"Petit Indi"

La web en español puede ser visitada en cuatro idiomas. Después de ver en portada al protagonista con su inseparable jilguero, accedemos a información sobre la producción, actores, etc... Todo muy sobrio. Lo más destacado es una guía que nos lleva por los barrios de Barcelona en los que se ha rodado la película. Es interesante ver el otro lado de una ciudad muy distinta a la que se muestra como atractivo turístico.

El argumento: Arnau es un joven que vive en su imaginario de papel, inmerso en su frágil realidad, viaja inconscientemente hacia la deriva. Sus compañeros de viaje son unos cuantos pájaros cantores: pinzones, verderones, pardillos y un jilguero que es la esperanza de su vida. Ningún otro canta como él, gracias a muchas horas de trabajo paciente y minucioso adiestramiento.
Sin embargo, Arnau vive apenas sin respirar porque algo mucho más intenso le devora el corazón. Su madre está en la cárcel de Vad-Ras a la espera de juicio, y las cosas no mejoran. Así que este chaval que vive con su hermana Sole en un barrio de Barcelona en plena transformación, que sueña despierto pasando las tardes con su hermano Sergi, que se va con su tío Ramón al canódromo de la Meridiana; elabora un plan para sacar a su madre del agobio. Esta decisión lo catapultará hacia una dura realidad.

No conviene ver: “Petit indi” es una película pequeña y suburbana que acaba pareciéndose a un telefilm de sobremesa. Un drama familiar que es el entorno para el paso de la juventud a la madurez. Hay esfuerzo por parte de los actores, destaca el debutante Marc Soto, pero la excesiva lentitud acaba escandalizando al espectador cuando se le sorprende con un final abrupto e incomprensible. Ahí nos damos cuenta de que toda la película no ha sido más que ver el deambular de su joven protagonista sin mucho más que llevarse a la boca.

Conviene saber: Nueva obra del minimalista Marc Recha, realizador de cintas como “Pau y su hermano”, “Las manos vacías” o “Días de Agosto”.

La crítica le da un CUATRO