"Sangre en los labios"
La web oficial.
El argumento: Jackie está decidida a triunfar como culturista y se dirige a Las Vegas para participar en una competición. En su camino, pasa por un pequeño pueblo de Nuevo México donde conoce a Lou, la solitaria gerente del gimnasio local. El padre de Lou es traficante de armas y lleva las riendas de un sindicato del crimen. Jackie y Lou se enamoran. Pero su relación provoca violencia y ambas se ven inmersas en las maquinaciones de la familia de Lou.
Conviene ver: "Sangre en los labios" es una cinta de culturismo lésbico y violencia arrasadora que se queda a medio camino entre el thriller y la parodia desvergonzada tirando de estética y clichés más que de poso narrativo partiendo del encuentro a finales de los 80 en un gimnasio local de Nuevo México entre la solitaria gerente del mismo (Kristen Stewart) y una aspirante a culturista (Katy O’Brian) que se quiere preparar para una competición en Las Vegas. Todo hasta que acaban envueltas en una trama de violencia con el tráfico de armas como protagonista y en la que aparece en escena un Ed Harris de melena imposible y paródico tanto por dentro como por fuera confirmando que no se tiene miedo en caer en lo arquetípico. Una cinta que habla del deporte en su vertiente más tóxica y despersonalizada, como refugio de un futuro sin destino, como analogía también de la lucha frente a un sello patriarcal entre anabolizantes y sexo para estas mujeres fuertes que huyen de su pasado y de su entorno de violencia, corrupción y malos tratos desde un lugar en ninguna parte entre el desierto y encontrando su impulso en la unión entre ellas. Una cinta que pierde fuelle narrativo cuando deja de lado a su pareja protagonista recayendo en la pose estética de neones y luces en rojo sin ser capaz ni de crear ritmo ni de explorar el contexto atmosférico y temático que encierra ese lugar y esa época en una saturación de temas que van desde la superficialidad a la reiteración de primeros planos al vacío. Toca muchos palos pero, a parte de llevarnos por la negritud moral sobre la despersonalizada y poco reconfortante América profunda, sin renunciar a un gamberrismo surrealista, no termina de saber a dónde quiere dirigirse, acumulando temas pero de manera superficial, en este ejercicio de estética “pulp” y excesiva pretendidamente transgresor con pinceladas de humor lúgubre, carácter desvergonzado y sin complejos y poderosa visualmente con referencias al cine de Winding Refn, los Coen, “Thelma & Louise” (1991) y “Lazos ardientes” (1996) a la hora demostrar el carácter tan indómito como tortuoso de la condición humana.
Conviene saber: Es el segundo largometraje de la directora Rose Glass (“Saint Maud”).
La crítica le da un SEIS