“Planta permanente”
La web oficial.
El argumento: Lila y Marcela trabajan desde siempre como personal de limpieza en una dependencia estatal. Conocen sus recovecos como nadie y se han inventado una forma de subsistencia (y un sueño) gestionando un comedor absolutamente irregular en un rincón abandonado del edificio. Pero los tiempos cambian: llega una nueva directora, con sus discursos cínicos, plagados de lugares comunes, y con ella las promesas vacías, el cierre del comedor y una ola de despidos que destruyen el precario equilibrio de la vida en el Estado y transforma las tareas cotidianas en una lucha por la supervivencia.
Conviene ver: “Planta permanente” es una cinta argentina que relata la historia de dos mujeres de la limpieza que trabajan en un edificio estatal que con el cambio de gobierno tratan de adaptarse a la llegada de una nueva directora que promete introducir cambios y mejoras aunque sus palabras esconden sus intenciones de hacer recortes. Ezequiel Radusky ha rodado un film de supervivencia que nos muestra nuestra vulnerabilidad en el mercado laboral y cómo la incertidumbre puede apoderarse de nosotros de manera repentina. Es un film angustiante e incluso desgarrador sobre la lucha de clases, representadas por las dos trabajadoras anteriormente cómplices que en lugar de hacer una causa común para encarar al enemigo se apartan la una de la otra, y que cuenta con un excelente dominio del humor negro que resuelve algunas de sus situaciones más duras. Es una cinta que nos acerca a las miserias de la burocracia y la facilidad que tiene el poder de manipular a la clase más oprimida ofreciéndole promesas que son incapaces de cumplir. Gran parte del acierto de “Planta permanente” reside en sus dos actrices principales, Liliana Juárez y Rosario Bléfari, que están magníficas como esas mujeres baqueteadas que además de limpiar en un edificio estatal habían asumido la gestión de un comedor que estaba desocupado, también en el mismo recinto, y al que acudían los trabajadores del lugar. Mientras Lila (Juárez) se mantiene firme en la defensa del comedor para convertirlo en algo oficial, Marcela (Bléfari) prefiere hacerse a un lado cegada por el engaño de la nueva directora a la que da vida Verónica Perrota. Una especie de lucha de clases reivindicativa en el que el empeño y el unión de unas mujeres pueden intentar que cambien las cosas poniendo sobre la mesa la amistad y la solidaridad frente a los envites del sistema. Es una cinta que nos habla de la búsqueda incesante de segundas oportunidades, de lo importante que es enfrentarse a los desafíos aunque para ello hay que asumir que no siempre saldrán bien.
Conviene saber: Segundo trabajo de Ezequiel Radusky que se llevó el Colón de Oro a la mejor película en el Festival de cine iberoamericano de Huelva 2020.
La crítica le da un SEIS