Martin Scorsese y Leonardo DiCaprio, un tándem imprescindible para el cine contemporáneo

Martin Scorsese y Leonardo DiCaprio, un tándem imprescindible para el cine contemporáneo

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Querido primo Teo:

No exageramos si decimos que el tándem formado por el director Martin Scorsese y el actor Leonardo DiCaprio ha sido el más productivo que ha tenido Hollywood este siglo XXI. Ambos gozan de una situación excepcional en una industria que vive una profundísima crisis. Los dos forman parte de la realeza que ha hecho grande al cine en estas últimas décadas. Scorsese es uno de los directores que pusieron patas arriba el cine en los años 70 y que ha conseguido aunar el clasicismo de la edad dorada con lo más innovador, puede ser más moderno cualquier cachorro recién descubierto en los laboratorios del Festival de Cannes. DiCaprio es la última gran estrella que surgió en la década de los 90, alguien que sigue apostando por los proyectos que le garantizan el prestigio y que gozan de esa autonomía para llevar a los espectadores a las salas. Tanto Scorsese como DiCaprio garantizan que no van a ofrecer un producto ultraprocesado e impersonal, sino algo cuidado que nos va a transportar a otra época en la que el cine era considerado un arte. “Los asesinos de la luna” supone la sexta colaboración entre Martin Scorsese y Leonardo DiCaprio y es oportuno ver la evolución de su unión.

"Gangs of New York" (2002)

A finales de la década de los 90 las carreras de Martin Scorsese y Leonardo DiCaprio no estaban en el mismo punto. Scorsese se encontraba en un momento muy delicado. Su último gran éxito comercial lo consiguió con “El cabo del miedo” (1991), y el resto de sus películas, entre ellas “La edad de la inocencia” (1993), aunque fueron muy bien valoradas se quedaron bastante por debajo de lo pretendido. “Al límite” (1999), su reencuentro con Paul Schrader, fue un fracaso y eso llevó al director a estar en apuros.

Se le ocurrió resucitar la vieja idea de rodar “Gangs of New York” (2002), adaptación de un libro de Herbert Asbury, sobre las bandas violentas que dominaron el Nueva York anterior a la Guerra de Secesión, y que comenzó a gestar durante la década de los 70 pero el fracaso monumental de “La puerta del cielo” (1980) de Michael Cimino no fue un aliciente para llevarlo a cabo. 

Martin Scorsese era consciente de que necesitaba una estrella importante para conseguir la financiación para un proyecto tan ambicioso. No había otro más idóneo que Leonardo DiCaprio, en la cima del éxito gracias a “Titanic” (1997) y que con creces estaba demostrando que no era flor de un día. El director además contaba con excelentes referencias de Robert De Niro que había quedado encantado con DiCaprio durante el rodaje de “Vida de este chico” (1993). El dinero llegó de la mano de Miramax, a través de Harvey Weinstein, que fue uno de los elementos que convirtieron a “Gangs of New York” en una pesadilla.

Pese a las inclemencias, y a que DiCaprio sabía que la película era el espectáculo de Daniel Day Lewis, entre el director y el actor se forjó inmediatamente una alianza hasta el punto de que unieron sus fuerzas para poder terminar una película cuyo presupuesto había superado con creces los 100 millones de dólares, inicialmente estaba estimado en los 83, y pusieron el dinero de su bolsillo para pagar los gastos adicionales.

“Gangs of New York”, que hablaba de los orígenes de la ciudad de Nueva York a través del relato de una venganza, no fue ningún éxito. Teniendo en cuenta que fue una película muy cara, sus 200 millones de dólares de recaudación no impidieron que Scorsese quedara en una situación económica sumamente delicada. La película consiguió 10 candidaturas al Oscar en una campaña nada ejemplar en la que daba lástima ver a alguien de la talla de Scorsese poniéndose bajo la tutela de Harvey Weinstein y rebajándose con tal de ganar en unos premios en los que se fue de vacío.  

"El aviador" (2004) 

El biopic del multimillonario Howard Hughes era un antiguo proyecto de Leonardo DiCaprio con el director Michael Mann y, después de haberse quedado muy satisfecho con su colaboración con Martin Scorsese, se lo terminó ofreciendo. A él le gustó e incluso se sintió conectado con alguien que llevó sus manías al extremo.

Scorsese concibió a “El aviador” (2004) como un homenaje al Hollywood clásico. Su puesta en escena, el uso del color, el vestuario, la música e incluso las interpretaciones tenían que recordar al cine rodado durante aquellos años, se tenía que llevar al espectador de inicios del siglo XXI a la época en la que triunfó el technicolor y en la que existió alguien tan revolucionario como el magnate, productor, director e ingeniero autodidacta Hughes, cuya obsesión le llevó a la locura. 

