y análisis sociales de una etapa algo terrorífica de un país dividido.

El film se eleva cuando llega su acción, con una puesta en escena frenética de cámaras en mano que recuerda a Michael Mann, Kathryn Bigelow o las películas de Jason Bourne. Se ha llegado a comparar con las últimas películas de 007 pero creo que éstas están mucho más estilizadas, esto es una acción seca, dura, que nunca se para en lo realmente gráfico si no en la tensión y efectividad de la propia secuencia.

El resto es quizás demasiado alargado para lo que realmente necesitaba, una trama que resulta un poco confusa con las relaciones interpersonales más allá de los dos protagonistas, brillantemente interpretados pero algo aplastados por una trama algo inconexas.

De todas formas deja maneras para próximas películas de Jung-jae, todo un director de acción que puede regalarnos obras realmente memorables en los próximos años, tanto nacional como internacionalmente.

"La guarida"

Indudablemente, Neil Marshall es una absoluta leyenda del género moderno. Le avala trabajar en series como "Juego de Tronos" o "Westworld", o la más que disfrutable "Hellboy" y su obra culmen, "The descent".

En esta última, Marshall utilizaba de forma realmente inteligente las sombras, la oscuridad de unas cuevas para esconder y sorprender con unos monstruos que se ocultaban allí. En "La guarida" vuelve al mismo uso, unas criaturas que no soportan la luz del sol, pero que a nivel de forma le sirve para absolutamente lo mismo, y es de apreciar un ejercicio de estilo tan marcado y efectivo en una producción que realmente es "serie B" o incluso "serie Z", con unos intérpretes flojos flojísimos, y un look que parece lo más cercano a una "peli de tarde"

Pero, aún así, esto es Sitges, y la pude ver en una sesión de la 01:00h, por lo que la fiesta se apoderó de la sesión y todo era aplausos y gritos, una experiencia inolvidable que vuelven la película divertida, entretenida y digna de ver cuando seguramente, vista en otro contexto apenas funcionaría.

Iker González Urresti