¿Qué fue de... Meg Ryan?
Querido primo Teo:
Meg Ryan fue la encarnación de la novia de América durante buena parte de las décadas de los 80 y 90. No era la más guapa de la clase pero sí que tenía ese encanto que la convirtió en la vecina adorable de la que más de uno termina enamorándose y tampoco era considerada una amenaza por el resto de mujeres. Fingir un orgasmo mientras comía en una cafetería ante un atónito Billy Crystal en “Cuando Harry encontró a Sally” hizo de ella una estrella y un icono de la comedia romántica. Fue una de las reinas que conoció el género y su carrera languideció por culpa del escándalo.
Ryan (Connecticut, 1961) abandonó la carrera de Periodismo a muy pocos meses de licenciarse para convertirse en actriz, previamente y para ganarse unos dólares ya había trabajado en varios anuncios de televisión, en la telenovela “As the world turns” en donde permaneció dos años, e incluso en “Ricas y famosas” la última película dirigida por George Cukor. Fue candidata al Independent Spirit por “Tierra prometida” de Michael Hoffman. A nivel cinematográfico se fue notando paulatinamente su ascenso porque de repente estaba en todas partes: “El chip prodigioso”, en donde conoció a Dennis Quaid, “Más fuerte que el odio”, “Muerto al llegar”, e incluso haciendo un breve papel en la taquillera “Top gun”.
Pero el estrellato le llegaría gracias a la comedia romántica “Cuando Harry encontró a Sally” de Rob Reiner que se convirtió en uno de los grandes hitos del género y que no ha perdido ni un ápice de su encanto a lo largo de estos años. Además la imagen de Meg Ryan era perfecta porque tenía ese aire de modernidad que habría encajado muy bien en el universo de Woody Allen y también recordaba al clasicismo de Doris Day, además irradiaba tal carisma que América encontró a la nueva chica de la que enamorarse.
Su carrera prosiguió con “Joe contra el volcán” (su primer encuentro con Tom Hanks) y ella intentó cambiar de registro al interpretar a la novia de Jim Morrison en “The Doors” de Oliver Stone. Nuevamente volvió a gozar de un gran éxito gracias a otra comedia romántica, “Algo para recordar”. La Ryan se convirtió en un valor seguro para el público y ella quería ser muchísimo más que eso y ansiaba sacar a relucir todo su potencial como actriz dramática. Le llegó la oportunidad de hacerlo con el drama “Cuando un hombre ama a una mujer” en donde daba vida a una alcohólica con una vida perfecta, el film de Luis Mandoki le proporcionó buenas críticas y una candidatura al SAG y también funcionó muy bien entre el público pero no llegó a la nominación al Oscar y es curioso porque se ajustaba perfectamente al prototipo de estrella que en un papel similar se garantizaba su plaza en los premios sin ningún tipo de esfuerzo.
No fue nominada al Oscar por “Cuando un hombre ama a una mujer”, así que dejó de intentarlo por una temporada y prosiguió explotando su potencial en la comedia romántica y así llegaron “El genio del amor”, “Adictos al amor”, “French kiss” y “Tienes un e-mail” (de nuevo junto a Tom Hanks) mientras que lo intentaba en papeles más dramáticos como “Restauración”, “Hurlyburly”, “En honor a la verdad” y “City of angels”, en donde probablemente haya formado junto a Nicolas Cage una de las parejas con menos química que se han visto en pantalla.
Meg Ryan no olvidará el año 2000. En uno de sus nuevos intentos para demostrar su valía como actriz dramática participó en la película “Prueba de vida” de Taylor Hackford. Allí conoció a Russell Crowe, el nuevo chico malo de la ciudad, y entre los dos saltaron chispas. Ryan estaba casada en ese momento con Dennis Quaid con quien tiene un hijo y el romance con Crowe no tardó nada de tiempo en llegar a los medios de comunicación. El escándalo fue mayúsculo y la actriz se convirtió en la encarnación de Hester Pryne, la protagonista de “La letra escarlata”, es decir en una adúltera a la que había que castigar. Si los Estados Unidos repudió en su momento a Ingrid Bergman por haber abandonado a su marido e hija al enamorarse de Roberto Rossellini, la historia volvía a repetirse décadas después con Meg Ryan, era intolerable que aquella chica (que ya estaba cerca de los 40) de la que cualquier espectador medio se había enamorado se abriera de piernas como una buscona barata ante un macarra de Nueva Zelanda.
La carrera de Meg Ryan se hundió en ese momento, ni “Kate & Leopold” en donde volvía a explotar su imagen de reina de la comedia romántica fue un éxito, de hecho no llegó a cubrir el presupuesto de esa problemática producción de Miramax. La actriz hizo un parón de dos años y volvió dando un giro radical con “En carne viva” de Jane Campion pero, a pesar de que se incluía un desnudo suyo integral, la película no le interesó a nadie. A partir de ahí fue dando tumbos y cometió un error garrafal: dejar su cara en manos de su peor enemigo. Comenzó a abusar de los retoques estéticos y cualquier parecido entre la Meg de “Cuando Harry encontró a Sally” y una travesti tocada por Marisol del Raval que era a lo que se asemejaba era pura coincidencia.
En los últimos años ha alternado sus intervenciones en títulos que han pasado muy desapercibidos como “Mi novio es un ladrón” con sus apariciones en “Curb your enthusiasm” y “Web therapy” y ha dirigido el drama “Ithaca” en donde contó con la colaboración de Tom Hanks, que no gustó a la crítica y que prácticamente nadie ha visto.
Mary Carmen Rodríguez
Una muestra mas del machismo de Hollywood. A Meg Ryan la crucificaron y a Brad Pitt casi lo aplauden. Para ella fue el fin de su carrera, para él podría decirse que le sirvió de impulso, hasta logró una nominación al oscar inmerecida por "El curioso caso de Benjamin Button"; la industria no vio nada que cobrarle.
Coincido en la nominación de Brad Pitt. Y que quedara fuera Leo DiCaprio por "Revolutionary Road"...