DiCaprio sabía que tenía ante sí el reto de encarnar a alguien metódico, hedonista, con una particular relación con las mujeres, el fruto del capitalismo que fue acusado de haberse beneficiado de la Segunda Guerra Mundial y que terminó devorándose a sí mismo. Era el viaje hacia la oscuridad que necesitaba Leonardo DiCaprio para confirmarse como un intérprete de carácter que le alejara definitivamente del ídolo carpetero.

Las críticas cosechadas fueron buenas, logró el Globo de Oro y fue nominado al Oscar, la primera como actor principal. La película consiguió otras diez candidaturas, entre ellas las de película y dirección, y logró cinco, destacando el de mejor actriz de reparto para una Cate Blanchett engoladísima interpretando a Katharine Hepburn. 

"Infiltrados" (2006)

“El aviador” (2004) fue una producción de la Warner Bros. y el Estudio quedó satisfecho con su carrera comercial, aunque realmente no ganara demasiado con ella. Buscó un nuevo proyecto para juntar a Martin Scorsese con Leonardo DiCaprio y el elegido fue “Infiltrados” (2006), el remake de una película hongkonesa de 2002, cuya acción se trasladaría a Boston, al cuerpo de la policía y a la mafia local.

Inicialmente Scorsese se acobardó, y eso ya habla de las dimensiones de una película que termina siendo una escabechina de la que se salvan las ratas y poco más. Pero esa libertad para ser tan incorrecta, y más siendo un producto de la clase A de Hollywood, fue lo que le motivó a dirigirla. Reclutó a Jack Nicholson para encarnar al gran villano de la función y desde el primer día él estuvo dispuesto a hacer de Frank Costello un show con el que desarmar al director, al resto del reparto y al equipo. Nicholson realizó su última gran interpretación, robó la película y todos fueron conscientes de ello. DiCaprio, en las escenas que compartió con él, tenía que aguantar el tipo y estar abierto a formar parte del espectáculo.

Scorsese quería con “Infiltrados” homenajear al cine negro clásico de Hollywood, tuvo presente por ejemplo “El enemigo público” (1931) de William A. Wellman y “Scarface, el terror del hampa” (1932) de Howard Hawks. Peleó duramente por ella. Fue una película muy cara con un reparto en el que estaba la élite de Hollywood: Leonardo DiCaprio, Matt Damon, Mark Wahlberg, Jack Nicholson, llegaba a ser realmente extrema y su proceso de montaje aparte de complejo fue accidentado por un problema en el laboratorio.

El director terminó prácticamente harto de “Infiltrados” pero la película resultó todo un éxito que le permitió sanear sus cuentas y además consiguió el Oscar al mejor director, algo que incluso él se tomó como un homenaje a toda su carrera.  

"Shutter Island" (2010) 

A Martin Scorsese le encantó el guión de “Shutter Island” (2010), la adaptación de la novela que Dennis Lehane escribió en 2003 y que inevitablemente recuerda al gran best seller de Torcuato Luca de Tena “Los renglones torcidos de Dios” que se publicó veinte años antes. Era un proyecto perfecto para rodar con DiCaprio con esa intención de homenajear a la serie B y a la literatura barata. Un viaje a la locura protagonizado por un agente que ha de investigar la desaparición en un psiquiátrico de una mujer que ha asesinado a sus tres hijos. 

Una historia compleja, difícil de entender y en la que a DiCaprio no se le ocurrió mejor manera de llamar a su personaje que “ese pobre desgraciado” y compararlo con un gigantesco rompecabezas. Hasta la llegada de “El renacido” (2015), con la que se llevó el Oscar al mejor actor, la de “Shutter Island” fue la experiencia más dura de su carrera porque la historia no le daba una tregua emocional, era un descenso vertiginoso a los infiernos y tras rodar cada toma se sentía desorientado, algo que se supo aprovechar muy bien.

Ciertamente en su trabajo en “Shutter Island”, una película que fue muy bien en la taquilla y que es de esas que ganan con cada visionado, vemos la interpretación más compleja de la carrera de Leonardo DiCaprio.  

"El lobo de Wall Street" (2013)

Leonardo DiCaprio quiso llevar a la gran pantalla la historia de Jordan Belfort, a quien definió como el Calígula de nuestro tiempo. Era un proyecto perfecto para rodar con Martin Scorsese y también fue de esos que costó muchísimo levantar pese al atractivo del personaje y la garantía de sus implicados.

“El lobo de Wall Street” (2013) era una gamberrada, perfecta para un director que es capaz de darle un bofetón sin manos a cualquier creador de contenidos de internet, y también para un actor demasiado encorsetado en su imagen de aspirante al Nobel de la Paz que estaba dispuesto a desmelenarse como si estuviera liderando una orgía en un piso de Magaluf. 

