San Sebastián 2023: Un surrealista choque familiar y Kitty Green se rebela contra el patriarcado en un bar de carretera
Querido Teo:
"La familia en el diván" abraza el surrealismo zarandeando a la institución familiar en una cinta con aire de drama psicotrópico en el que la presunta originalidad y un estupendo reparto no asegura buenos resultados. En cambio, y sin necesidad de querer pasarse de original, Kitty Green realiza una feroz disección de la opresión patriarcal en un bar de carretera en el desierto australiano en el que tendrán que sobrevivir dos chicas que como Caperucita Roja tendrán que valerse por sí mismas frente a los lobos que se les presentan.
"La familia en el diván" (Niclas Larsson) // New Directors
Es curioso como dos películas similares en cuanto a forma y fondo como lo son "Beau tiene miedo" (2023) y esta "La familia en el diván" han coincidido cerca en en el tiempo, siendo esta última una versión mucho más minimalista y con unos resultados de sus intenciones algo más lejanos. Menciono la película de Ari Aster porque viene bien para ubicar este debut de Niclas Larsson que ha salido un poco de la nada, con un cast estelar como el que tiene: Ewan McGregor, Taylor Russell, Ellen Burstyn, Rhys Ifans, F. Murray Abraham, entre otros.
La película, a través de una atmósfera relativamente marcada jugando con el surrealismo, viaja con el personaje de Ewan McGregor descubriendo, o al menos intentando descubrir, la relación que tuvo, que tienen y que tendrá con el recuerdo de su madre. A nivel narrativo hay algo muy potente detrás de todo ese trauma que esconde el personaje protagonista, que también después se transfiere los diferentes personajes secundarios que rodean de alguna forma con sus propios conflictos el conflicto principal del protagonista.
Todo esto queda algo desdibujado con una puesta en escena que por momentos distrae más que aclara, y es que al final en la dirección de Larsson hay más intenciones que resultados. Es cierto que las intenciones se aprecian pero no terminan de tener un calado ni emocional ni sorprendente de ninguna manera, por lo que se queda en una interesante y primera propuesta (al ser la categoría de New Directors) pero no termina de ir más allá.
Aún así creo que hay que valorar que para ser la producción pequeña y desconocida que es, McGregor lo da absolutamente todo, demostrando el gran actor que es y sacando a la luz todo un rango de interpretación desde el dolor más interno hasta la rabia y ternura más clara. Además de esto mencionar a una Ellen Burstyn que parece que no envejece nunca demostrando de nuevo sus cualidades después de sorprendernos hace poco en "Fragmentos de una mujer" (2020).
"Hotel Royal" (Kitty Green) // Sección Oficial
Kitty Green nos dejó con la boca abierta con su tercera película (no olvidemos que tiene dos películas previas como lo son los documentales "Ucrania no es un burdel" y "Casting JonBenet"), su debut en la ficción "The assistant" (2019). En ella la directora realizaba un ejercicio sutil y contenido de dirección jugando con una puesta en escena minimalista donde primaba el fuera de campo alejándose por completo del estilo más convencional del documental y abrazando unas formas en las que en su nueva película de un paso adelante.
En "Hotel Royal" dos chicas se van de vacaciones al páramo solitario de Australia, donde empiezan a trabajar en un bar de mala muerte transitado primordialmente por hombres. Éstos, al ser hombres sencillos y de pueblo, se excusa la trama en decir que no tienen nada más que hacer después de trabajar, y que por ello van a desahogarse al bar que da título al film, pero realmente el estatus social o económico no es algo de lo que la directora esté preocupada; en "Hotel Royal" se muestra todo tipo de masculinidades, y todas van por el mismo derrotero, que es tratar fatal y de no respetar sistemáticamente a las mujeres.
Kitty Green utiliza el bar como metáfora del patriarcado, en el que todas las actitudes nunca terminan de alcanzar una violencia física con las protagonistas, pero si una violencia verbal de la que la directora quiere reflexionar. En un principio, estas actitudes nos pueden parecer inofensivas, comprensible, que están muy cansados y necesitan desahogarse en el alcohol; esto es lo que repetimos como sociedad y justificamos unas actitudes machistas que terminan pasando a las mujeres por encima, humillándolas constantemente.
Para ello Kitty Green utiliza una atmósfera que no es muy notoria a nivel de forma cinematográfica, pero que está medida al milímetro para crear un ambiente de thriller y opresión en el que el espectador está pegado la pantalla durante toda la película; ésto requiere una habilidad que sorprende y que convierte así a Green en unas de las directoras con mayor potencial y talento en la actualidad. Destacar también el trabajo de Julia Garner ya que, a pesar de que Jessica Henwick sea el contraste perfecto, con muy poco consigue una emoción descarnada y que termina siendo lo más memorable.
Iker González Urresti