San Sebastián 2023: El top 10 de lo visto en el Festival
Querido Teo:
Un año más el Festival de San Sebastián es el responsable de algunos de los mejores días del año no sólo cinéfilo sino también vital. A ello contribuye, además del ambiente de una ciudad envidiable, la cosecha de películas que se presentan tanto en la sección oficial a concurso como en el resto de apartados. En este post llevamos a cabo nuestro personal top de lo visto allí este año en el que este año no hemos tenido dudas de la película que lo tenía que coronar ya que es responsable de que algunos trozos de nuestro corazón hecho pedazos sigan navegando por el río Urumea.
10º "Memory" (Michel Franco) // Perlas
Una cinta sensible que cuida cada uno de sus detalles y que saca luz de unas mentes apresadas por la oscuridad confiando en que, en un punto intermedio de conexión entre la deriva de los recuerdos de sus respectivas mentes y el bagaje de sus almas rotas, pueda tenderse un puente encontrando consuelo poder ser feliz en el mayor tiempo posible que las circunstancias lo permitan.
Un trabajo sencillo y de aire lánguido pero que abraza la esperanza frente a la amargura y con una sensibilidad a flor de piel destacando, además del trabajo sobresaliente de Jessica Chastain y Peter Sarsgaard, brillantes tanto en las escenas más íntimas entre ellos como en las más grandilocuentes a la hora de forzar el drama de su peregrinaje vital, la presencia de Brooke Timber, Merritt Wever, Jessica Harper, Elsie Fisher y Josh Charles.
9º “El chico y la garza" (Hayao Miyazaki) // Sección Oficial (Inauguración - Fuera de concurso)
“El chico y la garza” destila humanismo, ternura y magia sazonado por poderosas imágenes llenas de color que se quedan en la retina por lo que hará las delicias de todos los fieles del director y del universo Ghibli. Miyazaki puede repetirse pero su universo se expande y se reinventa con personajes, castillos y puertas en el tiempo que invitan a creer en un mundo en el que el bien se imponga al mal y en el que el respeto y el amor venza al odio y el dolor.
Su riqueza visual, su reivindicación del cariño y los lazos familiares, aquellos que dan sin pedir nada a cambio, y la espléndida música de Joe Hisaishi, hacen el resto para que Ghibli y su gran maestro vuelvan a volar bien alto dejando en paños menores a buena parte del cine animado reciente aún sin necesidad de que esta cinta sea de las mejores del Estudio. Una despedida que más que nunca es un canto a la vida.
8º "O corno" (Jaione Camborda) // Sección Oficial
Una cinta que abraza la poesía a través del costumbrismo y de la empatía a pesar de que se narre la caída de una mujer ya de por sí herida, vista como un bicho raro por no seguir los cánones, y que ante un determinado hecho es expulsada de ese paraíso terrenal en el que, si actúas diferente a lo establecido, al menos tiene que ser sin molestar mucho.
Un viaje emocional en forma de "road movie" para una película sencilla en apariencia pero perfectamente calculada y cíclica partiendo de un parto para desembocar en otro mientras asistimos al viaje tenebroso de una mujer que cae en desgracia por el mero hecho de serlo y de tomar las riendas de su cuerpo y del de aquellos que le piden ayuda ante el convencimiento de que es el ayudar y no cuestionar lo que da fuerza y ánimo frente al rechazo y la soledad ante al que se cae abocado. Una conmovedora y efectiva historia que resuena temáticamente en el presente y que pone en el mapa, con su segundo largometraje, a una directora que despierta mucho interés para ser seguida en el futuro.
7º “Puan” (María Alché y Benjamín Naishtat) // Sección Oficial
Una película que haciendo virtud de su aparente sencillez y su viaje por determinados lugares comunes se permite hablar de la necesaria unión de aquellos que hasta ahora han puesto la otra mejilla pero que ahora tienen que quitarse la venda de los ojos y descubrir el poder de la colectividad sin renunciar a hacer el ruido necesario para que las cosas cambien y, al menos, se paren los pies a amenazas que sobrevuelan como la del presidenciable Milei tocando en estos momentos las puertas a la Casa Rosada.
