"Querido Evan Hansen"
La web oficial.
El argumento: Adaptación cinematográfica del musical ganador de premios Tony y Grammy sobre Evan Hansen, un estudiante de último año de secundaria con trastorno de ansiedad social y su viaje de autodescubrimiento y aceptación tras el suicidio de un compañero de clase.
Conviene ver: "Querido Evan Hansen" es uno de los musicales más populares y exitosos del Broadway reciente ganando 6 premios Tony en 2017. Una historia que trata temas poco habituales en el mundo de la cultura audiovisual pero que poco a poco están encontrando su hueco y relevancia para una juventud que cada vez lo sufre más como es el caso del suicidio, los trastornos nerviosos o la crueldad de las redes sociales frente a la necesidad de aceptación. “Querido Evan Hansen” se centra en un tímido estudiante de último año de secundaria con problemas de ansiedad y su viaje de autodescubrimiento y aceptación tras el suicidio de Connor, un compañero de clase, entrando en contacto con el dolor y el sentimiento que arrastra la familia del fallecido encontrando, en parte, reparo a su trauma pero valiéndose de una mentira para acercarse a ellos, que era amigo de éste, a raíz de la confusión por las cartas que su psicólogo le ha dicho que se escriba a sí mismo. Lo tenía todo para ser uno de los éxitos de la temporada pero desde el avance, con la caracterización del protagonista intentando hacerse pasar por adolescente, y el tono demasiado esperanzador y de autoayuda con el que se aborda la historia, ha confirmado la máxima de que lo que funciona en teatro no tiene porqué hacerlo de igual manera en cine al ser contextos diferentes. Una cinta poco inspirada en su realización y en la adaptación de los números con una interpretación de Ben Platt chirriante y llena de manierismos, mostrando con sus decisiones más un lado perturbador y psicótico que empático e inocente, levantada por las canciones de Benj Pasek y Justin Paul que, sin duda, son el alma de una cinta que si en su defecto no tendría mucho interés siendo incluso cuestionable cómo trata temas como el suicidio, los problemas mentales, la sobreprotección (o no) de los padres y la influencia (y peligros) de las redes sociales con cierta banalidad. Eso sí, la historia sorprende por su poca complacencia a la hora de reflejar los tormentos interiores de cada uno inundando a la cinta de una tristeza congénita y amargura propia de unos tiempos de insatisfacción. Una pena desaprovechar una temática pertinente y que podría universalizar su mensaje sobre la ansiedad juvenil, la depresión y la incomunicación convirtiéndose en refugio y bandera para muchos y que desborda falta de sutileza buscando más la lágrima del espectador que de construir una buena película. Un éxito de Broadway que en cine pincha en hueso.
Conviene saber: Stephen Chbosky vuelve a abordar la inadaptación juvenil tras "Las ventajas de ser un marginado" (2012) y "Wonder" (2017) con guión de Steven Levenson (“Tick, tick… Boom!”).
La crítica le da un CINCO