“El lobo de Wall Street” bien puede ser definida como una desenfrenada juerga, en la que se jugó mucho con la improvisación, pero a Scorsese estuvo a punto de pasarle factura todo aquel desfase. Eso no se notó, probablemente porque se sintió fascinado por esos personajes completamente devorados por la avaricia. El director cayó de pie con esa visión adrenalítica de los efectos del capitalismo y nos entregó a un Leonardo DiCaprio que jamás ha estado tan cómodo en la piel de la gran estrella que es.

El actor ganó el Globo de Oro y nuevamente fue nominado al Oscar, un premio que habría sido muy justo ganarlo. Fue un éxito monumental que elevó a la versión cinematográfica de Jordan Bellfort a la categoría de icono pop, y para la generación "millennial" es una de las obras más populares de la filmografía de Martin Scorsese. 

"Los asesinos de la luna" (2023) 

En el pasado Festival de Cannes se estrenó “Los asesinos de la luna” (2023) que supone la reunión entre Scorsese y Leonardo DiCaprio en una década. Curiosamente en ella también trabaja Robert De Niro, el actor que definió y se construyó en la primera mitad de la carrera del director. “Los asesinos de la luna” se basa en el libro de David Grann que recoge la historia real de la matanza de la nación Osage, sucedida en Oklahoma en los años 20 del siglo pasado, y cuyo objetivo era apropiarse de los valiosísimos recursos naturales de la tierra. 

Tras rodar “El irlandés” (2019) gracias a la ayuda de Netflix, aunque no fuera un gran negocio para la compañía de streaming de Ted Sarandos, “Los asesinos de la luna” se ha convertido en la gran apuesta de Apple TV+, que con “CODA: Los sonidos del silencio” (2021) se ha convertido en la única plataforma en hacerse con el Oscar a la mejor película, aunque comparte los esfuerzos con la Paramount teniendo en cuenta que hay que amortizar de alguna manera un presupuesto que supera los 200 millones de dólares.

La presentación en Cannes dejó claro que el corazón de la película le pertenece indudablemente a Lily Gladstone, la actriz india nativo-americana que fue descubierta por la directora Kelly Reichardt. Es ella quien está acaparando la atención, no solamente por una interpretación valiosa, sino porque los publicistas de Hollywood ya han conseguido el relato para construir una campaña para los Oscar.

Mary Carmen Rodríguez

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Erick Barker
Erick Barker
1 año atrás

Hay muchas grandes equivocaciones en este artículo y solo diré algunas, lo de crisis del cine, eso se debe a la inclusión forzada, es esto lo que llevo a que el cine casi desaparezca para siempre. Lo de que esa película era el espectáculo de Daniel Day Lewis, muy falso, Leonardo DiCaprio es la persona más bella del mundo, por lo cual es imposible que alguien le pueda robar el protagonismo y menos alguien como Daniel Day Lewis que no es precisamente uno de los grandes sex symbols. Lo de interprete de carácter, eso es un actor serio y un actor serio es el actor que es muy guapo y que no hace comedia, lo de alejarse de ídolo carpetero ¿Y por qué alguien quería alejarse de ese estatus? ¿Qué tiene de malo ser un ídolo carpetero? Lo que dicen es como si dijeran "alejarse de ser un hombre exitoso para convertirse en un hombre fracasado".

Erick Barker
Erick Barker
1 año atrás

Lo de las criticas, ellos no tienen credibilidad y no les importa para nada la calidad de una película, si la película no tiene diversidad racial (inclusión forzada) dan malas opiniones. Lo de que Jack Nicholson robó la película ¿Es en serio lo que dicen? Pero cómo va a robar la película con la avanzada edad que tiene y que se le nota, Jack Nicholson hace ya mucho tiempo que dejo de ser guapo, aunque fuera joven no está ni cerca de ser tan guapo como Leo. Lo de que la película le pertenece a Lily Gladstone, siguen desacreditando a Leo, como se nota que quien escribió este artículo tiene un claro odio hacia Leo, seguramente es porque Leo tiene mucho éxito con las mujeres mientras que quien escribió este artículo es muy feo y por eso no lo mira ni la más fea, en esa película es Leo quien es el protagonista y nadie le roba el protagonismo ya que es él quien más llama la atención ya que es él quien es el más guapo. Lo de interpretación valiosa, pero si a nadie le importa las interpretaciones y si ella gana el Oscar seguramente será porque no es blanca, es decir, le darán el Oscar solo para que no se diga que la Academia es racista como ya lo han hecho tantas veces.

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