Sea perdiendo complejos, vergüenzas y miedos entonando el tango Niebla en el riachuelo como elemento liberador tanto para sanar heridas, dando el paso que le minó en el funeral de su mentor y amigo o en la función escolar de su hijo, como para erigirse en rebeldía frente a una vida que arrolla y escupe pero en la que lo peor que se puede hacer es rendirse ya que más que una rivalidad académica a lo que asistimos es al hecho de tomar la decisión de pasar por la vida de puntillas o contribuir a hacer algo que valga realmente la pena. La diferencia entre hacer lo que se espera de uno o realmente apasionarse por algo de verdad.
6º "El sucesor" (Xavier Legrand) // Sección Oficial
“El sucesor” es una cinta elegante que te deja atrapado en la butaca mientras la narración avanza entre contenidos efectismos que más que hacer naufragar a la película todavía acrecientan la angustia de ese viraje emocional y psicológico que lleva al protagonista al borde de la locura. ¿Quién era realmente su padre? ¿A qué se debieron sus actos? ¿Hasta qué punto hace bien en encubrir lo que ha descubierto más cuando esa maraña le acaba succionando cada vez más? ¿Son sus genes víctimas de la herencia de la violencia machista perpetuada?
“El sucesor” desmonta los cánones masculinos, sugiriendo incluso interpretables dinámicas en las relaciones de los personajes, como ese abnegado vecino que echará en falta al padre del protagonista, adentrándose en cómo lidiar con los pecados de unos progenitores que minan y aplastan como un peso fantasmal imposible de erradicar y del que el protagonista termina siendo tan cómplice como víctima asumiendo una herencia que termina siendo una bomba de relojería que pone en prueba su estabilidad, sus actos y la capacidad de tener un futuro que le permita vivir libre de un cargo de conciencia que se antoja como una losa que ya por siempre vivirá en él. Una espiral fascinante que impacta y remueve para ir, con solvencia y sabiduría sabiendo tocar los resortes oportunos, más allá del drama paternofilial para bordear el thriller y el terror con subyugante tensión y devastadora desolación.
5º "La memoria infinita" (Maite Alberdi) // Perlas
"La memoria infinita" se sustenta en el carisma de sus protagonistas para hablar de una historia de un amor y también la de un país a través de la complicidad de una pareja que se ha apoyado el uno en el otro y que encara un momento crucial y determinante en sus vidas, tan crepuscular como edificante y doloroso en el que el amor se pone a prueba ante el sacrificio que implica cuando el Alzheimer toca a la puerta. Una temática que el cine ya ha abordado en más de una ocasión pero que aquí se presenta de manera cotidiana, auténtica y sensible sin renunciar al lado positivo que es el saber valorar todo lo que se ha vivido hasta llegar allí.
Una apuesta que brilla en los momentos donde la naturalidad se abre paso y esa relación de 20 años se deja vislumbrar como una historia de amor preciosa, tocada y dañada por la inevitabilidad de la vida, pero con la esperanza de que lo que se recuerda ha existido, y eso nada puede alterarlo.
4º "Yo capitán" (Matteo Garrone) // Perlas
La esperanza frente al horror, la fuerza de voluntad frente a asumir la derrota y la determinación narrativa frente a la alegoría reforzada que fundamenta una de las cintas menos ornamentadas y rebuscadas de Matteo Garrone y más cercanas y sencillas de cara al público con un cine capaz de entretener, emocionar y hacer reflexionar tanto por sus imágenes como por la fuerza y rabia que encierra la historia siendo un elemento para mostrar una realidad a la que se necesita dar voz y que, aunque esté bañada de cierta condescendencia y adoptando concesiones para hacerla más digerible, termina siendo una película accesible con momentos de gran cine que se permite llegar al público y mantener su interés durante estos avatares.
Una dureza que no va exenta de cierto preciosismo en las imágenes, siendo esa otra de las concesiones de Garrone, dando belleza al plano con el fin de que el público no acabe hundido ante lo que allí se narra, ni más ni menos que la realidad de nuestro mundo que, aunque pierda por el camino mayor negrura y más efectismo, al menos se permite dar algo de esperanza entre la superioridad escéptica europea en pro de la solidaridad de boquilla.
