"Rebeca"

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El argumento: Una joven contrae matrimonio con un aristócrata y se traslada a vivir a su mansión, de nombre Manderley, situada en Cornualles. Sin embargo, ahí continúa presente la sombra de Rebeca, la anterior mujer del millonario, fallecida en extrañas circunstancias.

No conviene ver: "Rebeca" llega en una nueva versión a cargo de Ben Wheatley pretendiendo no sucumbir ante el peso del legado de la que fue la única película de Hitchcock ganadora del Oscar y justo 80 años después de su estreno. Una película tan intrascendente e innecesaria como se podía esperar y que tanto en su fotografía como en las canciones utilizadas parece orientada al público de los filtros de Instagram renunciando a la sugerencia y atmósfera del clásico de Hitchcock quedándose en la superficialidad de la intriga de una joven que sufre la sombra de la primera mujer de su marido, el peso del apellido y la tradición de una mansión tan lujosa como poco acogedora. Lily James y Armie Hammer son una pareja cuya química y carga pasional queda en entredicho, así como el trasfondo dramático que pretende que el amor pueda ser lo único que emerja frente a las llamas no despertando el magnetismo y carisma que debieran ya que, al igual que el resto del reparto, parecen quedarse en el mero cliché de sus roles, incluso una Kristin Scott Thomas que, teniendo el papel más lucidor de la obra, no puede aportar más que su oficio habitual pero sin el aire espectral y ambiguo que tanto favorecía a la película de 1940, siendo aquí una Mrs. Danvers más terrenal y arquetípica que lleva al máximo el amor y devoción por su señora, a pesar de los puntos más oscuros de ésta. Casi merecen más comentario los papeles secundarios que abordan Sam Riley, Ann Dowd, Keeley Hawes y la única escena de una inquietante Jane Lapotaire en el que sólo con ello se muestra el poder fascinador a través de la mente de la sibilina y magnética Rebeca frente a los que la rodeaban. Un melodrama pastelón, inane y en la que hay cuerpo y no alma quedando hasta su aparente lujo con el tono artificial y barroco propio de "El gran Gatsby" (2013) sobre un desarrollo irregular que parece trastabillarse perdiendo fuelle hacia su resolución y recayendo en los recursos más obvios, simples y sobreexplicados. Una película que no puede calificarse mala, siendo un producto digno pero con piloto automático, con lustre y hueca, pero que sí que es propia de estos tiempos de consumo y olvido rápido ofreciendo un tono insípido, lánguido y sin ningún atisbo de personalidad. Dos horas que parece que son más de las que son, lo que tampoco la deja en buen lugar, a pesar de incluso durar algo menos que la original.

Conviene saber: Es el segundo título de Netflix, después de "El juicio de los 7 de Chicago", que por su renombre llega esta temporada previamente a las salas de cine tras el estreno directo en plataforma de "Da 5 bloods: Hermanos de armas", "Estoy pensando en dejarlo", "El diablo a todas horas", "Enola Holmes" y "Los chicos de la banda".

La crítica le da un CUATRO