San Sebastián 2013: El festival que no fue y otras “perlas”

Querido primo Teo:

Tras diez días intensos de cine, ruedas de prensa, pintxos en la Carpa Keller, y desvirtualizaciones masivas, llega el momento de echar el cierre a esta edición del Festival de cine de San Sebastián, la 61ª, y primera para mí.

Todo empieza con rumores, que las redes sociales dan más o menos oficialidad, y acabas con un festival paralelo en el que Sandra Bullock recogía un Premio Donostia, Scorsese debía ser la gran estrella y Fassbender iba a estrenar algo en Donostia (no llegamos a ponernos de acuerdo si era “El consejero” o “12 años de esclavitud”). Ninguno apareció por ahí.

Si lo hizo Hugh Jackman, mediático y simpático, a quien debíamos dar la bienvenida en el Hotel María Cristina Mary Carmen y yo, pero como ya sabes, una no llegó a tiempo y la otra se quedó demasiado embobada como para hacerle siquiera una foto. Me desquité al día siguiente, eso sí, en la rueda de prensa. Antes había llegado Carmen Maura, orgullosa de ser la primera actriz española premiada en Donostia.

En cuanto a lo visto y a nivel personal destacaría lo siguiente. Para empezar, en cuanto a directores, cuatro muy dispares entre sí. Denis Villeneuve, que ha presentado dos películas muy diferentes y que se confirma como uno de los directores a los que seguir con atención; Hirokazu Kore-eda, de quien no había visto nada hasta el momento (mea culpa) y del que urge una inmersión total. Bertrand Tavernier, a sus 72 años, presentaba una película con un ritmo y un pulso sorprendentes, y que ha sido una de las sensaciones de la sección oficial, junto con François Ozon dejan en muy buen lugar al cine galo. Y, por último, Manuel Martín Cuenca, que ha presentado una de las películas que más me han impresionado en este festival y que agranda su colección de personajes inadaptados y, en los casos más extremos, de oscuro interior.

Con todo ello, es fácil imaginar que películas seleccionaría como las favoritas entre las 42 que finalmente pude ver. Las visualmente poderosas “Enemy” y “Prisioneros”, esa sátira política que es “Quai d’Orsay”, la belleza de “Jeune et jolie” y “Like father, like son”,  el impacto de “Gravity”, o la despedida del maestro Miyazaki con “The wind rises”. Por último, “Caníbal” y “Vivir es fácil con los ojos cerrados”, opuestas entre sí en todos los aspectos, pero muy atractivas precisamente por ello. Las interpretaciones de Antonio de la Torre y Thierry Lhermitte, una en las antípodas de la otra, y las de Marián Álvarez y Samantha Castillo, han quedado como mis favoritas.

El festival nos deja muchas otras imágenes como la señora que casi tumbó a un miembro de seguridad del María Cristina ante la emoción de ver llegar a un actor “que es de mi pueblo, niña”; o quienes se hacen fotos con Tavernier para girarse y preguntar “¿este quién es?”, o la acreditada novata llevándose un poster de “Caníbal”, de extranjis, para que se lo firmara el protagonista.

En resumen, una gran experiencia, buenas películas y ganas de repetir.

Tu prima.
Rodasons