3º "El cielo rojo" (Christian Petzold) // Perlas
Una cinta sencilla, directa y profunda que no recae en obviedades partiendo de un halo de intelectualidad y de reparo en un escenario tan idílico como cada vez más asediado. Un devenir emocional matizado y sentido que evoca al cine de Éric Rohmer sobre todo cuando estos personajes disfrutan de su entorno a pesar de un malhumorado Leon que no duda en mostrar su enfado por el tiempo que está perdiendo. Los amores incipientes, el magnetismo de Nadja y la aparición cultureta de un editor acaban llevando a la historia por terrenos de auténtica fantasía antes de que el destino llame a la puerta y la realidad reconfigure el papel de cada uno ante una existencia tan amarga como enriquecedora en el que la ficción y la realidad, la vida y el arte, no pueden evitar ir de la mano al igual que una playa en la que la arena y la ceniza se fusionan.
Es por ello que, frente al freno inicial del protagonista, lo que la película nos enseña es la conveniencia de no olvidarnos de ni vivir ni de sentir en un singular, fascinante e hipnótico cuento de verano en el que el abrazo de los amantes de Pompeya cobra un simbólico significado a la hora de evidenciar que, frente a una fachada de egoísmo y preocupaciones banales, hay que aprender a valorar el gran regalo que es la vida levantando la cabeza para admirarla y disfrutarla en todo su esplendor.
2º "Monstruo" (Hirokazu Kore-eda) // Perlas
Lo que en el primer acto es una mirada a como víctima, padres y profesores encaran el tema del bullying, en el segundo deriva a la perspectiva del docente liberándose de los prejuicios acometidos para en el tercero explorar la tierna y dura relación de descubrimiento de dos niños que o bien sienten ya el rechazo desde la infancia (“cerebro de cerdo”) por una conducta que no es la que se espera de uno, o por otro lado refugiándose en la mentira porque saben que tomar un determinado paso les privará de la felicidad que, en principio, sólo podrán recibir por parte de la sociedad en el caso de que sigan los cánones del camino establecido como “correcto”.
La ternura, humanidad y contradicciones que sienten los niños está salvada por un reparto infantil que brilla, una vez más, de la mano de un Kore-eda que ha tocado todos los palos de la misma y que una vez más hace de la sencillez virtud sabiendo contar tanto con tan poco y dejando patente que la infancia es juegos y evasiones pero ello no está exento de tener dudas, experimentar descubrimientos y sentir hondas preocupaciones.
1º "Vidas pasadas" (Celine Song) // Perlas
“Vidas pasadas” es una película que arrebata y conmueve dando voz a la cotidianidad de la vida, las decisiones que se toman en determinado momento y cómo las mismas marcan por siempre el futuro de unos y otros. Lo que fue y lo que pudo ser abordándose de una manera delicada, sensible y sin falsas nostalgias. Diciendo mucho sin necesidad de expresarlo con palabras ya que nunca un “adiós” que separaría los caminos de dos personas dolió tanto y fue tan significativo. Un paso del tiempo que fluye de manera tan desoladora como enriquecedora a través de unos niños a los que el destino les parecía tener reservada una gran historia de amor pero que en la vida adulta, entre encuentros y desencuentros, nunca les llevó a convertirse en amantes a lo largo de tres actos que parecen rememorarnos también el “Más allá de las montañas” (2015) de Jia Zhang-ke bajo la cadencia del Time to say goodbye de Leonard Cohen.
Una película que desarma, conmueve y fascina sin aspavientos encandilando el cómo cuando vuelven a encontrarse aparecen los niños que fueron y que una tarde al volver de la escuela se separaron para siempre ante el inexorable paso del tiempo en el que ni internet, ni las conversaciones en un ferry, ni la añoranza siempre enterrada en uno puede ser que sea suficiente. Un viaje hacia la madurez en el que hay determinadas puertas que nunca volverán a abrirse y en el que sólo afrontar el futuro o quedar lastrado siempre por la amargura de lo que no fue. El trabajo de Greta Lee, Yoo Teo y John Magaro todavía redondea más una cronología temporal sobre los devastadores vestigios del sinsabor de una historia de amor trascendental por la conexión de dos almas gemelas pero que en la práctica nunca llegó a ser vivida.
Nacho Gonzalo